{"id":11138,"date":"1999-04-25T00:00:00","date_gmt":"1999-04-25T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11138"},"modified":"2012-03-08T12:27:38","modified_gmt":"2012-03-08T18:27:38","slug":"salcantay","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1999\/salcantay\/","title":{"rendered":"Salcantay"},"content":{"rendered":"
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Era el verano de 1977. A\u00fan baj\u00e1bamos de la Cordillera de las Rocallosas, en Canad\u00e1, cuando alguien pregunt\u00f3: “¿Cu\u00e1l ser\u00e1 la pr\u00f3xima?” Fue dif\u00edcil contestar. “Alguna monta\u00f1a en los Andes”, contest\u00e9.<\/p>\n

Durante cinco meses realizamos pr\u00e1cticas en las altas monta\u00f1as de M\u00e9xico y en las instalaciones deportivas de Ciudad Universitaria. Correr todas las ma\u00f1anas, asistir al gimnasio, trepar edificios.<\/p>\n

El 1º de junio [1978] partimos hacia la ciudad de Lima, donde conocimos al Sr. Morales Arnao, gran andinista y periodista, quien nos aclar\u00f3 algunos puntos y nos proporcion\u00f3 mapas del Salcantay, por lo cual quedamos profundamente agradecidos.<\/p>\n

En Cuzco, durante tres d\u00edas preparamos la alimentaci\u00f3n que compramos. Por fin, el d\u00eda 5 partimos en un “colectivo”, como llaman a los camiones de redilas, a la poblaci\u00f3n de Mollepata, pueblo base de la cordillera de Vilcabamba, desde donde parten todas las expediciones que intentan subir al Salcantay.<\/p>\n

\n Caminata de acercamiento<\/b><\/p>\n

Contratamos once mulas para que trasladaran 600 kgs de equipo y alimentaci\u00f3n, y un muchacho llamado Sebasti\u00e1n, que conoc\u00eda las veredas de acercamiento que conducen a la base de la monta\u00f1a.<\/p>\n

El primer d\u00eda de camino pasamos por verdes praderas y al atardecer acampamos en Pampa Soray al pie de una hermosa monta\u00f1a nevada: Huamantay. El segundo d\u00eda seguimos por la ca\u00f1ada que se sent\u00eda pesada por la inclinaci\u00f3n constante. Grata fue nuestra sorpresa cuando al llegar a Cacher\u00edas encontramos el campamento base de una expedici\u00f3n yugoslava que intentaba el Salcantay. Ya hab\u00edan estado en el Himalaya y eran los conquistadores de la pared sur del Makalu. Continuamos nuestro camino hasta las 7 de la noche.<\/p>\n

El tercer d\u00eda de acercamiento los arrieros se negaban a continuar pretextando que el paso Palcay se encontraba nevado y resultar\u00eda peligroso para sus animales. Nos ofrecimos para abrir camino entre la nieve. La verdad a\u00fan no sabemos qu\u00e9 hubiera sido mejor, si cargar los bultos o abrir camino a las mulas. Nos llev\u00f3 todo el d\u00eda pasar el collado. A las 6 de la tarde, agotados, llegamos a lo que ser\u00eda nuestro campamento base, pero no todos los animales llegaron y fue necesario que varios de nosotros volvieran a bajar.<\/p>\n

El d\u00eda nueve nos dedicamos a instalar el campamento base y la cocina donde se concentr\u00f3 toda nuestra alimentaci\u00f3n.<\/p>\n

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\n La cresta noreste<\/b><\/p>\n

El d\u00eda 10 iniciamos el primer acercamiento con la idea de explorar una ruta factible a la cumbre y al mismo tiempo subir equipo para instalar el campamento uno. Pensamos que la cresta noreste ser\u00eda la ruta m\u00e1s prometedora y sobre ella comenzamos La primera parte era una pedregal inestable que nos conduc\u00eda a una pared de hielo, la cual bordeamos por la derecha hasta encontrar un paso para seguir por el glaciar que se encontraba en buenas condiciones, hasta la cresta noreste. El camino era f\u00e1cil pero fatigoso por la nieve floja. Al borde de una grieta nos dispusimos a instalar el campamento uno, que nos tom\u00f3 m\u00e1s de dos horas.<\/p>\n

