{"id":11191,"date":"1998-10-10T00:00:00","date_gmt":"1998-10-10T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11191"},"modified":"2012-02-23T13:07:38","modified_gmt":"2012-02-23T19:07:38","slug":"la_busqueda_de_la_situacion_limite_en_la_escalada","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1998\/la_busqueda_de_la_situacion_limite_en_la_escalada\/","title":{"rendered":"La b\u00fasqueda de la situaci\u00f3n l\u00edmite en la escalada"},"content":{"rendered":"\n\n
 <\/td>\n\n

\u00bfQu\u00e9 hay en el interior del hombre que, desde el principio de los tiempos, le impulsa a abandonar la dicha y la seguridad para ponerse en peligro, para buscar cosas nuevas, para afrontar incluso la muerte?<\/p>\n

S. Kierkegaard<\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

\u00bfQu\u00e9 sentido tiene? \u00bfCu\u00e1les son las motivaciones psicol\u00f3gicas que impulsan a un individuo a arriesgar una y otra vez, afrontando la situaci\u00f3n l\u00edmite de estar suspendido en el vac\u00edo, tratando de superar un muro vertical de piedra? Este “flirteo” con la muerte es, a la vez, una experiencia de m\u00e1xima vitalidad: acercarse al filo de la muerte, ah\u00ed donde la vida es m\u00e1s intensa. <\/p>\n

Los psic\u00f3logos denominan “contraf\u00f3bicos” a los mecanismos conducentes a reducir o superar fobias o temores. La escalada de alto riesgo es un paradigma de este tipo de situaciones: el miedo a reconocer la propia debilidad, el miedo a la soledad, el miedo a la muerte, el miedo, incluso, a la altura o a la ca\u00edda, quedan vencidos, contrarrestados, mediante la repetici\u00f3n de un acto psicomotor tan perfecto y arriesgado como la escalada.<\/p>\n

Afrontar situaciones l\u00edmite puede servir para compensar sentimientos de inferioridad, miedo social e integrar as\u00ed la personalidad: en definitiva, para aumentar la propia autoestima. <\/p>\n

Desarrollo hist\u00f3rico-psicol\u00f3gico del fen\u00f3meno de la escalada<\/strong><\/p>\n

Aunque situ\u00e1semos el inicio del alpinismo en la ascensi\u00f3n de Francesco Petrarca al Mont Ventoux, en 1336, debemos considerar a \u00e9sta y otras ascensiones aisladas como episodios \u00fanicos sin car\u00e1cter de fen\u00f3meno cultural o social. Es hacia fines del siglo XVIII cuando en Europa nace un inter\u00e9s verdadero hacia la naturaleza alpina y los Alpes. <\/p>\n

El esp\u00edritu innovador del Iluminismo, con su pensamiento racional, l\u00f3gico y matem\u00e1tico, incit\u00f3 a cient\u00edficos y aventureros al estudio y conquista de los Alpes. En Inglaterra, el alpinismo contribu\u00eda ya a destruir la labor creativa y artesanal, generando fen\u00f3menos de despersonalizaci\u00f3n y necesidades de evasi\u00f3n.
\n Durante el siglo XIX, el habitante de la ciudad empez\u00f3 a invadir los valles y las cumbres. <\/p>\n

Con ello cre\u00f3, al mismo tiempo, una nueva forma de vivir en los propios habitantes de los valles; \u00e9stos casi se vieron forzados a escoger el oficio de gu\u00eda. Empujadas por unos acontecimientos superiores a su resistencia y con el trasfondo econ\u00f3mico que supon\u00eda el intercambio de servicios, intentaban mejorar as\u00ed sus duras condiciones de vida. Recordando a Whymper se nos perfila la figura cl\u00e1sica, ciudadana, met\u00f3dica y ciertamente agresiva y neur\u00f3tica, cara al contexto ambiental que lo rodeaba. <\/p>\n

