{"id":11133,"date":"1998-11-30T00:00:00","date_gmt":"1998-11-30T00:00:00","guid":{"rendered":"http:\/\/montanismo.org\/revista\/?p=11133"},"modified":"2012-03-08T11:12:38","modified_gmt":"2012-03-08T17:12:38","slug":"estilo_y_etica","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/montanismo.org\/1998\/estilo_y_etica\/","title":{"rendered":"Estilo y \u00e9tica"},"content":{"rendered":"
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El desaf\u00edo<\/b><\/p>\n

Nosotros somos el Homo sapiens<\/i> que se sirve de \u00fatiles. Merecemos el nombre por haber fabricado utensilios que han aumentado nuestras posibilidades de dominar el mundo que nos rodea; adem\u00e1s, este desarrollo tecnol\u00f3gico incrementa nuestra sensaci\u00f3n de fuerza. Esta posici\u00f3n de ventaja que nos protege de la naturaleza salvaje la llamamos civilizaci\u00f3n. Nuestra seguridad se acrecienta a medida que utilizamos m\u00e1s instrumentos, pero al mismo tiempo percibimos cada vez m\u00e1s un mayor distanciamiento de la tierra. Nos encerramos en las ciudades que ignoran los ritmos del planeta: las auroras, las mareas, los cirros entrelazados y altos que presagian el mal tiempo, el surgir de la Luna y Ori\u00f3n que se dirige hacia el sur en invierno. Nuestras percepciones se debilitan y dejamos que se emboten nuestros sentidos por la sombra de la seguridad. Ebrio de poder, descubro que estoy perdiendo la percepci\u00f3n de mis sentidos. Yo, hombre instrumento, aspiro a un contacto inmediato para recuperar mi vigor, para recobrar mis sentidos y acercarme al mundo que me rodea una vez m\u00e1s; en mi seguridad olvid\u00e9 c\u00f3mo se baila.<\/p>\n

As\u00ed, como reacci\u00f3n, afrontamos los oc\u00e9anos con barcos sin motor con la esperanza de sentir el viento; dejamos atr\u00e1s el Land Rover y nos adentramos en el desierto a la b\u00fasqueda del sol y de un mundo de luz casi olvidado, y llevados por las alas de la fantas\u00eda nos dejamos transportar hacia playas salvajes donde las olas acarician la orilla, y sentimos el perfume de las flores silvestres que nos llegan con la brisa. No estamos buscando aquello que los utensilios pueden hacer por nosotros, sino lo que podamos sentir y conocer directamente sin su ayuda. Aprendemos hasta d\u00f3nde nuestros esfuerzos, sin la colaboraci\u00f3n de medios artificiales, nos pueden llevar en este mundo imprevisible. Aceptar estas reglas del juego en las dimensiones verticales de la naturaleza es lo que nos convierte en escaladores. S\u00f3lo si se llega a obtener el m\u00e1ximo del placer y confort, uno desea de buena gana la adversidad. El alpinismo es un s\u00edntoma del hombre post-industrial.<\/p>\n

Algunos escaladores sostienen que el uso del equipo y material modernos y el de las t\u00e9cnicas (como, por ejemplo, el piolet-tracci\u00f3n) disminuyen el sentido de aventura que es intr\u00ednseco en las escaladas sobre hielo. Estos, sin embargo, olvidan de todos modos que el piolet de pico curvado, los crampones r\u00edgidos y el piolet-tracci\u00f3n fueron expresamente dise\u00f1ados para escalar hielo m\u00e1s escarpado y dif\u00edcil y con un estilo mejor. Estos instrumentos y t\u00e9cnicas no fueron ideados para “acabar” con las dificultades normales que deparan las v\u00edas cl\u00e1sicas. Los instrumentos pueden eliminar, y de hecho ya lo han conseguido, la necesidad de t\u00e9cnicas sofisticadas.<\/p>\n

En lugar de abrirse camino poco a poco hacia las v\u00edas cl\u00e1sicas, los alpinistas actuales tienen prisa y ciertamente las aportaciones en materia de escalada contribuyen a hacer que las ascensiones sean mucho m\u00e1s f\u00e1ciles. Todos aquellos individuos que gocen de perfecta forma f\u00edsica pueden, incluso en su primer d\u00eda de crampones escalar hielo vertical. Esta es la raz\u00f3n por la cual las escaladas sobre hielo se est\u00e1n haciendo tan populares. Inevitablemente esto significa tambi\u00e9n que se abusar\u00e1 de los instrumentos especializados, perdi\u00e9ndose con ello el verdadero sentido de la aventura de las escaladas sobre hielo.<\/p>\n

