{"id":11159,"date":"2003-03-01T00:00:00","date_gmt":"2003-03-01T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11159"},"modified":"2012-11-21T13:08:25","modified_gmt":"2012-11-21T19:08:25","slug":"k2_historia_de_un_caso","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/2003\/k2_historia_de_un_caso\/","title":{"rendered":"K2: historia de un caso"},"content":{"rendered":"
\n

Walter Bonatti. K2: historia de un caso<\/i>. Ediciones Desnivel, Madrid. 2002. 240 p\u00e1ginas. ISBN: 84-95760-71-1<\/p>\n

\n
\n

Esa noche en el K2, entre el 30 y el 31 de julio de 1954, yo deb\u00eda morir. El hecho de que, por el contrario, sobreviviera dependi\u00f3 \u00fanicamente de m\u00ed.<\/p>\n

Walter Bonatti<\/p>\n

Siempre se ha dicho que la historia no sirve para mucho. Pero mientras tanto, empecemos por lo menos por escribirla correctamente.<\/p>\n

Silvia Metzeltin y Alessandro Giorgetta, cit. p. 139<\/p>\n<\/blockquote>\n<\/blockquote>\n

\n K2. 8,100 metros. 30 de julio de 1954. Dos hombres: uno italiano y el otro hunza. Dos idiomas que no se comprenden mutuamente. Walter Bonatti y Madhi han subido hasta los 8,100 metros para llevar el ox\u00edgeno que Lino Lacedelli y Achille Compagnoni necesitar\u00edan para llegar a la cumbre. Pero no los encuentran y la noche se les viene encima. Sus compa\u00f1eros de expedici\u00f3n, refugiados en su campamento IX, a pocos metros de ellos, no van en su ayuda y le gritan a Bonatti que deje los tanques en donde est\u00e1n y bajen, pero, atrapados en una pendiente dif\u00edcil, Bonatti decide vivaquear. En cuanto hubo luz del d\u00eda siguiente Madhi, destrozado, comienza a descender. Lacedelli y Compagnoni llegar\u00e1n a la cumbre del K2 a las seis de la tarde con los tanques que Bonatti y Madhi han subido para ellos. A su regreso, la expedici\u00f3n en total, pero especialmente quienes llegaron a la cima, son tratados como h\u00e9roes.<\/p>\n

Diez a\u00f1os despu\u00e9s, en 1964, el peri\u00f3dico italiano Nuova Gazeta del Popolo della Domenica<\/i> publica un art\u00edculo titulado "Diez a\u00f1os despu\u00e9s la verdad sobre el K2. C\u00f3mo Bonatti intent\u00f3 adelantarse a Compagnoni y Lino Lacedelli." Y en \u00e9l se afirma que Bonatti intent\u00f3 llegar a la cumbre del K2 antes y usando los tanques de ox\u00edgeno que llevaban. La respuesta de Bonatti fue veloz y contundente: una demanda por difamaci\u00f3n al peri\u00f3dico y al reportero. Pero el resultado habr\u00eda de arrojar un saldo imprevisto para todos: la fuente de informaci\u00f3n hab\u00eda sido Compagnoni.<\/p>\n

As\u00ed se abr\u00eda el expediente de un caso que a\u00fan no finaliza, seg\u00fan Bonatti, porque si bien en 1994, en el aniversario 40 del primer ascenso al K2, los peri\u00f3dicos y la opini\u00f3n no dudan ya de los argumentos presentados con l\u00f3gica por Bonatti "quiz\u00e1 principalmente porque nunca fueron demostrados como falsos" el reconocimiento oficial por parte del presidente de Italia a Ardito Desio, jefe de la expedici\u00f3n, en 2001 por su 104 aniversario, hizo saltar de nuevo a Bonatti: si bien el mundo especializado sab\u00eda la verdad, la historia oficial segu\u00eda siendo claramente err\u00f3nea.<\/p>\n

¿Por qu\u00e9 molestarse en documentarse y escribir un libro m\u00e1s bien documental que literario sobre dos d\u00edas de la historia de una sola monta\u00f1a? Hay que colocarse en el papel de un Walter Bonatti de 24 a\u00f1os, a s\u00f3lo uno de distancia de convertirse en una leyenda del monta\u00f1ismo con su ascenso en solitario al pilar oeste de los Drus:<\/p>\n

"Pasaban los meses, tras aquella aciaga noche en el K2; y yo, tozudamente confiado a la par que ingenuo, segu\u00eda esperando un gesto, una simple palabra de reparaci\u00f3n, aunque fuera dicha de t\u00fa a t\u00fa, gui\u00f1ando un ojo, como a menudo se hace entre hombres; en fin, cualquier cosa que pudiera por lo menos atenuar la profunda desilusi\u00f3n de esa noche causada por aquellos por los que yo, espont\u00e1neamente y con el m\u00e1ximo empe\u00f1o, hab\u00eda puesto en riesgo mi propia existencia. No s\u00f3lo no ocurri\u00f3 nada de eso, sino que, a la luz de los acontecimientos que siguieron, mi silencio sirvi\u00f3 \u00fanicamente para imponer y consolidar la versi\u00f3n defendida por los dem\u00e1s, en detrimento de lo que viv\u00ed en esa lejana cumbre." (p. 50)<\/p>\n

