{"id":11142,"date":"1998-10-20T00:00:00","date_gmt":"1998-10-20T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11142"},"modified":"2013-02-04T22:04:53","modified_gmt":"2013-02-05T04:04:53","slug":"la_barranca_de_la_sinforosa","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1998\/la_barranca_de_la_sinforosa\/","title":{"rendered":"La barranca de la Sinforosa"},"content":{"rendered":"
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\"\" En el estado m\u00e1s grande de M\u00e9xico (Chihuahua) se encuentra una parte de la Sierra Madre Occidental que es conocida a nivel mundial: la Sierra Tarahumara. Los turistas que han llegado hasta ese escondido rinc\u00f3n de la naturaleza por medio del ferrocarril, avioneta o de camioneta, se quedan impresionados de sus barrancas. La m\u00e1s conocida de las barrancas es la del Cobre, al fondo de la cual fluye el r\u00edo Urique.<\/p>\n

Sin embargo, muy poca gente sabe que la m\u00e1s profunda barranca de todo Chihuahua se encuentra m\u00e1s al sur. Es la barranca de Sinforosa, tambi\u00e9n conocida como San Carlos o Cuchub\u00e9achi. Desde el fondo de la barranca hasta la parte m\u00e1s alta transcurren 1,830 metros, es decir: m\u00e1s de 400 superior al Gran Ca\u00f1\u00f3n del Colorado y poco m\u00e1s de 200 de la de Urique.<\/p>\n

Antecedentes<\/strong><\/p>\n

De la barranca de Sinforosa se ha hablado muy poco, quiz\u00e1 porque no ofreci\u00f3 los grandes beneficios de minerales que las barrancas de Urique o Batopilas. En el a\u00f1o de 1676, Jos\u00e9 Tard\u00e1 y Tom\u00e1s de Guadalaxara, misioneros jesuitas que andaban en un viaje por las barrancas la mencionan as\u00ed:<\/p>\n

…pasamos por cerca de otro pueblo llamado Gu\u00e9rachi [seguramente se trata de lo que ahora se conoce como Cumbres de Hu\u00e9rachi]; y por no estar tan profundos como los pasados, nos dijo Nicol\u00e1s [el gu\u00eda] que nos detuvi\u00e9semos para hablar con la gente. Ya comenz\u00e1ndose a una profundidad, comenz\u00f3 a dar voces llamando a los que estaba abajo. Nosotros no ve\u00edamos m\u00e1s de \u00e1rboles, ni alcanz\u00e1bamos con la vista a ver lo de abajo; ni parec\u00eda casa ni otra se\u00f1al de que hubiese gente. Pero de ah\u00ed a rato fueron saliendo de aquella profundidad muchos indios… (Jos\u00e9 Tard\u00e1 y Tom\u00e1s Guadalaxara, 1676. <\/em>En: Luis Gonz\u00e1lez Rodr\u00edguez. Cr\u00f3nicas de la Sierra Tarahumara.<\/em> Cien de M\u00e9xico, SEP, M\u00e9xico. 1987. p. 323<\/p>\n

Por muchos a\u00f1os, la barranca seguir\u00eda permaneciendo en el olvido, a no ser por algunas incursiones de los espa\u00f1oles en busca de los indios que encabezaron las rebeliones ind\u00edgenas de 1644-1652 y por 1690. Y despu\u00e9s aparece el primer explorador que la menciona expl\u00edcitamente: Carl Lumholtz. Hace un descenso a la barranca para presenciar la pesca entre los tarahumares y su trabajo sigue siendo hasta la fecha uno de los m\u00e1s importantes de este tema.<\/p>\n

En 1985, siete miembros de la Asociaci\u00f3n de Monta\u00f1ismo y Exploraci\u00f3n realizamos el recorrido \u00edntegro a pie de la Sierra y cruzamos desde Baborigame hasta Guachochi, pasando por Hu\u00e9rachi. El a\u00f1o siguiente, Fischer y dos compa\u00f1eros suyos intentaron realizar el primer recorrido en balsa, pero salieron al poco tiempo y declararon que era imposible. Desde entonces, nadie se hab\u00eda metido a la barranca. La gente del lugar dice que algunas veces pasan balsas “de hule” con gente, lo cual prueba que el r\u00edo s\u00ed es navegable, al contrario de lo que afirma Fischer.<\/p>\n

\"\" <\/em>El recorrido y los objetivos<\/strong><\/p>\n

Nuestro objetivo era recorrer la barranca de Sinforosa para hacer un recorrido a todo su largo. Sab\u00edamos que un r\u00edo es diferente de d\u00eda en d\u00eda y que el juicio de Fischer sobre la innavegabilidad del r\u00edo podr\u00eda ser falsa. Por supuesto, no sab\u00edamos que a veces pasaban balsas y kayaks. Lo que quer\u00edamos hacer era evaluar las dificultades t\u00e9cnicas que el mismo r\u00edo o su lecho ofrecieran a la navegaci\u00f3n. Por eso fuimos en el mes seco: mayo.<\/p>\n