El habitante del valle se representa como una figura m\u00e1s calmada y fatalista, estando m\u00e1s en armon\u00eda con el ambiente natural, y no llegando a identificarse con la mentalidad de la conquista, lucha y pasi\u00f3n que empujaba a los de la “ciudad”.
\n Poco a poco se conquistaron todas las cumbres de los Alpes. Como fecha clave podemos recordar 1786, en que se lleg\u00f3 a la cima del Mont-Blanc (Balmat, Paccard). <\/p>\n

Con posterioridad a la conquista de las cimas, se inici\u00f3 el proceso de ataque por las diferentes aristas y caras de las monta\u00f1as, reputadas m\u00e1s temibles. Lentamente la historia cambi\u00f3 el sentido de la aventura, y la fascinaci\u00f3n de la monta\u00f1a virgen qued\u00f3 relegada. Se domesticaba lo desconocido. Las v\u00edas se repet\u00edan una y otra vez. <\/p>\n

El “encanto” quedaba roto. La “obra de arte” del primero dejaba paso solamente a un trabajo t\u00e9cnico y atl\u00e9tico de los que le segu\u00edan. Los deseos y las emociones deb\u00edan cambiar de meta. Entonces el concepto del “m\u00e1s dif\u00edcil todav\u00eda” entr\u00f3 con fuerza. Se buscaba la pared m\u00e1s larga, m\u00e1s vertical, el mixto m\u00e1s duro y dif\u00edcil, la cara norte m\u00e1s impresionante… <\/p>\n

La introducci\u00f3n de los medios artificiales de progresi\u00f3n en la escalada (Emilio Comici, 1929) dio una moment\u00e1nea impresi\u00f3n de ampliar los l\u00edmites de la dificultad en paredes consideradas como imposibles.
\n Con Hans D\u00fclfer (1912) se inici\u00f3 la era de lo que m\u00e1s tarde se llamar\u00eda el “Sexto Grado”, entendiendo como tal el l\u00edmite de las posibilidades humanas enfrentadas en una escalada en roca. <\/p>\n

De todas formas no es hasta 1926, en que Willy Welzebach propuso la creaci\u00f3n de una escalada de dificultades de escalada en roca (del I, f\u00e1cil, al VI, extremadamente dif\u00edcil) para intentar cuantificar, clasificar y comparar diferentes v\u00edas. Pero quiz\u00e1s el punto m\u00e1s importante como evoluci\u00f3n del alpinismo lo marc\u00f3 Paul Preuss, tomando una clara postura en contra de los medios artificiales en la escalada en roca. <\/p>\n

En 1912 pronunci\u00f3 una conferencia en Munich de Baviera, exponiendo sus principios b\u00e1sicos, pudiendo resumirse en dos muy significativos: <\/p>\n

    \n
  1. No se debe solamente estar a la altura de la dificultad que afrontamos, sino que debemos ser muy superiores a ella.<\/li>\n
  2. La medida de la dificultad que un escalador puede afrontar con seguridad, en descenso, sin el uso de la cuerda y con \u00e1nimo tranquilo, debe representar el l\u00edmite de la dificultad que \u00e9l puede afrontar en una ascensi\u00f3n.<\/li>\n<\/ol>\n

    Con estos principios, Preuss inici\u00f3 el c\u00edrculo que actualmente se est\u00e1 cerrando en el alpinismo. El sexto grado supuso un l\u00edmite, un imposible de superar. Se utilizaron medios artificiales de progresi\u00f3n con la ilusi\u00f3n de derribar estos l\u00edmites, pero Preuss ya propon\u00eda el afrontar la escalada con medios “leales”, “by fair means”. <\/p>\n

    No predomin\u00f3 su esp\u00edritu, dejando con ello paso a toda una feroz actividad sobre los Alpes, que ha culminado en los a\u00f1os 60-70 con una agresi\u00f3n estival e invernal sin precedentes, donde cada escalador busca su espacio de lucha individual, llenando las v\u00edas de clavos y material y descargando agresividad. Tras todo ello, el deseo de afirmaci\u00f3n y victoria. <\/p>\n

