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Montañismo y Exploración
Everest 2012: un estudio del manejo de riesgo
12 junio 2012

Everest 2012 fue muy mencionado en la prensa porque hubo 10 decesos. Sin embargo, habría que analizar el total de la temporada para saber si realmente se trata deuna catástrofe. Alan Arnette realizó el siguiente análisis de la temporada con objetividad y con él se da uno cuenta de que las cosas no son como lo dijo la prensa.







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Si hubiera una frase para resumir esta temporada en la cual 500 personas hicieron cumbre en el Everest, sería: manejo de riesgo.

Había señales desde el principio de que la estación 2012 en el Everest sería diferente cuando los sherpas, al establecer el campo base al pie de la cascada de hielo del Khumbu, reportaron que la parte superior de la montaña parecía “seca”.

Una vez que los ascensionistas comenzaron a moverse más arriba, se hicieron solicitudes urgentes a los Doctores de la Cascada [así se les conoce a los sherpas que trabajan en abrir la ruta y dejarla transitable todo el tiempo] para que movieran la ruta en la parte superior de la Cascada de Hielo lejos del hombro oeste del Everest, donde un enorme serac de nieve y hielo esperaba caer, matando potencialmente a escaladores y sherpas al rodar por el Cum Occidental.

Así se estableció el tono.

Los riesgos eran abundantes, más que en otros años recientes. Conforme los equipos los descubrían los evaluaban de acuerdo a sus propios límites; algunos decidieron abandonar, otros cambiar y unos más seguir en el intento. Los individuos también vieron los riesgos cercanos y algunos decidieron abandonar, otros modificar su aproximación y tristemente, algunos simplemente rehusaron reconocer lo obvio y pagaron un alto precio por ello.

EL Everest atrae la atención sólo cuando hay drama y esta temporada estuvo llena de él, pero lo que no fue reportado fueron los grandes acontecimientos, alegrías y satisfacciones sentidas por cientos que lograron su sueño o trabajó exitosamente una temporada más para dar una vida mejor a sus familias.

Se prepara el escenario

En la cúspide de la temporada, se hicieron dos grandes anuncios publicitarios por empresas de clase mundial. Se centraban en la escalada de 1963 por la Arista Oeste del Everest que fue un hito en el montañismo y sigue siendo punto de referencia de la ambición hoy día. Esa expedición de 1963 vio a dos equipos que intentaban la cumbre, una por la peligrosa Arista Oeste y la otra por la Arista Sureste. Fue una epopeya de éxito y peligro, si es que hubo alguno. Tal vez un presagio para el 2012.

El plan consistía en repetir la escalada dual de entonces. Un equipo estaba patrocinado por Nacional Geographic y North Face y otro esfuerzo separado por Eddie Bauer, todos ellos con vínculos en el esfuerzo original. Hicieron su anuncio e invitaron a gente para seguirlos en sus sitios webs especiales y aplicaciones. Me uní a la emoción de seguir a escaladores de talla mundial que se esforzaban por algo especial.

Aún en este evento especial, el 2012 parecía ser una temporada “normal” del Everest que llegaba de una temporada 2011 relativamente calmada con más de 500 cumbres. Todo el mundo se instaló para los dos próximos meses.

Primeras señales

La temporada inició como cada temporada, con los sherpas llegando a mediados de marzo para establecer campos base, los escaladores terminando su entrenamiento en casa, diciendo adiós a las familias y partiendo en esa migración anual hacia el Khumbu, que cambia la vida. Uno por uno, equipo tras equipo, llegaron al campo base del lado sur o en LAnd Rover al campo base chino en el norte. Los nuevos escaladores estaban asombrados, a la espera; los veteranos sonreían para sus adentros; los estómagos, revueltos.

Los equipos de ambas caras realizaron sus pujas con un lama local leyendo libros de oraciones de 300 años de antigüedad y pidiendo a los dioses permiso para escalar el Chomolungma. Pedían perdón por el daño que los afilados crampones hicieran a la montaña sagrada y, finalmente, por su seguridad y que pudieran regresar a casa con sus familias; sherpas, porteadores, cocineros, escaladores: todo el mundo.

Como de costumbre, el lado norte permanecía silencioso porque las dificultades con el estándar de comunicación impedían actualizar constantemente pero seguimos su progreso hasta el Campo Base Avanzado y luego al Collado Norte. El viento comenzó muy pronto y nunca cedió. Hacía frío. Era la cara norte del Everest.