Debo aclarar que en el relato que sigue se usa el horario solar existe una peque\u00f1a discrepancia en los horarios y la raz\u00f3n es muy sencilla: la barranca tiene unos 107\u00ba de longitud oeste, lo que equivale a 7 horas de diferencia con el Meridiano de Greenwich, a diferencia de los 90\u00ba que tiene el meridiano con el que est\u00e1 puesta la hora nacional. Y si a eso a\u00f1adimos que est\u00e1bamos usando el “horario de verano” (una hora m\u00e1s tarde), resulta que anochec\u00eda a las 21:15 horas, cuando en realidad eran las 19:15. Por eso se ha adoptado el horario solar en vez del uso horario internacional.<\/p>\n

La exploraci\u00f3n<\/strong><\/p>\n

El calor est\u00e1 por encima de nuestra capacidad de soporte. Es demasiado, sencillamente. Nos levantamos cotidianamente al amanecer y caminamos todo lo que podemos… hasta que el calor nos frena. O el hambre. Lo que suceda primero. Y eso es alrededor de las 11 de la ma\u00f1ana. Debajo de la sombra m\u00e1s profunda que encontr\u00e1ramos, desayun\u00e1bamos y descans\u00e1bamos hasta que el calor fuera menos intenso. Eso suced\u00eda entre las dos y las tres de la tarde.<\/p>\n

En ese peque\u00f1o refugio siempre ten\u00edamos un problema: la sombra se mov\u00eda conforme avanzaba el d\u00eda y nosotros siempre acab\u00e1bamos en un lugar diferente del que hab\u00edamos comenzado. Todos dispersos, nos encontr\u00e1bamos separados en los huecos de sombra m\u00e1s intensos. A menos que nos hubi\u00e9ramos decidido a nadar, pero eso lo hac\u00edamos a la una de la tarde, cuando el calor era m\u00e1s fuerte. Y como el agua del R\u00edo Verde siempre est\u00e1 fresca, a veces sal\u00edamos tiritando de fr\u00edo.<\/p>\n

El resto del tiempo lo dedic\u00e1bamos a caminar a un lado del r\u00edo, viendo todas las dificultades que las rocas y las curvas podr\u00edan presentar a las balsas o kayaks. Rayo y Luis iban siempre por delante buscando el camino, mientras Carlos Lazcano y yo \u00edbamos a la zaga, uno leyendo los mapas para ubicarnos y el otro analizando lo que esta piedra o ese conjunto de cascadas peque\u00f1as podr\u00edan hacer una vez que estuviera crecido el r\u00edo.
\n Porque el r\u00edo estaba seco. En verano, cuando los tarahumares suben a la sierra por el exceso de calor en el fondo de las barrancas, es dif\u00edcil hallar una persona que ande por esos lugares. Pero la sequ\u00eda en Chihuahua ya duraba algunos a\u00f1os. Los r\u00edos profundos estaban ya muy disminuidos y los tarahumares hab\u00edan regresado al fondo porque en lo alto de la sierra el agua escaseaba y el ganado mor\u00eda.<\/p>\n

Kuira-b\u00e1, dec\u00edamos y nos contestaban con otro saludo igual. Hubo un tarahumar que andaba pastoreando sus chivos y pas\u00f3 junto a nosotros cuando est\u00e1bamos a la sombra, por lo que no nos vio. Entonces lo llamamos y platicamos con \u00e9l. Como no entend\u00eda mucho de espa\u00f1ol, comenc\u00e9 a usar las frases de rar\u00e1muri que me sab\u00eda. El hombre qued\u00f3 maravillado de que supiera su lengua y trat\u00f3 de hacer la pl\u00e1tica, pero descubri\u00f3 que fuera de las pocas frases que me sab\u00eda, no era yo un terreno f\u00e9rtil para una conversaci\u00f3n en un lugar donde la soledad es la que domina el \u00e1nimo de cualquier hombre.<\/p>\n

Pero eso fue una o dos veces. El resto del tiempo estuvimos solos. Pod\u00edamos nadar desnudos si lo quer\u00edamos. Pero a la hora de caminar, el asunto se volv\u00eda muy otro. Analiz\u00e1bamos y procur\u00e1bamos imaginar el caudal cayendo por esa cascada y qu\u00e9 tipo de remolino u ola de contenci\u00f3n formar\u00eda.<\/p>\n

