Sufre de reumatismo desde los 10 años y ahora vive en una silla de ruedas, pero eso no le impidió soñar con subir una montaña nevada. Un año después de haberlo imaginado, lo logró: el volcán Antuco, en Chile.
Subir una montaña nevada puede ser desde muy sencillo hasta muy difícil pero hacerlo sin poder caminar es todo un problema. Ahí se han detenido muchos pero otros, muy pocos, han decidido avanzar. El chileno Gabriel Roa es de esos pocos. Pese al reumatismo que le ha ido quitando movilidad poco a poco de manera que ahora vive en una silla de ruedas, decidió seguir una vida normal y en una reunión con sus amigos surgió la idea de subir una montaña nevada. Un año después, el 2 de octubre, Gabriel llegaba a la cima del volcán Antuco.
Hicimos una entrevista a Gabriel para que nos explicara el proyecto, que él denominó Panzer.
Gabriel Roa en la cumbre del Volcán Antuco.
Fotos: cortesía de Gabriel Antuco.
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Montañismo y Exploración. ¿Qué es el proyecto Panzer?
El proyecto Panzer fue un desafío deportivo en el que una persona en silla de ruedas convocó a un grupo de montañistas para ascender juntos a la cima del volcán Antuco (2,978 metros). El volcán se ubica en la región del Bío Bío, Chile.
MyE. ¿Desde cuándo tienes el problema de artritis?
Esta enfermedad la tengo desde los 10 años y ha ido evolucionando deteriorando mis articulaciones y movilidad. Actualmente debo desplazarme en silla de ruedas.
MyE. ¿Cómo decidiste subir una montaña?
He sido miembro del grupo scout Huilliche de la Teletón (institución que ayuda a niños y jóvenes con discapacidad física) desde que tenía 11 años. Siempre me han gustado las actividades en contacto con la naturaleza.
Cuando ingresé a trabajar a Cadetech (hace tres años) resultó que varios de mis colegas practicaban montañismo y al compartir sus experiencias deportivas de cada salida despertaron en mí el deseo de poder compartir al menos una jornada de montaña con ellos. Una noche, al calor de las copas, surgió el tema y fue donde asumimos el desafío.
MyE. El proyecto comenzó un año antes de realizarse, con unos amigos, y no lo abandonaron. ¿Qué motivó a todos a hacerlo?
El desafío nació por una motivación personal [de Gabriel] junto a algunos colegas y amigos montañistas. Sería “una salida de amigos”. Por varios meses realizamos un trabajo silencioso de búsqueda de información de casos similares, planificación y de exámenes para obtener una autorización médica para mí.
Descubrimos que en Chile no habían antecedentes de una experiencia similar y tomamos la decisión de convertir el desafío personal en un proyecto colectivo en donde se haría participe a otras instituciones además de realizar la difusión necesaria para compartir la experiencia con la comunidad. Cuando me otorgaron la autorización médica, comenzamos a conformar un grupo de trabajo encargado de organizar el proyecto.
La motivación ya dejaba de ser personal para transformarse en un reto colectivo. Desde ahí, los objetivos eran los que nos motivaban. En primer lugar, marcar un hito en la historia del montañismo chileno; también nos empujaba destacar al montañismo como un deporte de trabajo en equipo y de integración y finalmente (pero no la menos importante) motivar a otras personas con discapacidad física a trabajar con pasión por sus sueños personales.
El equipo de trabajo en la montaña: 55 personas en un sueño personal.
MyE. ¿Cómo te desplazabas en la montaña?
Construimos un artefacto al que hemos llamado: trineo, prototipo, bastidor, etc. Se trata de una silla de ruedas convencional a la que se adaptó una estructura metálica con un par de esquíes. Quisimos hacer algo sencillo, práctico y simbólico. En el diseño participamos el equipo organizador y en la construcción tuvimos la ayuda de Don Oscar y Don Nelson que se preocuparon de que el prototipo fuera seguro. En la empresa en que trabajo hicieron una simulación en computadora de la integridad estructural.
MyE. ¿Cuántas personas estuvieron involucradas en el proyecto?
En un principio sólo seríamos un grupo no mayor a 10 personas, pero cuando cambiamos el enfoque, invitamos a los clubes de montaña a trabajar junto a nosotros y conforme pasaba el tiempo se fueron integrando más personas e instituciones que nos ayudaron. A grandes rasgos puedo decir que éramos unas 85 personas que participaron directa o indirectamente en alguna parte del proyecto:
Del equipo organizador y colaboradores directos fuimos cerca de 15 personas.
Los montañistas voluntarios de la RAUBB (Rama de Andinismo de la Universidad del Bío Bío) y CMRAUC (Club de Montaña Rama de Andinismo Universidad de Concepción) llegaron a ser unos 55.
Un equipo de rescate de cinco bomberos de la Tercera Compañía de Bomberos de Concepción.
Colegas de mi trabajo que nos ayudaron con la construcción del prototipo.
Don Oscar y Don Nelson
Estudiantes de periodismo encargados de registrar nuestras actividades y otros que actualmente editan el material obtenido para la creación de un documental.