Nada inusual

Algo diferente pasaba en el sur. Estaba ventoso, muy ventoso, pero también había rocas cayendo por la cara del Lhotse y la Cascada de Hielo superior era una masa confusa de bloques de hielo del tamaño de una casa, en un arreglo tal que si uno caís, arrastraba a los demás. Los sherpas, siempre los primeros en ver al verdadero Everest, comenzaron a hablar. No les gustaba lo que veían. Sus décadas de experiencia les hablaron esa noche. Los peligros eran reales, sus voces se silenciaron.

Pero el progreso en la montaña continuó. Se establecieron campos en el Cwm Occidental. Se transportaron miles de kilos en tiendas, estufas, combustible y comida a hombros de los sherpas. Mirándolo con detenimiento, esta demostración de fuerza humana se erige como una prueba anual de que cualquier cosa se puede hacer en esta moderna era sin tecnología. [N. del E. Esta afirmación es más bien falsa: precisamente por la tecnología actual es que se puede subir tanta carga].

Caída de rocas

Entonces comenzó. La caída de rocas golpeó primero a los sherpas. Hubo informes de brazos rotos, contusiones, casi pérdidas. Los organizadores estaban cada vez más preocupados de que sus éxitos se hundieran porque el Everest no estaba normal. Durante mucho tiempo, los escaladores y observadores dijeron que el cambio climático al fin había llegado, derritiendo la montaña y haciendo retroceder a los glaciares; otros simplemente dijeron que hubo la poca nieve de invierno impedía mantener a las rocas en su lugar. Los observadores objetivos notaron que los inviernos con poca nieve no son poco frecuentes, el más reciente en 2008, cuando una caída de rocas también fue común en el Collado Sur.

Pero aparte de las explicaciones, los altos vientos combinados con poca nieve permitían que las rocas, grandes y chicas, se convirtieran en proyectiles mortales en la cara del Lhotse. Los líderes de expedición permanecieron hasta muy noche preguntándose cómo sería la montaña más arriba y los peligros para sus equipos —si es que llegaban tan lejos.

Muerte de sherpas

Pero algo más estaba pasando: los sherpas estaban muriendo. Primero fue el sherpa veterano Karsang Namgyal Sherpa, quien murió en el campo base. Después, Namgyal Tshering Sherpa calló al abismo de una escalera al cruzar una grieta cerca del campo 1. Como hacen muchos sherpas, por muchas razones, él decidió no colocar su mosquetón en la línea de vida y eso le costó la vida. El tercer sherpa muerto en pocos días ocurrió cuando Dawa Tenzing sufrió de una apoplejía en la Cascada de Hielo. Fue llevado a Katmandú pero falleció después. La comunidad sherpa sintió que algo andaba mal en Sagarmatha.

Una nueva ruta

A medida que la ansiedad crecía, los sherpas continuaban llevando cargas hacia arriba pero ahora los líderes comenzaron a tomar decisiones. Era obvio que la ruta directa por la cara del Lhotse usada por más de una década podría ser suicida. Los expertos del Lado Sur dirigieron a sus equipos para investigar alternativas más seguras hacia la derecha de esa cara, hacia al hombro del Nuptse, donde estarían más a salvo de la caída de rocas. Pensaban que hasta que las nevadas normales comenzaran, como siempre lo hacen en mayo, podrían usar la cubierta natural de las aristas de hielo de la cara del Lhotse para proteger la ruta de la caída de rocas. Así se había hecho a fines de los 1990’s y algunos mapas muestran incluso que esta había sido la ruta en 1953.

La nueva ruta fue instalada y los sherpas comenzaron sus acarreos hasta el Campo 3, en lo algo de la cara del Lhotse. Las rocas continuaron cayendo y hubo unos pocos errores pero el factor seguridad fue enormemente mejorado. Pero la ruta era más larga, tomaba más tiempo, usaba más energía. Los sherpas tenían emociones encontradas; habían solucionado un problema pero no el del serac colgante balanceándose sobre la Cascada de Hielo o aquellos pequeños y frágiles bloques de hielo que esperaban caer. Y aún no sabían qué secretos tenía la montaña más arriba.

Avalancha

A pesar de los fuertes vientos, los diferentes equipos fueron abriéndose camino hacia arriba del Cwm Occidental. Pero había reservada una mala sorpresa. El Campo 1 estaba ubicado en el Cwm Occidental cerca del final de la Cascada de Hielo y había sido el blanco de avalanchas en el pasado, generalmente desde el Hombro Occidental del Everest. Como respuesta, el Campo fue movido más cerca de la cara del Nuptse.

La avalancha se produjo el 28 de abril. Cayó desde el Nuptse y golpeó a muchas tiendas en el Campo 1. Las tiendas se perdieron y un sherpa fue arrojado a una grieta. Sólo la rápida acción de las guías, escaladores y sherpas le salvó la vida. Fue evacuado en helicóptero a Katmandú, donde se recupera de algunas costillas rotas. El sitio de aterrizaje del helicóptero de altitud estaba siendo un sitio muy frecuentado este año.

