El día de ayer falleció Maurice Herzog, montañista, político y escritor francés que dio el salto a la fama por haber alcanzado la cumbre del Annapurna el 3 de junio de 1950, la primera montaña de ocho mil metros que alcanzaba el hombre.
Las montañas nos han obsequiado con su belleza, y nosotros las hemos amado con la ingenuidad propia de un niño y reverenciado con la veneración que un monje siente por lo divino.
Maurice Herzog
Maurice Herzog nació el 15 de enero de 1919. Hijo de una familia acomodada, le fue designado el papel de líder de la primera expedición francesa al Himalaya con una meta: conquistar un ochomil a como diera lugar, en una época en que los ochomiles eran cuestión de prioridad entre las naciones. El 3 de junio de 1950, Maurice Herzog y Louis Lachenal alcanzaban la cumbre del Annapurna y Francia entraba al selecto grupo de países que conquistaban territorios geográficos.
La alegría por la conquista del Annapurna se vio empañada durante el descenso por una fuerte tormenta que atrapó a Herzog y Rebuffat en una tienda y a Lachenal y Terray en otra, donde pasaron la noche en vela tratando de regresar la circulación a los pies de quienes habían llegado a la cumbre. Al día siguiente, la neblina les hizo perder el camino y terminaron vivaqueando dentro de una grieta con sólo una bolsa de dormir para los cuatro (hay que recordar que era 1950 y el equipo no eran ni remotamente lo bueno que es actualmente).
A la mañana siguiente fueron encontrados por un grupo que iba en su busca. El descenso de todas maneras siguió siendo dramático: fueron arrasados por una avalancha y Terray y Rebuffat tenían ceguera por nieve. Lachenal y Herzog sufrieron congelaciones en manos y pies y durante el regreso a Katmandú, el doctor Oudot les fue amputando partes. Sin anestesia.
Maurice Herzog dictó el libro desde su cama en el hospital y cedió los derechos al Club Alpino Francés, para realizar más expediciones. Ha sido traducido a más de 40 idiomas y sigue siendo un éxito de ventas y una referencia clásica. Más tarde. Herzog fue reconocido por el gobierno otorgándole diferentes cargos, incluyendo el de alcalde en Chamonix. Mientras tanto, Louis Lachenal sufría la misma suerte que Tenzing Norgay: fue prácticamente olvidado.
En el año 2000, cuando se celebraban el medio siglo de ese primer ascenso, inició una polémica en torno a Herzog, basada sobre todo en los Cuadernos del Vértigo de Louis Lachenal, que habían sido publicados en 1956. Sin embargo, Gerard Herzog había estado a cargo de esa primera edición y había eliminado todo lo que fuera desfavorable a la imagen pública de su hermano.
La versión original se conoció hasta 1996. Para Lachenal, Herzog no era más que un montañista principiante al que había que cuidar y tuvo que continuar a la cumbre porque Herzog iba a seguir con o sin él, aun con riesgo de no regresar nunca. Su obligación de guía era estar con Herzog. La conversación que tuvieron Lachenal y Herzog en su momento fue:
Lachenal, Terray y Rebuffat pensaban en “montaña” mientras que Herzog pensaba en “Francia”. En 2012, Felicity Herzog, hija de Maurice, publicó un libro que se llamaba “Héroe” y donde daba su propia versión de su padre. Maurice quedó muy mal parado porque su propia hija destruye al ídolo que Francia había creado.
Aunque a Herzog le apasionaba la montaña, no tenía el mismo historial deportivo de sus compañeros: Louis Lachenal había hecho, junto con Lionel Terray, el segundo ascenso a la pared norte del Eiger: Gastón Rebuffat el tercero. Jean Couzy alcanzó años después la cumbre del Makalu con Terray; el mismo Terray se convirtió en leyenda por sus ascensos en los Andes, Patagonia y el Himalaya: Fitz Roy, Makalu, Chacraraju, Jannu… Además, Terray escribió un libro que sigue siendo un pilar en el montañismo: Los conquistadores de lo inútil.
De todos los participantes de la expedición de 1950, Maurice Herzog era el único sobreviviente. Lachenal murió (1955) al caer a una grieta de los Alpes mientras esquiaba; Lionel Terray caía en el Monte Rosa (1965); Jean Couzy murió también en los Alpes (1958); Gastón Rebuffat murió de cáncer (1984); Marcel Schatz contribuyó a la creación de la primera bomba nuclear francesa; el doctor Jacques Oudot murió pocos años después de esta expedición (1953); Francis de Noyelle, de la misma edad de Herzog, tuvo una larga carrera en la diplomacia, puesto que ya desempeñaba cuando la expedición de 1950.
Herzog quedó imposibilitado para practicar de nuevo el alpinismo aunque no se alejó de las montañas. Además de los numerosos cargos políticos que ocupó, se convirtió en autor de montaña y Annapurna, primer ochomil fue sólo el inicio. También fue el editor de La montaña, una obra escrita por diferentes autores relacionados con la montaña, y otros más, además de una serie televisiva del Himalaya y sus respectivos libros.
Maurice Herzog tenía 93 años y su deceso fue tranquilo, sin ninguna enfermedad que le aquejara. Muerte natural y apacible mientras dormía. Algo extraordinario hoy en día, sobre todo en el mundo del montañismo.