En la expedición como tal estuvimos cerca de 55 personas distribuidas en Campamento base, Porteadores, Perros (llamábamos así a quienes jalaban a tracción la silla donde yo iba), Bomberos y Cámaras.
MyE. ¿De qué manera te preparaste personalmente?
Más que lo físico, mi preparación la enfoqué hacia lo psicológico. Pedí consejos y testimonios de qué pasa por la mente de alguien al subir una montaña y de cómo tu voluntad se pone a prueba, de que cuando piensas “¿Qué hago aquí?” y quieres renunciar… Visualizas lo fantástico de estar en una cumbre junto a tus amigos y sentir que todo ese esfuerzo de verdad valió la pena.
Me sometí a evaluaciones y exámenes médicos para conseguir autorización, hice una dieta adecuada para mantener mi peso y hacía 30 minutos de bicicleta (estática) al día por seis semanas antes de la ascensión final.
Llegada a la cumbre del volcán Antuco.
También hubo dos salidas planificadas de preparación que fueron para probar el prototipo, además de saber cómo me afectaba el frío porque la artritis a veces se complica con bajas temperaturas. Con estas salidas vimos todos esos detalles que nos pudieran dar problemas en la salida oficial y prepararnos para solucionarlos. Como ejemplo en la segunda salida tuve un problema de deshidratación, por no beber el suficiente líquido. Una compañera, Evelyne, me dijo que bebiera y comiera cada vez que pudiera, sin esperar a que te diera sed o hambre.
MyE. ¿Cuánto tiempo tardaron en subir la montaña?
Fueron tres días en total. El primero nos trasladamos de la ciudad al campamento base. El segundo hicimos una marcha de ocho horas hasta el campamento alto y el tercer día fueron cuatro horas hasta la cumbre y cinco de regreso al campamento base para luego regresar a la ciudad.
MyE. ¿Crees que tu ascenso ha cambiado tu vida?
En una sola frase: “Me siento más fuerte que antes”. Creo que este proyecto marcó fuertemente a todas las personas que participamos. Hubo un compromiso tan fuerte por el objetivo, muchos dieron tiempo y energía por el simple hecho de querer ser parte de esta hazaña. Pero lo importante es que era “un sueño personal convirtido en un desafío colectivo”. Esto me hizo trabajar con más ganas por el objetivo. Ahora que lo conseguimos, trabajaré para que esto sirva de motivación para mucha gente que lo necesita. En la cumbre y cuando estábamos de vuelta en el campamento base veía en la cara de todos la felicidad del objetivo cumplido con éxito.
MyE. ¿Entonces, tu ascenso puede ser un ejemplo para los demás?
El que sea un ejemplo para los demás fue una de las razones de aumentar nuestra difusión e ir por objetivos un poco más grandes que una salida de amigos a la montaña en fin de semana. Como te comentaba antes registramos audiovisualmente cada etapa del proyecto. Desde reuniones de planificación, salidas de preparación, construcción, reclutamiento, la salida oficial, mi vida en la ciudad, etc. Con ese material estamos haciendo un documental para compartirlo.
Lo que queremoses que la gente no se auto-limite por lo que ya no pueden hacer y que exploren sus capacidades para descubrir de lo que son capaces. La frase “Cuando quieres, puedes” es sólo un “atrévete y trabaja duro por tu objetivo personal”. También es importante que todos sepamos que cuando uno lo necesita, la ayuda está ahí.
MyE. ¿Qué dirías a las personas que tienen limitaciones (no sólo artritis)?
Que no se auto-limiten, que dejen de pensar en lo que no pueden hacer para explorar sus propias cualidades y descubrir una nueva forma de hacer cosas. Que nunca acepten decir “no puedo” antes de que, al menos cien veces, lo hayan intentado. Y que si ven algo que no está bien (accesos a edificios, discriminación, etc.) hagan algo por cambiarlo ahora, en este momento. Eso ayudará a tus pares que vendrán después de ti. (Alguien me dijo que con mi apodo de Panzer, me veía como alguien que “abre caminos” para los que vienes detrás. )
MyE. ¿Qué apoyos recibieron para realizarlo?
El primer apoyo fue por parte de los clubes de montaña RAUBB y CMRAUC, que fueron el soporte vital sin el cual no hubiéramos podido hacer nada. Después vinieron el Teletón Concepción con las evaluaciones médicas que me hicieron. Más adelante la prensa y TV local (región del Bío Bío) se interesó en nosotros. Tuvimos el auspicio de Cadetech S.A. y de la ropa deportiva (Andesgear-Marmot-Balt). También tuvimos el apoyo del Regimiento Reforzado 17 Los Ángeles en el refugio a los pies del volcán.
MyE. ¿Tienes otras metas a futuro?
Existen planes pero aun no me decido por alguno en especial. Me gustaría repetir la experiencia con otras personas con discapacidad o promover que las competencias en equipo (por ejemplo las que organiza Columbia) incluyan a una persona con discapacidad. También me gustaría conocer otros deportes outdoor. Ya una amiga me dio la idea de realizar una travesía en kayak por lagos en el sur de Chile. Pero aún no he decidido cuál.