{"id":11221,"date":"1999-08-10T00:00:00","date_gmt":"1999-08-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11221"},"modified":"2012-10-26T12:00:03","modified_gmt":"2012-10-26T18:00:03","slug":"ideario_21","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1999\/ideario_21\/","title":{"rendered":"Ideario 21"},"content":{"rendered":"
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Tener hogar, familia, una finca o una funci\u00f3n p\u00fablica, tener un medio concreto de vida y ser un engranaje \u00fatil en la m\u00e1quina social… todas estas cosas les parecen necesarias, incluso indispensables, a la gran mayor\u00eda de los hombres, incluidos los intelectuales y los que se consideran a s\u00ed mismos totalmente liberados. Y, sin embargo, tales cosas son tan s\u00f3lo una forma diferente de esclavitud que procede del contacto regulado y continuo.<\/p>\n

Siempre he escuchado con admiraci\u00f3n, aunque no con envidia, las declaraciones de ciudadanos que cuentan c\u00f3mo han vivido durante veinte o treinta a\u00f1os en el mismo barrio o incluso en la misma casa, y que no han salido nunca de su ciudad natal.<\/p>\n

¡No experimentar la necesidad torturadora de conocer y ver por uno mismo lo que hay ah\u00ed, m\u00e1s all\u00e1 de la misteriosa pared azul del horizonte, no encontrar la organizaci\u00f3n convencional de la vida mon\u00f3tona y deprimente, contemplar la carretera blanca que se extiende a lo largo de una distancia desconocida sin sentir la necesidad imperiosa de ceder a ella y seguirla obedientemente por monta\u00f1as y valles! La cobarde creencia de que uno debe permanecer en un lugar determinado recuerda demasiado la ciega resignaci\u00f3n de los animales, bestias de carga, embrutecidas por la servidumbre y, no obstante, siempre dispuestas a aceptar que les pongan los arreos.<\/p>\n

Existen l\u00edmites en todos los dominios y leyes que gobiernan a cada poder organizado. Pero el errante posee toda la vasta tierra que s\u00f3lo finaliza en el horizonte inexistente, y su imperio es intangible, puesto que su dominio y su goce son cosas espirituales.<\/p>\n

Isabelle Eberhardt.
\nThe Oblivion Seekers.<\/i><\/p>\n<\/div>\n

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La cobarde creencia de que uno debe permanecer en un lugar determinado recuerda demasiado la ciega resignación de los animales, bestias de carga, embrutecidas por la servidumbre y, no obstante, siempre dispuestas a aceptar que les pongan los arreos.<\/div>\n

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