Felix Baumgartner se convirtió hoy en el primer hombre que rompe la barrera del sonido en una caída libre, además de superar el salto de mayor altura y el vuelo tripulado en globo aerostático que más se ha alejado de la tierra.
Sé que está perfectamente bien preparado. Estoy feliz de que pueda hacer todo esto; ha trabajado mucho por ello. Es su sueño de la niñez vuelto realidad.
Eva Baumgartner
El día de hoy, a las 18:00 horas tiempo de Greenwich, el austriaco Felix Baumgartner se convirtió en el hombre que ha hecho el salto de mayor altitud y también en el primero en romper la barrera del sonido durante la caída libre que duró más de cuatro minutos.
La idea inicial era que Baumgartner alcanzara una altitud de 36 mil metros para tener margen suficiente para poder alcanzar la velocidad del sonido durante los primeros 40 segundos, antes de que la atmósfera se hiciera más densa y lo frenara poco a poco. Pero el día de hoy, los planes cambiaron y Baumgartner alcanzó 39,068 metros y entonces saltó. Su caída libre duró 4:20 minutos y llegó a tener una velocidad de 1,342.8 km/h, lo que equivale a un Mach 1.4. Es importante destacar que el salto se efectuó exactamente 65 años después de que el piloto estadounidense Chuck Yeager rompiera por primera vez la barrera del sonido.
El salto duró más que sólo la caída libre y fue monitoreada todo el tiempo y en algún momento durante la caída libre sucedió lo que temían: entró en un giro que le hizo perder el control durante varios segundo hasta que pudo recuperarlo. Un rato después, abrió el paracaídas y entonces se escucharon los gritos y aplausos en la base de la misión, en Roswell, Nuevo México.
El principio fue perfecto pero entonces comencé a girar lentamente. Pensé que sólo giraría pocas veces y eso sería todo, pero entonces comenzó a acelerarse. Fue realmente brutal a veces. Pensé por algunos segundos que había perdido la conciencia. No sentí un bum supersónico porque estaba demasiado ocupado en tratar de estabilizarme. Tendríamos que esperar y ver si realmente habíamos roto la barrera del sonido. Fue realmente más duro de lo que imaginé que sería”, comentó Felix en conferencia de prensa después del salto.
Con este salto, Baumgartner se convierte en el primer hombre en romper la barrera del sonido sólo con su propio cuerpo protegido por un traje especialmente diseñado para ello y también en el primero en poder romper el anterior salto de altitud, establecido en 1960 por Joseph Kittinger, quien es también parte de esta misión, llamada Mission to the Edge of the Space.
Kittinger saltó con un traje presurizado de 31,300 metros, mientras que Baumgartner saltó en un traje especialmente diseñado para este salto desde los 39,068 metros. Esta diferencia de casi ocho mil metros era decisiva si quería alcanzar a romper la barrera del sonido. Lo logró.
Para ubicar más el salto de Baumgartner en lo que vale, hay que considerar que la altura desde la que saltó tiene cuatro veces más altura que el propio monte Everest, la montaña más alta del mundo. Ubicado en la estratósfera, la temperatura en el exterior alcanzó -67.8º C. Pero lo más importante es que había rebasado ya la “línea Armstrong”, aquella línea ubicada a los 19,200 metros en donde cualquier fluido se convierte instantáneamente en vapor. Es decir: si el traje hubiera tenido un solo desgarro, la sangre de Felix hubiera hervido al instante por la baja presión atmosférica.
Minutos después, tocaba tierra. Un límite más alcanzado y superado por el hombre.
Felix Baumgartner consiguió en un solo salto tres récords mundiales: el salto de mayor altitud (39,068 metros), el primer hombre en romper la barrera del sonido sin ayuda mecánica y el vuelo tripulado en globo más lejano de la superficie de la tierra.
El único pero de toda la misión es precisamente su nombre: Misión al borde del espacio. Pese a haber alcanzado 39 kilómetros de altitud, Felix no alcanzó ni siquiera la mitad de la distancia al borde oficialmente reconocido del inicio del espacio, que es 100 kilómetros.