Pero si bien este es el sentimiento propio de un hombre de 24 a\u00f1os, el reportaje donde se hablaba de "la verdad" despu\u00e9s de diez a\u00f1os, fue el cristal a trav\u00e9s del cual pudo mirar lo que suced\u00eda a su alrededor: no pod\u00eda conseguir patrocinios y se hablaba de \u00e9l a sus espaldas y, de pronto, tambi\u00e9n de frente, usando la versi\u00f3n oficial para ello: "Pero mi aclaraci\u00f3n, repito, es sobre todo para hacer justicia y volver a darle sentido l\u00f3gico a las decisiones que tom\u00e9 esa noche del 30 de julio de 1954." (p. 84)<\/p>\n

No se trata de un libro de literatura y tampoco es agradable ver c\u00f3mo la disputa se hace fuerte. Pero es un libro que tiene cabida en el contexto hist\u00f3rico. Y no se trata de la versi\u00f3n de Bonatti contra la de Ardito Desio (que nunca estuvo en los campamentos superiores, pues ni siquiera era alpinista) o de Compagnoni o Lacedelli. Quiz\u00e1 la versi\u00f3n de Bonatti sea m\u00e1s interesante y llena de vida, pero puede ser \u00e9ste el anzuelo que haga tomar partido por Bonatti.<\/p>\n

Se descubre lo verdaderamente valioso del libro cuando se lee el art\u00edculo escrito por el m\u00e9dico australiano Robert Marshall, un aficionado al alpinismo que decide escrutar los documentos presentados por Bonatti y hacer una an\u00e1lisis de la situaci\u00f3n en plan general. Es entonces cuando el car\u00e1cter de cada uno de los personajes implicados aparece instant\u00e1neamente.<\/p>\n

Este libro puede no tener valor para mucha gente pero desde mi punto de vista, se trata de un documento importante que no es f\u00e1cil de leer y que, en contra de lo que una reportera comentara ("Se trata, por el contrario, de un libro-documento, un collage<\/i> de materiales, incluso period\u00edsticos, que intenta con audacia experimental, no ya presentar al lector una verdad ya hecha, sino conducirlo gradualmente a construirse \u00e9l mismo su propia verdad." [Andrea Casalegno, cit. en p. 172]), es un conjunto de pruebas que muestran claramente la verdad.<\/p>\n

Reinhold Messner menciona: "Walter Bonatti merece el \u00faltimo laurel por todos sus heroicos actos sobre la roca, con o sin clavos, con o sin preparaci\u00f3n. Es el Aquiles del Alpinismo. y ha sobrevivido, a diferencia de Herman Buhl y Lionel Terray. Si hubiera permanecido silencioso como lo hicieron Milarepa y Dibona antes que \u00e9l, se hubiera contado entre los sabios." ("Mitos destruidos, h\u00e9roes muertos")<\/p>\n

Pero… ¿hizo bien Bonatti en comenzar el "proceso", un proceso que a\u00fan no acaba, a un a\u00f1o del cincuentenario de la conquista del K2? Para algunos, no. Para la gran mayor\u00eda es una lucha que ya no tiene sentido seguir. Sin embargo, de no haber iniciado esa lucha, habr\u00eda pasado a la historia como un rufi\u00e1n. Y por supuesto, no se ha quedado en su "rehabilitaci\u00f3n" (pues su calidad t\u00e9cnica y sus hechos no estaban puestos en duda) sino que hace un planteamiento decisivo:<\/p>\n

"…hoy el problema s\u00f3lo es reconocer la verdad y volver a escribir la historia oficial del K2. no me importa que los peri\u00f3dicos de todo el mundo hayan tomado partido por m\u00ed: es un hecho muy importante, pero no es suficiente. Es la oficialidad de la historia lo que hay que corregir." (Walter Bonatti en una entrevista, p. 178)<\/p>\n

Lee un cap\u00edtulo (PDF)<\/a><\/b><\/p>\n<\/div>\n

<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"\n\n\n
\n


\n Un libro difícil por ser polémico, pero que trata de algo indispensable: los principios de uno de los hombres que hizo posible el primer ascenso al K2. Con esto, se ha convertido enun libro indispensable para conocer la historia de la conquista de la segunda montaña más alta del mundo.<\/p>\n<\/td>\n

\n

<\/p>\n<\/td>\n<\/tr>\n<\/tbody>\n<\/table>\n

<\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1001,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":""},"categories":[1012],"tags":[10021],"jetpack_featured_media_url":"","jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p51GhY-2TZ","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11159"}],"collection":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1001"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11159"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11159\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":22212,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11159\/revisions\/22212"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11159"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11159"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/montanismo.org\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11159"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}