Sobre hielo, la manera en que se escala no es tan importante para los dem\u00e1s como lo es sobre roca, donde el modo de escalar condiciona la v\u00eda de las futuras cordadas, a veces para siempre (como por ejemplo el caso de las pitonisas de expansi\u00f3n cuando son innecesarias). El hielo se regenera siempre, a nadie le importa lo que se ha hecho m\u00e1s arriba. Incluso una fila de pelda\u00f1os en forma de escalera se convierte al cabo de uno o dos d\u00edas en una superficie lisa. Sin embargo, el respeto por el pr\u00f3jimo es importante, y aunque s\u00f3lo sea para nuestra propia satisfacci\u00f3n y disfrute, debemos establecer las reglas del juego, si no queremos sufrir una desilusi\u00f3n despu\u00e9s.<\/p>\n

La evoluci\u00f3n de las reglas del juego<\/b><\/p>\n

Al alpinista cansado de las escasas dificultades de las v\u00edas cl\u00e1sicas y harto de la monoton\u00eda de las puntas delanteras, se le presentan varias alternativas. Puede realizar las ascensiones en condiciones m\u00e1s dif\u00edciles, con un estilo mejor, o efectuar una escalada verdaderamente dura.<\/p>\n

Condiciones m\u00e1s dif\u00edciles se pueden encontrar en invierno o hacia la mitad del verano. Hace pocos a\u00f1os, las grandes paredes de nieve y hielo de los Alpes eran consideradas “no aptas” cuando en agosto hac\u00eda su aparici\u00f3n el hielo. Actualmente algunos alpinistas no las consideran “aptas” hasta que no se forma el hielo.<\/p>\n

Condiciones invernales implica el tener que luchar con dificultades de aproximaci\u00f3n, pesadas mochilas, peligro de aludes de hielo fr\u00e1gil y fr\u00edo penetrante. Puesto que las condiciones del hielo y de la nieve var\u00edan considerablemente entre invierno y verano, o incluso de un d\u00eda a otro, es in\u00fatil intentar clasificarlas. Si uno escala deprisa el Zero Gully en Escocia en perfectas condiciones de hielo y nieve y no queda satisfecho, s\u00f3lo tiene que repetir la escalada cuando el canal est\u00e9 recubierto de hielo delgado y transparente; en tal caso, en los primeros largos de cuerda no se puede lograr ninguna clase de aseguramiento satisfactorio.<\/p>\n

Escalar con un estilo mejor significa no tener que tallar demasiados pelda\u00f1os, eliminar los medios artificiales y utilizar menos material o escalar en solitario.<\/p>\n

La escalada en solitario no debe ser necesariamente una danza con la muerte o un “desesperado” intento de conseguir algo m\u00e1s. En efecto, para un experto escalador \u00e9ste puede llegar a ser el modo m\u00e1s l\u00f3gico y seguro de realizar una ascensi\u00f3n cl\u00e1sica. El aseguramiento de piolet-tracci\u00f3n facilita un buen autoaseguramiento que justifica la no utilizaci\u00f3n de la cuerda en una escalada est\u00e1ndar en condiciones normales. Por otra parte, la cuerda s\u00f3lo ofrece una seguridad psicol\u00f3gica, particularmente en las escaladas de nieve que se llevan a cabo a principios de la temporada, pero no ofrece ninguna protecci\u00f3n contra los aludes, las estalactitas de hielo y las ca\u00eddas de piedras. Adem\u00e1s, yo preferir\u00eda escalar sin cuerda antes que hacerlo junto a un escalador de habilidad dudosa.
El mejor de los glaciaristas escoceses, Tom Patey, escribi\u00f3 en su libro One Man’s Mountains<\/i> una apolog\u00eda de las escaladas en solitario (un poco dif\u00edcil de tomar en serio):<\/p>\n

“A veces nos apetece escalar en solitario. Tradicionalmente esta costumbre no se puede defender. Pero a m\u00ed me gustar\u00eda intentarlo. En alpinismo existen dos preceptos important\u00edsimos: (1) el primero de cuerda no debe “volar”; (2) el primero de cuerda debe escalar como si la cuerda no existiera. El primer postulado es evidente por s\u00ed solo. Una ca\u00edda del primero no ayudar\u00eda para nada al compa\u00f1ero; s\u00f3lo podr\u00eda entrenar al segundo en la pr\u00e1ctica del aseguramiento. Para el segundo postulado s\u00f3lo hay una manera para asegurarnos que el primero escale como si la cuerda no existiese: eliminando la cuerda. Adem\u00e1s, no es verdad que dos hombres que avanzan sin encordarse est\u00e1n m\u00e1s seguros que uno solo. Ergo: la mejor soluci\u00f3n es escalar en solitario.”<\/p>\n