Russel Brice declaró algo terriblemente equivocado e hizo retroceder a su equipo al campo base “a la espera” de escalar después. IMG y Peaks Freaks tenían a sus equipos reevaluando los planes para pasar una noche en el Campo 3.

El tiempo

Invierno y primavera de 2012 habían sido notorios en todo el mundo con récords de nieve en áreas secas, sequías en las lluviosas, tornados fuera de temporada cruzando Estados Unidos e incendios de primavera en todos lados. En los Himalaya no era diferente. En picos cercanos al Everest, la nieve abundante creó avalanchas, detuvo a los escaladores y creó estragos. En el oeste de Nepal una presa glaciar se rompió y mató a cientos.

En el mismo Everest, los montañistas comenzaron a preguntarse si la ventana de buen tiempo para encumbrar aparecería. La corriente de chorro parecía haber entronado en la cumbre del Everest y estaba muy confortable, gracias. Los escaladores postearon reportes sobre haber escuchado un rugido como tren de carga por encima del Campo 2.

Entonces, a la mitad de una temporada típica, los escaladores comenzaron a estar nerviosos. Muchos no habían pasado una sola noche en el Campo 3, visto en general como necesario para una aclimatación adecuada y un ataque a la cima. Las cuerdas no habían sido fijadas en la cara del Lhotse y el pronóstico del tiempo era una disminución de la presión.

En la cena se hablaba del 21 de mayo como la fecha más tardía en que se había hecho cumbre en 2005. Otros añadían que Tenzing y Hillary encumbraron el 29 de mayo y otroa que la cumbre más temprana fue el 4 de abril de 1984. Unos más sólo cenaban mirando su comida.

La preocupación tácita era que si el tiempo acostaba la temporada y comprimía los días de cumbre de un rango normal de 6 a 16 (con un promedio de 11 desde 2001) hasta sólo cuatro, las multitudes se convertirían en un problema con cientos de escaladores con un amplia gama de habilidades y todos compitiendo por el mismo objetivo.

Los montañistas en el lado norte hablaron de sentirse “atrapados” y no querían rendirse después de haber ganado sus campamentos de altura, pero se desgastaban rápidamente con noches de insomnio en vientos fríos y tortuosos.

Los famosos equipos de la arista oeste estuvieron muy quietos. No se posteaban noticias de su progreso porque no había mucho progreso. No sólo estaban tratando con vientos sino también con condiciones de hielo muy peligrosas.

Escalando con esperanza

Los equipos volvieron a moverse cuando los vientos disminuyeron y la nieve comenzó a caer. IMG envió caso seis mil metros de cuerda al Campo 2 como preparación para fijar la línea hasta la cumbre una vez que el tiempo lo permitiera.

El 4 de mayo, más de 50 montañistas usaron la nueva ruta en la pared del Lhotse para alcanzar el Campo 3. Algunos durmieron ahí pero la mayoría prefirieron volver a la seguridad del Campo 2.

Una gran decisión

El 5 de mayo se filtraron rumores de que el guía más conocido del Everest, Russell Brice, estaba retirando a su equipo de la montaña. Habiendo llegado a la fama a través de su serie de televisión “Everest, más allá de los límites”, la imagen pública de Brice era el de un hombre testarudo que exigía y lograba a su manera.

A sus críticos les gusta maldecirle por todos los problemas en el Everest, sus partidarios son leales a muerte. Había puesto montañistas en la cumbre tanto del lado Norte como del Sur por más de una década sin perder a un solo cliente y con la pérdida de dos sherpas. Esta temporada, uno de los sherpas que habían fallecido, fue de los suyos.

Como la caída de rocas y avalanchas iban en aumento, Brice consultó con su sherpa Sirdar, Phurba Tasi, un hombre de inmensa experiencia y respetado en el Everest. El sherpa dijo a Brice: “esto es demasiado peligroso para mí y mis sherpas”. Brice se vio forzado a tomar una decisión. Se asomó a los mapas de tiempo tratando de deducir si las nieves de mayo vendrían de verdad. Habló con otros líderes de expedición para entender si la nueva ruta era materialmente más segura y si se podría construir una nueva ruta en la Cascada de Hielo.

Vio hacia los ojos de sus clientes que habían gastado $55,000 dólares, y años de su vida por escalar el Everest con esta leyenda que era él. Los clientes habían confiado sus vidas al juicio de un hombre. Un equipo de soldados británicos había entrenado con Brice en el Manaslu el año anterior y eran ahora el centro de atención del Reino Unido mientras se preparaban para escalar a lo más alto. Todos los ojos estaban puestos en el Gran Jefe.