    Es en California, en la d\u00e9cada de los 70, en donde se ha recogido en cierta forma el esp\u00edritu de Preuss: la escalada limpia, libre, que implica una preparaci\u00f3n atl\u00e9tica met\u00f3dica y dura. En ella el aspecto ps\u00edquico es fundamental, intentando llegar a un control de la mente y a una nueva capacidad sensorial; el gesto simple, buscando el l\u00edmite de la perfecci\u00f3n, dentro de una espontaneidad sincr\u00f3nica de acci\u00f3n-decisi\u00f3n. <\/p>\n

    Se contempla la escalada como la b\u00fasqueda de una capacidad sensitiva y cognoscitiva olvidada. Se vive como una expresi\u00f3n vital y existencial. Deja de ser agresiva, buscando armon\u00eda con todo lo que envuelve la ascensi\u00f3n. <\/p>\n

    Trasladado el concepto a Europa, es Reinhold Messner quien lo recoge. Se convierte en su defensor y difusor, ampliando el campo al himalayismo. La idea “by fair means” se lleva a sus m\u00e1ximas consecuencias (Everest sin ox\u00edgeno) y el sexto grado deja paso al s\u00e9ptimo, en donde cada situaci\u00f3n que aleje el l\u00edmite absoluto acerca m\u00e1s al propio conocimiento individual. <\/p>\n

    Aspectos motivacionales del escalador<\/strong><\/p>\n

    Esta perspectiva hist\u00f3rica nos lleva a considerar un aspecto fundamental de la motivaci\u00f3n de la escalada: la necesidad de conquista y dominio de la cultura occidental<\/em>. El hombre, centro del universo, debe someter jer\u00e1rquicamente a todo su entorno. La Naturaleza estar\u00e1 siempre en funci\u00f3n del hombre y \u00e9ste puede utilizarla, modelarla, agredirla y destruirla, si es necesario, para la consecuci\u00f3n de sus fines.<\/p>\n

    Por un mecanismo de defensa, f\u00e1cilmente comprensible, el hombre occidental ha intentado desprenderse del sentimiento de culpa en su relaci\u00f3n con el mundo. La \u00fanica fuerza vital y espiritual es el hombre: el resto son “cosas”, y as\u00ed no existe el problema derivado de su destrucci\u00f3n. Motti, en su magn\u00edfica obra \u00abHistoria del alpinismo y el esqu\u00ed\u00bb, considera al respecto:<\/p>\n

    “…Con ello se crea toda una relaci\u00f3n jer\u00e1rquica ante la Naturaleza, con connotaciones sadomasoquistas, en el que se delimitan fuertes pulsiones y contrastes como el amor\/odio. El Hombre dice: yo te amo, pero debo vivir, entonces debo matar y destruir. La Naturaleza responde: tambi\u00e9n yo te amo, pero debo defenderme e intentar destruirte antes de que t\u00fa me mates”.<\/p>\n

    La cultura occidental niega esta suposici\u00f3n intentando justificar el dramatismo existencial y la define como necesaria para la evoluci\u00f3n. En contraposici\u00f3n, el pensamiento oriental considera a todas las cosas animadas e inteligentes, desde una piedra al hombre, Por otra parte, la lucha contra la muerte y la defensa contra el dolor se contemplan como in\u00fatiles y sin sentido. El alt\u00edsimo nivel intuitivo y cognoscitivo de estas culturas (India, Tibet, China) proponen una armon\u00eda suprema con todas las cosas existentes. Se sintetizar\u00eda en el llamado Amor Universal, sin diferencias jer\u00e1rquicas.<\/p>\n

    Para conseguir esta armon\u00eda, el hombre debe renunciar a la vida material. Mediante una serie de disciplinas muy duras se realiza el contacto \u00edntimo con el Cosmos, buscando paralelamente el conocimiento interior. En contraposici\u00f3n, el occidental, mediante la ciencia y la tecnolog\u00eda, busca el conocimiento externo al individuo, la dominaci\u00f3n y el control de “lo imposible”.<\/p>\n