Todav\u00eda no ha sido escalada la v\u00eda m\u00e1s dif\u00edcil sobre hielo. \u00c9sta bien puede ser un canal de hielo negro en el Himalaya, una cascada de hielo de unos mil metros en Alaska, o una pared vertical de hielo de escarcha. Un escalador escoc\u00e9s frustrado puede encontrar todos los canales nuevos que desee en Noruega. Los couloirs escondidos o las goulottes alpinas heladas en invierno dif\u00edcilmente han sido hollados. En otras palabras, quedan todav\u00eda nuevas posibilidades para un escalador creativo que desee abrir su propio camino.
Aquellos que prefieren escalar v\u00edas abiertas por pioneros, deben actualizar constantemente las reglas de juego para estar al d\u00eda con la creciente tecnolog\u00eda moderna. De lo contrario, se “pulverizar\u00edan” las escaladas cl\u00e1sicas, y nos enga\u00f1ar\u00edamos pensando que somos mejores escaladores que los pioneros.<\/p>\n

El imperativo tecnol\u00f3gico del hombre industrial ha sido siempre el siguiente: si algo puede hacerse, debe hacerse. No hay elecci\u00f3n; si es posible, es justo. El hombre moderno, esclavo de su imaginaci\u00f3n t\u00e9cnica, est\u00e1 tirando carb\u00f3n en una locomotora en plena marcha. Pero la tecnolog\u00eda deber\u00eda dejarlo libre, abrir nuevas posibilidades en lugar de cerrarlas. Declinar una posible tecnolog\u00eda es el primer paso hacia su liberaci\u00f3n de estos lazos y una vuelta al control de los valores humanos. Las nuevas direcciones del alpinismo van en contra del abismo tecnol\u00f3gico. Aqu\u00ed, las cualidades como iniciativa, capacidad y t\u00e9cnica est\u00e1n potenciadas m\u00e1s. que suprimidas por los instrumentos de escalada que aparecen en el mercado.<\/p>\n

En los \u00faltimos a\u00f1os, en cuanto me sent\u00ed m\u00e1s seguro de m\u00ed mismo y m\u00e1s en equilibrio sobre hielo, ide\u00e9 mi propia t\u00e9cnica. Por ejemplo, utilizaba el piolet como medio de aseguramiento exclusivamente sobre hielo muy escarpado y fr\u00e1gil. Sol\u00eda llevar el martillo en la cintura unido por medio de un cordino durante muchos largos de cuerda, y a veces no lo hac\u00eda servir en toda la escalada. Esto es la ant\u00edtesis de la tecnolog\u00eda: menos instrumentos y mejor utilizados. Mi recompensa fue descubrir estas nuevas tierras, pudiendo apreciar mejor todo lo que me rodeaba. Thoreau dijo que «la simplificaci\u00f3n de los medios y la elevaci\u00f3n de los fines es la meta». Estas dos cosas no suceden solas. El escalador se mueve en la misma direcci\u00f3n cuando pasa de la escalada artificial a la libre, del empleo de pitones a la menos segura pero mucho m\u00e1s natural protecci\u00f3n del “clean climbing”. En muchas v\u00edas cl\u00e1sicas surge la iniciativa de desclavar los pitones, y muchos escaladores se han visto obligados a buscar sus propios pasajes y colocar sus seguros naturales.<\/p>\n

Lo que ahora est\u00e1 sucediendo en las escaladas sobre hielo es un temporal desequilibrio de valores. La revoluci\u00f3n del hielo ha originado esta nueva tecnolog\u00eda, pues los escaladores no han aprendido todav\u00eda a controlarla. Algunos piensan que escalar las cl\u00e1sicas s\u00f3lo con crampones y piolet es dar un paso hacia atr\u00e1s en el arte de las escaladas sobre hielo. Pero ahora, la menor seguridad debida a aquel piolet o martillo de menos deber\u00eda estar sustituida por una t\u00e9cnica m\u00e1s genuina, aunque sea necesario volver a aprender aquel sentido de equilibrio y de adherencia que es la base de la escalada natural sobre hielo.<\/p>\n

Ser\u00eda muy bonito que el hombre consiguiera escalar con naturalidad sobre hielo como el mono que trepa sobre los \u00e1rboles y las rocas. Desafortunadamente, el hielo no es el terreno m\u00e1s adecuado para el hombre. Para conseguir caminar sobre \u00e9l, el hombre precisa de un equipo y de un material adecuados. Cuando los escaladores hayan conseguido eliminar la tecnolog\u00eda, habr\u00e1n reconquistado aquella libertad f\u00edsica caracter\u00edstica de las escaladas libres sobre roca, aquella sensaci\u00f3n de que cada movimiento nos conduce a la soluci\u00f3n de un nuevo problema, a una nueva geometr\u00eda que creamos sin cesar. Junto a esta libertad, el alpinista que escala sobre hielo se habr\u00e1 merecido un moderno dividendo: el raro privilegio de estar lejos de la multitud y de su locura.<\/p>\n<\/p><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

En la escalada no sólo existe el subir, sino que se procura hacerlo con un estilo definido que viene determinado por la ética del escalador… Aprendemos hasta dónde nuestros esfuerzos, sin la colaboración de medios artificiales, nos pueden llevar en este mundo imprevisible.<\/div>\n

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