En el 2006, colocamos un Semáforo de Peligrosidad en nuestro sitio. Era el resultado de mucha información aislada sobre asaltos en diferentes lugares que frecuentamos como montañistas. Después de ello, hemos recibido muchos informes de asaltos (a veces con violencia) o robos. Sin embargo, muy pocos se atreven a dar un paso decisivo: levantar un acta de denuncia ante el ministerio público.
Es posible que lo que te robaron sea de poco valor y es seguro que muchos consideran que ir al Ministerio Público es “perder el tiempo”. Sin duda, los vericuetos de la burocracia son insondables. Pero es el único camino hasta ahora que tenemos para respaldar legalmente una denuncia, aunque haya sido una manzana lo que nos robaron.
Uno de los lugares de donde vienen las denuncias es la montaña más alta del Distrito Federal: el volcán Ajusco (3,907 metros). Dada su cercanía de la ciudad de México (a menos de 30 minutos) y su altitud, es el objetivo de muchos para aclimatarse en altitud e ir a montañas más altas o para entrenarse físicamente sea en montaña o en carreras.
El pasado sábado hubo un asalto más en el Ajusco. Esta vez, los asaltados levantaron su denuncia ante el MP (Número de denuncia: FTL/TCP-2/T1/2673/11-12 del 3 de diciembre, en Tlalpan 2) y además nos proporcionaron detalles de lo que sucedió. Los ponemos a consideración de quienes deseen subir el Ajusco próximamente para que tomen todas las precauciones posibles.
Asalto en el Ajusco
El sábado 3 de diciembre subí junto con dos amigos al Pico del Águila. Llegamos a la cumbre a las nueve y media de la mañana, tomamos agua y algo de comer. Diez minutos después aparecieron dos personas, al parecer muy jóvenes, vestidos de color negro y con pasamontañas del mismo color. Sacaron sus pistolas y un machete. Primero me revisaron a mí y después a mis dos compañeros: nos quitaron teléfonos, relojes, carteras, mochilas, credenciales… bueno, ¡hasta el agua y los cacahuates!
Después de sus advertencias y amenazas se alejaron por la vereda que va hacia Cruz del Marqués. Bajamos hasta el Abrevadero, donde estaba mi auto, y como nunca vieron mis llaves pudimos ir hasta el retén que está en la carretera. Dimos aviso de lo sucedido y los policías y agentes que estaban ahí nos pidieron que los llevásemos al sitio del asalto. Regresamos y empezamos de nuevo la ascensión.
A pesar de su disposición de apoyarnos, al ver el recorrido que teníamos que hacer hasta la cumbre desistieron de continuar. Regresamos al retén y de ahí fuimos a la agencia del Ministerio Público en Tlalpan para dar parte y levantar la denuncia.
Nos informaron que hacía una semana había sucedido lo mismo que a nosotros en el Pico del Águila. En esa ocasión fueron seis personas, que decidieron no levantar la denuncia. Creo pertinente que se pase la voz de lo que ya está sucediendo ahora hasta la misma cima del Ajusco. ¡Qué lástima!
Saludos
Alejandro Velázquez Beltrán
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