    Todas estas consideraciones son importantes para comprender el proceso seguido por el hombre occidental frente a “su” Naturaleza, incluidas las monta\u00f1as. Al mismo tiempo, permitir\u00e1 situar la actual crisis del alpinismo, en donde empieza a surgir una sensaci\u00f3n de vac\u00edo e inutilidad: el alpinismo agresivo y competitivo, la cima virgen, la “primera” in\u00e9dita, el ac\u00famulo obsesivo de ascensiones, el palmar\u00e9s del escalador punta (codiciado por el resto), la carrera patri\u00f3tica y nacionalista en la conquista de los “ochomiles”, la adoraci\u00f3n ritual y simb\u00f3lica a todo el despliegue tecnol\u00f3gico de equipamiento utilizado por el alpinismo, etc.<\/p>\n

    En este sentido, es interesante resaltar que la \u00fanica comunidad asi\u00e1tica que se ha lanzado masivamente al alpinismo es la japonesa, la cual presenta un desarrollo socioecon\u00f3mico claramente occidentalizado y una historia igualmente imperialista. No debe extra\u00f1arnos la inclusi\u00f3n del concepto de imperialismo (con sus connotaciones militaristas y expansionistas) en un trabajo de este tipo, pues la terminolog\u00eda empleada en la escalada est\u00e1 llena de conceptos de equivalencia militar (Ver tabla I). <\/p>\n

    Tabla I
    \n T\u00e9rminos de equivalencia militar empleados en la literatura alpina<\/strong><\/p>\n

    \n

    Lucha – Inexpugnable
    \n Batalla – Invencible
    \n Victoria – Campamento
    \n Asedio – Ataque
    \n Conquista – Retirada
    \n Cerco – Asalto
    \n Desaf\u00edo – Jefe
    \n T\u00e1ctica – Supremac\u00eda
    \n Estrategia – Reconocimiento
    \n Torre\u00f3n – Expedici\u00f3n
    \n Gendarme – Enemigo
    \n Centinela – Muralla<\/p>\n<\/blockquote>\n

    Se acepta generalmente que el alpinismo es un medio de descargar agresi\u00f3n<\/em>, al igual que casi todo tipo de deportes.<\/p>\n

    “Se necesita estar fuertemente motivado para escalar una roca dif\u00edcil, y aqu\u00ed la agresividad es un hecho importante. Los psic\u00f3logos est\u00e1n de acuerdo en que los factores agresivos y competitivos est\u00e1n m\u00e1s asociados con actividades que requieren audacia y coraje”.<\/p>\n

    En el interesante trabajo de R. Mighell, “The psychology of climbing” se dice que “quiz\u00e1s es cierto que los monta\u00f1eros generalmente se interesan m\u00e1s por la muerte y tienen un temor a la muerte mayor de lo habitual”.<\/p>\n

    Las declaraciones de diversos escaladores confirman esta impresi\u00f3n:<\/p>\n

    “…desde el momento en que se plantea la disyuntiva de continuar viviendo o morir, deja de interesarme la cumbre… Dar media vuelta \u00bfo qu\u00e9? \u00bfO arriesgar la \u00faltima oportunidad que me resta: escalar hasta la cumbre por la l\u00ednea m\u00e1s corta…? (R. Messner)<\/p>\n

    “Es una lucha… vencer los propios deseos, con ocasi\u00f3n de descubrir tu verdadero rostro… vencer el miedo, acercarme al abismo de la vida y saborearlo por completo” (W. Bonatti).<\/p>\n

    De hecho, este temor y su contestaci\u00f3n contraf\u00f3bica<\/em> a trav\u00e9s de la repetici\u00f3n de la b\u00fasqueda de situaciones l\u00edmite forma parte del n\u00facleo motivacional del escalador. En este sentido, tambi\u00e9n puede verse contrarrestado por la escalada el temor a la soledad.<\/p>\n

