{"id":11192,"date":"1998-10-10T00:00:00","date_gmt":"1998-10-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11192"},"modified":"2012-12-10T17:54:28","modified_gmt":"2012-12-10T23:54:28","slug":"es_el_montanismo_un_deporte_peligroso","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1998\/es_el_montanismo_un_deporte_peligroso\/","title":{"rendered":"\u00bfEs el monta\u00f1ismo un deporte peligroso?"},"content":{"rendered":"
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Quiz\u00e1 lo que m\u00e1s infunde temor (y por lo tanto, duda) en la mente de quienes no practican el monta\u00f1ismo es el peligro “evidente” que significa subir monta\u00f1as. Ascender monta\u00f1as significa alejarse de las construcciones de cemento en las que transcurre la vida de una persona sedentaria m\u00e1s de 16 horas al d\u00eda, por lo tanto, de la seguridad, de lo conocido, del confort. Es, por lo tanto, peligroso.<\/p>\n

Poca gente pregunta si el monta\u00f1ismo es un deporte peligroso pues lo dan por hecho, y las pel\u00edculas que se han hecho sobre el tema resaltan \u00e9se alto peligro como la caracter\u00edstica esencial del deporte. De ah\u00ed viene la concepci\u00f3n de que un monta\u00f1ista es un aventurero. Y lo es. Pero no se trata de aquel que busca con af\u00e1n los peligros para meterse en ellos. Ante todo, tiene en cuenta que asciende una monta\u00f1a para bajar de ella m\u00e1s pleno. En la cumbre no est\u00e1 lo mejor de la ascensi\u00f3n, sino en el retorno a ese mundo que se dej\u00f3 detr\u00e1s por unas horas o por unos d\u00edas. Se trata, pues, de otro tipo de aventura, basado principalmente en una filosof\u00eda espec\u00edfica no s\u00f3lo del deporte, sino de la vida misma.<\/p>\n

El monta\u00f1ismo no es peligroso. Es cierto que existen los peligros en la monta\u00f1a, en el desierto, en la selva o en cualquier otro lado. Estamos acostumbrados a pensar que en nuestro mundo cotidiano el peligro no existe, que es inmutable, pero est\u00e1 presente y se nos hizo dolorosamente visible y palpable en la ciudad de M\u00e9xico con los terremotos de 1985.<\/p>\n

Partamos de un hecho indudable: practicar monta\u00f1ismo significa penetrar a un ambiente que no es cotidiano para nosotros y, por este simple hecho, tenemos mayor probabilidad de cometer errores. Pero que el medio no nos sea familiar no significa que no existan otras personas que habiten en ese o esos mundos. Los sherpas de la cordillera del Himalaya, los lapones y esquimales del c\u00edrculo polar \u00e1rtico, los bosquimanos del desierto, los polinesios que navegan entre las islas del Pac\u00edfico y los iban de las altas selvas de Malasia (por citar s\u00f3lo algunos ejemplos), viven en ambientes que nos parecen precisamente mundos diferentes. Para ellos, la vida es diferente a como la vemos nosotros y esa vida est\u00e1 determinada por el medio natural. Si quieren sobrevivir, deben hacerlo respetando ciertas reglas porque ellas les permitir\u00e1n sobrevivir. Esta es la base de la mitolog\u00eda: la seguridad y la supervivencia.<\/p>\n

Para nosotros, habitantes de una ciudad, tambi\u00e9n existen normas de seguridad, aunque no tan r\u00edgidas y no convertidas todav\u00eda en mito, pero son tan familiares que no las advertimos sino cuando uno de esos habitantes de mundos diferentes, se encuentra rodeado de autom\u00f3viles. Entonces nos re\u00edmos de \u00e9l como ellos se r\u00eden de nosotros si desconocemos las reglas y estamos en su medio.<\/p>\n

As\u00ed, cuando en la prensa se lee que ha habido uno o m\u00e1s accidentados en la monta\u00f1a se trata, casi siempre, de personas que no conoc\u00edan nada de monta\u00f1ismo, es decir, de las reglas necesarias para poder ascender una monta\u00f1a, que no iban acompa\u00f1adas de personas que supieran esas reglas o que fueron tan impetuosos como para considerar que tal norma era muy estricta y la pasaron por alto. No son v\u00edctimas de un medio hostil, como suele considerarse a la naturaleza, pues la naturaleza es indiferente a nuestros valores y s\u00f3lo puede ser entendida ignorando nuestros conceptos del bien y del mal, sino de su falta de preparaci\u00f3n.<\/p>\n

La t\u00e9cnica, que se ha desarrollado y perfeccionado desde el siglo XVIII, y la tecnolog\u00eda, que cada vez es m\u00e1s sofisticada, son elementos que un monta\u00f1ista tiene en cuenta siempre. No se trata de subir una monta\u00f1a con lo primero que uno encuentra a la mano. Eso sucedi\u00f3 en los or\u00edgenes, cuando pr\u00e1cticamente todo estaba por descubrir e inventar. Ahora existe equipo t\u00e9cnico altamente especializado, ropa y alimentos especialmente dise\u00f1ados para nuestro deporte. Y existen tambi\u00e9n escuelas de monta\u00f1ismo, porque despu\u00e9s de varias d\u00e9cadas de monta\u00f1istas exitosos y, tambi\u00e9n, fallecidos, existen personas que tienen experiencias valiosas que transmitir.<\/p>\n

Existen, por supuesto, ocasiones en que una persona conocedora y muy cuidadosa puede sufrir un accidente, pero este caso es cada vez m\u00e1s raro. El hombre, entonces, se da cuenta de su vulnerabilidad y se siente m\u00e1s d\u00e9bil.<\/p>\n

Precisamente esta evidencia es la que ha hecho que los hombres se preocupen por conocer los problemas, estudiarlos y dar soluciones, que implican aspectos de antropolog\u00eda, meteorolog\u00eda, geolog\u00eda, medicina, f\u00edsica, astronom\u00eda, etc. Es todo un caudal de informaci\u00f3n, es cierto. Pero me atrevo a decir que si el monta\u00f1ismo es, tambi\u00e9n, una manera aguda de mostrar la curiosidad natural del hombre, entonces la persona que ascienda monta\u00f1as buscar por todos los medios a su alcance esa informaci\u00f3n que le sea \u00fatil para llegar all\u00e1 arriba, adonde s\u00f3lo el hombre es capaz de subir por gusto.<\/p>\n

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