[D\u00eda 13] Eran las seis de la ma\u00f1ana cuando ocho personas se encontraban caminando con direcci\u00f3n al campamento uno. En esta ocasi\u00f3n transport\u00e1bamos toda la alimentaci\u00f3n y el equipo que utilizar\u00edamos durante cinco d\u00edas. El ascenso fue lento. Cerca de las cuatro de la tarde llegamos e instalamos las tiendas de campa\u00f1a. La tarde era agradable, la luna se encontraba ya casi llena y el viento no molestaba.<\/p>\n

El d\u00eda 14 se orden\u00f3 la forma de avance. La primera cordada ser\u00eda compuesta por Hugo Salda\u00f1a y Armando Ochoa. Ser\u00edan los que abrir\u00edan la ruta, pero como tardaran mucho en alistarse, la cordada de Manuel Casanova y Roberto Morales empez\u00f3 a trabajar apoyados por el resto del grupo. La primera parte consist\u00eda en ascender una fuerte pendiente de unos 40 metros en donde comenzaba una cresta con cornisas. Unas se localizan hacia la cara este y las otras al norte. El problema t\u00e9cnico es de primera y se requiere mucho cuidado para cruzar constantemente de una ladera a otra. El avance era muy lento y se pens\u00f3 que bajando un poco m\u00e1s sobre la cresta oriental podr\u00edamos avanzar con mayor seguridad.<\/p>\n

Manuel Casanova empez\u00f3 a bajar hasta que la nieve cedi\u00f3, pronto nos dimos cuenta que est\u00e1bamos en una grieta. Se retorn\u00f3 a la arista y sin otra alternativa que la de seguir avanzando por ella, en algunas partes exist\u00edan grandes car\u00e1mbanos de hielo que eran peligrosos. Cerca de las dos de la tarde el sol hab\u00eda reblandecido la nieve como el avance era muy complicado, se tom\u00f3 la decisi\u00f3n de abandonar el intento por esta ruta. La decepci\u00f3n se reflej\u00f3 en todos los rostros, pero no era prudente arriesgar a los integrantes. Regresamos a nuestro campamento de altura, recogimos todo el material y regresamos hasta la base. Para bajar todo fue necesario improvisar dos trineos para el material.<\/p>\n

Durante el resto del d\u00eda descansamos y pensamos en otro nuevo intento, esta vez por la ruta que la expedici\u00f3n yugoslava hab\u00eda abierto ese a\u00f1o. El intento se plane\u00f3 como un ataque ligero en la que s\u00f3lo tres hombres intentaran la cumbre. En principio la cordada qued\u00f3 integrada por Hugo Salda\u00f1a, Roberto Morales y Manuel Casanova. Poco despu\u00e9s, Hugo decidi\u00f3 quedarse para intentar otra monta\u00f1a.<\/p>\n


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\n La ruta de los yugoslavos<\/b><\/p>\n

El 16 de junio, a las 4 de la ma\u00f1ana, salieron dos expedicionarios con alimentos para dos d\u00edas y sin tienda de campa\u00f1a. La idea era vivaquear cerca de los cinco mil metros. El avance fue r\u00e1pido: primero, una pendiente rocosa que nos llev\u00f3 a la cara este. Continuamos por el glaciar bastante inclinado por lo cual usamos las cuerdas fijas, que nos condujeron al campamento de altura de los yugoslavos. Casi sin detenernos continuamos pendiente arriba usando siempre la cuerda fija. Cerca de las seis de la tarde llegamos a la cresta sureste y pensamos que habr\u00eda un lugar para dormir, peor no fue as\u00ed, porque donde quiera la pendiente era muy inclinada. Fue necesario escarbar un asiento en el hielo para pasar la noche sentados y asegurados a unos tornillos para hielo. La noche fue eterna. El fr\u00edo se dej\u00f3 sentir a pesar de la buena protecci\u00f3n que llev\u00e1bamos, principalmente en los pies y en las manos. Dos semanas despu\u00e9s a\u00fan ten\u00edamos insensibles manos y pies.<\/p>\n