Se tomó su tiempo, perdió el sueño y finalmente tomó una de las decisiones más significativas en la historia de las expediciones comerciales guiadas al Everest: canceló todas las escaladas, Everest, Lhotse y Nuptse; más de cien personas de escaladores a sherpas, cocineros y porteadores deberían dejar la montaña lo antes posible.

Al final, creo yo, Brice puso la seguridad de sus sherpas sobre cualquier otra cosa: el negocio, las futuras expediciones y su reputación. Simplemente se dejó ir.

El 7 de mayo dijo al mundo “Ya no estoy preparado para tomar ese riesgo. Por supuesto, existe la posibilidad de que muchos otros equipos alcancen la cumbre esta temporada pero nosotros, con la experiencia del Himalaya, estamos preocupados de que ocurra un accidente grave si seguimos moviéndonos a través de la Cascada de Hielo.”

Sus clientes reaccionaron como era de esperar: algunos con indignación, otros con comprensión, todos con una gran decepción. No habría reembolsos, la mayoría de los fondos de una expedición se habían gastado hace tiempo, antes que los escaladores alcanzaran el Campo Base. Brice sugirió que si querían regresar, recibirían un descuento y confirmó su intención de continuar realizando expediciones al Himalaya.

Y se fueron.

Los rumores decían que Brice se había precipitado al tomar su decisión. Comenzaba la segunda conjetura.

Las cuerdas

Cuando la comunidad del Everest digirió la decisión de Himex, los líderes continuaron con su negocio de escalar. Se necesitaban cuerdas para fijar hasta la cima y el reloj continuaba su marcha. Primero fue la caída de rocas, luego los fuertes vientos y nevadas intensas los que detenían a los sherpas de mantener una línea de seguridad. Y las solicitudes seguían llegando.

Normalmente un grupo tan grande como Himex proporciona gran parte de la mano de obra para colocar las cuerdas fijas. Sin ellos, los equipos usaron un modelo que usaban antes de que Brice llegara al lado sur del Everest, en 2009, de sus años en el lado norte. El 9 de mayo, los líderes se reunieron e hicieron el compromiso entre ellos de hacer una temporada segura.

Comenzaron a trabajar como raramente lo hacen con diez equipos contribuyendo con sherpas para llevar las pesadas cuerdas y anclajes tanto como se pudiera al Collado Sur. Colocaron la línea al Collado Sur antes de que los vientos y la nieve regresaran el 10 de mayo.

Las multitudes

El tiempo extra en una expedición al Everest se estaba royendo día a día. Sabían que la estación terminaría a fines de mayo, cuando la Cascada de Hielo comenzara a derretirse y se removieran las escaleras; la plática cambiaba de Himex a la caída de rocas, al tiempo o a las multitudes.

La mayor preocupación de la mayoría de los escaladores y operadores eran los cuellos de botella en ambos lados del Everest en lugares bien reconocidos: el Segundo Escalón en el Norte, el Escalón de Hillary, en el Sur, toda la Arista Sureste. Si el tiempo sólo permitía unos pocos días para cumbre, la cooperación se iría al diablo y cada quién iría por su cuenta.

Esta es una situación bien conocida, nada nueva en las guías del Everest. Con un respeto total al Reinhold Messner que en 1980 escaló solo el Everest desde el norte, se necesita un montón de gente para escalar hoy la montaña más alta del mundo. Incluso en 1963, cuando la Arista Oeste fue escalada, usaron 900 porteadores y 37 sherpas.

Una imagen se convirtió en icono del Everest 2012. Una línea de escaladores formados en una sola fila aparentemente atrapados entre el Campo 3 y la Banda Amarilla. Esta fotografía se convirtió en un virus junto con los gritos de hacinamiento, carencia de aventura, deporte olvidado y buscadores de suspenso mal orientados. La prensa se los comió. Fue sorda a la sugerencia de que esto pasa casi cada año y que las multitudes raramente eran la causa de muerte en el Everest. Mientras hubiera suficientes días para hacer cumbre, la montaña es lo suficientemente grande como para soportar esta carga.

Se pidió que el gobierno de Nepal limitara el número de escaladores como lo había hecho antes de 1993, cuando sólo un equipo podía intentar una ruta. Pero la realidad es que el Everest es una fuente de dinero. En 2011, el Everest dio nueve millones de dólares a la economía nepalesa; un país con un ingreso per cápita de $473 dólares.

Pero cuando la prensa levantó la errónea advertencia de que las multitudes traerían la muerte, como había pasado en 1996, el escenario estaba puesto.

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