    “…en realidad se trata de una lucha con la soledad y en la soledad, una lucha contra las dificultades de la naturaleza alpin\u00edstica y tambi\u00e9n una lucha consigo mismo, con sus debilidades co el miedo y el sentimiento de inferioridad” (Z. Ryn).<\/p>\n

    Uno de los atractivos de la escalada es la satisfacci\u00f3n obtenida por el perfecto control psicomotor<\/em> necesario para coordinar equilibrio, fuerza, agilidad e intuici\u00f3n. La autoobservaci\u00f3n de todas estas cualidades puede llegar a satisfacer muchas necesidades narcisistas.
    \n Para llegar a tolerar e incluso buscar y repetir los dolores e incomodidades de la escalada (cambios climatol\u00f3gicos muy bruscos, sed, hambre, cansancio f\u00edsico extremo, congelaciones, erosiones en las manos, reuniones que suponen una inmovilizaci\u00f3n f\u00edsica prolongada en posturas forzadas… etc.) deben existir razones de satisfacci\u00f3n masoquista<\/em>.<\/p>\n

    Cuanto m\u00e1s larga y dif\u00edcil es la escalada, hay m\u00e1s sufrimiento y menor es la satisfacci\u00f3n producida al llegar a la cima, llega incluso \u00e9sta a producir decepci\u00f3n y deseo de huida y retorno al valle (“…ah\u00ed est\u00e1 la cima. \u00bfPara eso he luchado y vivido? \u00bfVal\u00eda la pena?… me da asco esta cima, me da asco este viento, las fotos sacadas, la firma depositada. No val\u00eda la pena, v\u00e1monos aprisa… me siento indiferente, embrutecido por el cansancio, con los nervios destrozados”). <\/p>\n

    Estas declaraciones de Cesare Maestri en su ascensi\u00f3n al Cerro Torre \u2014primera con Toni Egger\u2014 muestran que la idea fantaseada de llegar a la cima no ser\u00eda la motivaci\u00f3n real de soportar el padecimiento necesario para alcanzarla.
    \n Otra de las posibles motivaciones de esta actividad es la necesidad de singularizaci\u00f3n<\/em> existente n un contexto social standar y mon\u00f3tono que permite pocas posibilidades al individuo para desarrollarse de forma personalizada y creativa, y la b\u00fasqueda de la situaci\u00f3n l\u00edmite que permite la escalada puede conferir un sentimiento de orgullo e indivualizaci\u00f3n. <\/p>\n

    La Tabla II muestra algunos de los t\u00e9rminos empleados en escalada y alpinismo con las claras equivalencias sexuales<\/em>.<\/p>\n

    Tabla II<\/strong><\/p>\n

    T\u00e9rminos de equivalencia er\u00f3tico-ext\u00e1sico empleados en literatura alpina<\/strong><\/p>\n

    Culminaci\u00f3n – Conquista
    \n Entrega – Pasi\u00f3n
    \n Tanteo – Inviolada
    \n Virgen – Extasis
    \n Inmaculada – Falda
    \n Atracci\u00f3n – Seducci\u00f3n<\/p>\n

    La preparaci\u00f3n de una escalada implica una serie de elementos de cuidado, placer y nerviosismo ante la espectativa, que m\u00e1s tarde se sustituyen por otros de aproximaci\u00f3n y tanteo, hasta llegar al inicio del excitante ritual de ascensi\u00f3n que ha de culminar con la conquista de la cima y su posterior abandono. Este punto de vista es compartido por varios autores.<\/p>\n

    Obviamente estas equivalencias sexuales pueden considerarse t\u00edpicamente “machistas”.
    \n La reducci\u00f3n del margen de incertidumbre<\/em> es \u2014por parad\u00f3jico que a primera vista parezca\u2014 otro de los principales motores motivacionales de la escalada. Es un modelo social en el que predominan la existencia de objetivos poco definidos pero amenazantes, la confusi\u00f3n de roles, la impracticabilidad de la decisi\u00f3n personal y la poca definici\u00f3n de los valores bueno\/malo; el recurso de plantear un modelo experimental en el que los m\u00e1rgenes de incertidumbre se reducen, controlan y resuelven, mediante la t\u00e9cnica y un aprendizaje progresivo, proporciona al escalador una profunda sensaci\u00f3n de “dominio de la situaci\u00f3n”.<\/p>\n