El primer d\u00eda pasamos un laberinto rocoso que ser\u00eda muy complicado resolver en balsas y con el r\u00edo un poco m\u00e1s crecido. Pero m\u00e1s adelante encontramos el camino que baja por Cumbres de Sinforosa y un poco despu\u00e9s un puente colgante. Como hasta ah\u00ed llegaban las mulas, ser\u00eda necesario comenzar el recorrido desde este punto y evitar as\u00ed el laberinto.<\/p>\n

El resto del r\u00edo tiene muchas rocas. Con un metro o metro y medio m\u00e1s de agua muchos de los obst\u00e1culos rocosos desaparecer\u00edan bajo el agua. Pero tendr\u00edamos mayor velocidad. Un r\u00edo muy t\u00e9cnico y apto s\u00f3lo para personas que ya hayan tenido alguna experiencia prolongada en descenso de r\u00edos, sobre todo manejando cuerdas y sistemas especiales de porteo. Pero el r\u00edo no era imposible. Cada paso que d\u00e1bamos era un paso m\u00e1s a la seguridad de que el R\u00edo Verde era navegable.<\/p>\n

\"\" <\/em>Hubo una parte en que la barranca literalmente nos cerr\u00f3 la vista: las paredes de los lados se volvieron verticales y sin playas casi. Las paredes en ese punto llegan a medir casi un kil\u00f3metro de altura. Se reconoce por el meandro en forma de herradura que se puede ver en los mapas. Bajando por el r\u00edo se puede ver en la parte alta de la pared de enfrente, la m\u00e1s alta, una formaci\u00f3n que semeja la cara en perfil de un tarahumar, por lo que la llamamos “La Cara del Tarahumar”. Y ah\u00ed, a decenas de metros debajo de esa cara rocosa, est\u00e1 el \u00fanico paso peligroso de todo el r\u00edo, el que recomiendo evitar porteando.<\/p>\n

Con el nivel de agua que entonces llevaba el r\u00edo, el caudal pasaba s\u00f3lo entre dos rocas que forman una especie de arco muy estrecho. Pero con el nivel de agua necesario para navegar, ese paso se torna en un peligro porque es probable que se forme un remolino. Si de alguna manera la embarcaci\u00f3n se llegara a ir por ah\u00ed, pasar\u00eda con algo de dificultad… si es inflable y no hay ramas que obstruyan el paso. Pero como esto es poco probable, ser\u00eda necesario explorar esa zona e identificar el paso peligroso. Por eso he puesto \u00e9nfasis en la “Cara del Tarahumar”.<\/p>\n

El recorrido en la barranca dur\u00f3 siete d\u00edas. El primero y el \u00faltimo fueron entrada y salida de la barranca, respectivamente. En el fondo estuvimos cinco d\u00edas. Avanz\u00e1bamos entre 6 a 8 kil\u00f3metros por d\u00eda debido a lo dif\u00edcil del terreno. Pero una vez que el R\u00edo Verde se junta con el de Los Loera, la barranca se vuelve m\u00e1s abierta y las dificultades son menores. De hecho, en mediod\u00eda avanzamos unos 12 kil\u00f3metros hasta llegar a Hu\u00e9rachi.<\/p>\n

Al llegar ah\u00ed, el calor era tan intenso que tuvimos que desistir de seguir lo que faltaba de la barranca hasta el puente de San Miguel. En Hu\u00e9rachi nos dijeron que algunas veces pasaban balsas inflables, pero s\u00f3lo las hab\u00edan visto en dos o tres ocasiones. Al parecer se trataba de embarcaciones individuales, de gente con experiencia y que salieron hasta el puente de San Miguel adonde quer\u00edamos finalizar.<\/p>\n

Con esta noticia sab\u00edamos ya que el r\u00edo era navegable adelante. De hecho, el R\u00edo Verde era muy t\u00e9cnico y tendr\u00eda una dificultad de III+ o IV. Ser\u00eda dif\u00edcil encontrar un paso m\u00e1s complicado adelante de la rancher\u00eda de Hu\u00e9rachi porque el gradiente en el r\u00edo (marcado en los mapas) era muy bajo. Entonces, y gracias a los 42\u00ba C a la sombra que alcanzamos ese d\u00eda, decidimos salir de la barranca hasta Cumbres de Hu\u00e9rachi.<\/p>\n

Participaron en el recorrido: Carlos Lazcano Sahag\u00fan, Luis Holgu\u00edn, Rayo Dom\u00ednguez y Carlos Rangel Plasencia. \"\"<\/em><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Desconocida por encontrarse cerca de la Barranca del Cobre, la de Sinforsa tiene un atracrtivo muy especial: nadie va ahí. Y no se debe sólo a que no es conocida, sino a las grandes dificultades que tiene. Esta es una exploración en una de las barrancas más profundas de Chihuahua.<\/div>\n

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