Apenas sali\u00f3 el sol, nos pusimos en movimiento. El siguiente paso era atravesar una pared que ten\u00eda aproximadamente unos 400 metros de profundidad, la pendiente la calculamos en aproximadamente 60º, la distancia a recorrer sobre ella, de 300 metros. Con mucha cautela la intentamos y cuando por fin llegamos al otro extremo sentimos gran alivio, el principal problema estaba resuelto y s\u00f3lo restaba una cascada de hielo que no present\u00f3 dificultad.<\/p>\n

Durante toda la ascensi\u00f3n nos alternamos para abrir la ruta. Cerca de la una de la tarde perdimos inclinaci\u00f3n: gran satisfacci\u00f3n pues est\u00e1bamos llegando a la cumbre. Primero, la cumbre este, luego un collado con grietas, lomas de nieve y finalmente una pronunciada pendiente de cerca de 30 metros que nos condujo a la meta. Los recuerdos de los pasados problemas se nos olvidan y s\u00f3lo pensamos en la ayuda de todas las personas que hicieron posible el logro de esta cumbre. Sacamos la bandera de M\u00e9xico, el bander\u00edn Puma e hicimos varias fotograf\u00edas, incluso la del alt\u00edmetro que marcaba la altitud m\u00e1xima de la monta\u00f1a.<\/p>\n

El regreso fue r\u00e1pido y sin embargo fue hasta las 23 horas cuando vimos el campamento base. El cansancio nos hac\u00eda tropezar constantemente, la radio no funcionaba y por ello tuvimos que llegar hasta la misma base sin que nuestros compa\u00f1eros nos pudieran ayudar.<\/p>\n

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\n El Chuyunco<\/b><\/p>\n

Mientras se ascend\u00eda el Salcantay, cinco muchachos se dirigieron al Chuyunco, de 5800 metros, Durante tres d\u00edas estuvieron trabajando y fue una grata sorpresa saber que lograron llegar a la cumbre, no sin antes vencer diferentes obst\u00e1culos: paredes rocosas, glaciares y aristas.<\/p>\n

La satisfacci\u00f3n de haber cumplido y de habernos enfrentado a problemas diferentes que nos ense\u00f1aron a superarnos fue lo que qued\u00f3 de esta expedici\u00f3n.<\/p>\n

Los integrantes fueron: <\/p>\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n\n
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Nombre<\/b><\/div>\n<\/td>\n
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Escuela o Facultad<\/b><\/div>\n<\/td>\n<\/tr>\n
Hugo Salda\u00f1a Meneses<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Enrique Miranda Padilla<\/td>\nQu\u00edmica<\/td>\n<\/tr>\n
Alfonso Medina Rubio<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Lucio C\u00e1rdenas Gonz\u00e1lez<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Jos\u00e9 Alberto Balanc\u00e1n S.<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Armando Ochoa<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Mauricio L\u00f3pez Ahumada<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Clemente Olmos<\/td>\nIngenier\u00eda<\/td>\n<\/tr>\n
Guillermo Arciniega<\/td>\nMedicina<\/td>\n<\/tr>\n
Prof. Jorge Mu\u00f1oz Murillo<\/td>\nJefe administrativo<\/td>\n<\/tr>\n
Roberto Morales<\/td>\n <\/td>\n<\/tr>\n
Jos\u00e9 Manuel Casanova<\/td>\nJefe de la Expedici\u00f3n<\/td>\n<\/tr>\n<\/table>\n

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\n Tomado de Manuel Casanova. “Expedici\u00f3n a los Andes peruanos”
\n Revista Puma<\/i> N\u00famero 11, octubre de 1978, p. 10-15.<\/p>\n<\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Después de la primera expedición de alta montaña al extranjero, el siguiente paso era una montaña más ambiciosa. El Salcantay, en Perú, fue la elegida. Era 1978.<\/div>\n

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