    As\u00ed, el escalador llega a mantener la ilusi\u00f3n de perfecci\u00f3n y control sobre s\u00ed mismo, los otros y el ambiente.
    \n Finalmente, una de las motivaciones fundamentales de la b\u00fasqueda de la situaci\u00f3n l\u00edmite en escalada es la consecuci\u00f3n de la experiencia ext\u00e1sica<\/em>. En uno de sus trabajos, Ryn cita a Messner cuando comenta <\/p>\n

    “…se da el hecho de que cuando se est\u00e1 al borde de la muerte pr\u00e1cticamente no se siente miedo, puesto que all\u00ed se abren nuevas regiones de la conciencia.”<\/p>\n

    Este es uno de los est\u00edmulos m\u00e1s importantes que empujan al alpinismo, incluso subconscientemente en quienes a\u00fan no lo conocen. Principalmente tres factores son los que favorecer\u00edan la experimentaci\u00f3n de este tipo especial de estados de conciencia: la majestuosidad y belleza del entorno natural, el agotamiento f\u00edsico (y en ocasiones la hipoxemia) y la confrontaci\u00f3n con el peligro real de la situaci\u00f3n l\u00edmite. En este contexto es relativamente f\u00e1cil la experiencia ext\u00e1sica o “m\u00edstica” en el sentido de una desaparici\u00f3n del concepto del “yo” y una sensaci\u00f3n de disoluci\u00f3n con el entorno. En todo caso, como dice Keenlyside, la monta\u00f1a no es el lugar del “homme sensuel moyen”. <\/p>\n<\/div>\n

    <\/p>\n

    \n

    Tipos de personalidad del escalador<\/strong><\/p>\n

    Existen dos l\u00edneas generales en cuanto a la aproximaci\u00f3n a la tipificaci\u00f3n de la personalidad del escalador. Para Lester, Gray, Jackson, Balaguer, el escalador medio es afirmativo, seguro de s\u00ed mismo, inteligente, independiente… y por otra parte presenta dificultad para las relaciones interpersonales satisfactorias, no detectando estos autores subgrupos diferenciables.<\/p>\n

    Ryn, en un trabajo ya cl\u00e1sico sobre un grupo de escaladores polacos, diferencia dos grupos de personalidad: esquizoide (66%) y neur\u00f3tica (30%). Mighuell habla tambi\u00e9n de una categor\u00eda de escaladores que pueden considerarse esquizoides. Al referirse a ellos coment\u00f3 en un tono coloquial: \u00abson solitarios, extra\u00f1os… a veces tienen una sonrisa y una mirada que demuestran que otorgan a las cosas un significado diferente…\u00bb<\/p>\n

    Por otra parte, este mismo autor considera otro grupo con caracter\u00edsticas obsesivo-compulsivas.
    \n Expondremos a continuaci\u00f3n los resultados de un estudio propio efectuado en 1982 sobre un grupo de 8 monta\u00f1eros que se propon\u00edan una ascensi\u00f3n a un pico de 7,500 m en el Himalaya por una v\u00eda no realizada:
    \n Edad media: 30 a\u00f1os (rango de 27 a 37). Nivel intelectual: normal (medio: centil 45) y cultural medio\u2014alto; estudios: 4 medios y 4 superiores.<\/p>\n

    Tras la aplicaci\u00f3n dedel cuestionario de personalidad 16\u2014PF de Castell, la realizaci\u00f3n de entrevistas personales a cargo de un psic\u00f3logo y la observaci\u00f3n de campo del m\u00e9dico de la expedici\u00f3n, se obtuvieron las siguientes conclusiones:
    \n a) Se observa en 6 casos un desarraigo laboral, con falta de expectativas profesionales.<\/p>\n

    En contraposici\u00f3n, gran nivel de aspiraci\u00f3n e inter\u00e9s por la tem\u00e1tica alpina.
    \n b) Inestabilidad en las relaciones interpesonales y de pareja en todos los casos.
    \n c) Nivel de ansiedad medio-alto.
    \n Se observan 6\/8 [seis de ocho] individuos (75%) que entrar\u00edan dentro de la categor\u00eda de \u2014esquizoides\u2014 (introversi\u00f3n, instrospecci\u00f3n y fijaci\u00f3n de ideas; cr\u00edticos hacia los dem\u00e1s y la sociedad; desconfiados y con dificultad de adaptaci\u00f3n social. <\/p>\n

    Marcada inseguridad y fragilidad yoica. Fantasiosos, imaginativos, autoritarios, inconvencionales y exc\u00e9ntricos.
    \n En 2\/8 [dos de ocho] individuos (25%) se observ\u00f3 un patr\u00f3n de personalidad tipo neur\u00f3tico-compulsivo<\/em> (muy adictos, tenaces, impulsivos, ambiciosos y con fuerte autoexigencia y agresividad). Esta personalidad tendr\u00eda como sustrato una pobre imagen de s\u00ed mismo, timidez y \u2014a un nivel psicol\u00f3gico m\u00e1s profundo\u2014 conflictos ed\u00edpicos no resueltos.<\/p>\n

    El jefe de la expedici\u00f3n pertenec\u00eda a este \u00faltimo grupo. Su identificaci\u00f3n como Jefe parti\u00f3 de su iniciativa como promotor, observ\u00e1ndose durante la expedici\u00f3n que su rol era m\u00e1s imaginativo que real. Este hecho pudo provocar que las relaciones de autoridad y solidaridad no quedaran suficientemente resueltas, ocasionando tensiones y situaciones de conflicto. Ello pudo llegar a mermar las posibilidades de afrontar situaciones especialmente adversas.<\/p>\n

    Conclusiones<\/strong><\/p>\n

    Estas consideraciones plantean en \u00faltimo t\u00e9rmino la necesidad y validez de un estudio previo de la personalidad y relaciones grupales de los miembros de todo equipo expedicionario.
    \n Por otra parte, es de se\u00f1alar que la discusi\u00f3n en torno a la personalidad del alpinista y sus motivaciones psicol\u00f3gicas puede llegar a ser sumamente rica y merece el esfuerzo de posteriores investigaciones. <\/p>\n

    El pensamiento de Kierkegaard citado al principio de este trabajo (\u00ab…abandonar la dicha y la seguridad para ponerse en peligro…\u00bb) suscita ahora el comentario de que esta visi\u00f3n ingenua y novelesca del escalador debe sustituirse por la de un individuo que se implica a trav\u00e9s de este deporte en la b\u00fasqueda de inseguridad e inferioridad. <\/p>\n

    Se tratar\u00eda de lo que Ryn ha denominado "miedo integrativo".
    \n Con todo, una compensaci\u00f3n psicol\u00f3gica que permite vivir la aventura de ser uno mismo, a miles de metros de altura, e inmerso en un ambiente no contaminado, silencioso y puro, no deja de ser una satisfacci\u00f3n sumamente ecol\u00f3gica.<\/p>\n

    \n Ant\u00f3n Ra\u00f1\u00e9 i Tarrag\u00f3, Salvador Garc\u00eda S\u00e1nchez, Josep Ma. Ferrer y Pons y Mireia Gra\u00f1\u00f3 i Arcarons. En VI Jornadas de Medicina de Monta\u00f1a<\/em>. Servicio de Publicaciones del Gobierno Vasco, Vitoria-Gasteiz, 1984. P. 147-158.<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

    ¿Cuáles son las motivaciones psicológicas que impulsan a un individuo a arriesgar una y otra vez, afrontando la situación límite de estar suspendido en el vacío, tratando de superar un muro vertical de piedra?<\/div>\n

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