El pasado sábado 16 de abril, el escalador alemán Alex Huber estuvo en la ciudad de Puebla, México para impartir una conferencia que llamó “La quinta dimensión”.

“Para aquellos que me conocen, saben que estudié física. Conozco las cuatro dimensiones, igual que todos ustedes. Pero ahora les voy a hablar de una quinta dimensión. No es física pero es muy profunda: es la relación que uno tiene con la montaña. No es lo mismo ver una montaña ahora que hace 400 años. Ahora, el alpinista ve una montaña y quiere subir esa pared, esa arista, alcanzar la cumbre.”

Cartel de la conferencia.

Su primera diapositiva fue del Mont Blanc. “Es una montaña importante. Está en la frontera de Francia con Italia y si me preguntan por qué es importante si sólo tiene 4,080 metros, la respuesta es sencilla: ahí comenzó el alpinismo”.

Su exposición fue en forma de cuento, como cuando un personaje que sabe mucho de un tema puede contarlo con sencillez y cuenta historias de cualquier índole a gente de cualquier edad. Con pausas, con voz serena y en voz casi baja, pero audible gracias al sistema de audio.

Alexander Huber en México.Fotos: Carlos Rangel.Click para agrandarlas.

De las montañas clásicas dio un salto al asalto de la difiultad. “¿Qué puede esperarse en la evolución del alpinismo si se comenzó con lo más alto? Por supuesto, llegar a la cima, pero por vías más difíciles. Y una de las cosas más difíciles es subir en solo integral.”

Así que comenzó a presentar fotografías de algunas de sus escaladas en solo integral y hablaba de su preparación: no bastaba quererlo hacer, sino que había que prepararse para ello. Una de ellas, en el Gran Capucin, fue una vía abierta por Walter Bonatti y la escalada más difícil en su momento.

“Tuve que escalarla para conocerla y que nada me tomara desprevenido. Para una ruta especial, necesitaba un compañero de cuerda especial. Y ahí me acompañó mi mentor, el que me enseñó el amor por las montañas. Mi padre”.

El ascenso por esa ruta no lo consideró factible porque la última parte, no sólo era la más difícil, sino la de roca más descompuesta. “Y elegí otra vía por la roca segura. Cambié de ruta porque cuando se escala solo integral se debe tener presente cada aspecto de la escalada y no dejarse nada al azar. En la ruta de Bonatti, yo no tenía control sobre la roca que se rompiera. Eso no es escalar con seguridad.”

Sus escaladas fueron desde los Alpes y su ascenso a Pan Aroma, en las Dolomitas, hasta el Karakorum (la liberación de Eternal Flame, junto con su hermano Thomas) y la Antártida. Sí, hablaba de lo que ya habíamos sabido de él pero conocer los detalles siempre es mejor.

“En las Tres Cimas del Lavaredo hay un techo. No se aprecia muy bien desde lejos, pero conforme uno se acerca va viendo que hay unos 50 metros de horizontalidad. Esa vía se escaló con la técnica de su tiempo, en escalada artificial”. Y comenzó un video de un ascenso por el techo con clavos, estribos y todo el equipo de décadas atrás.

El público aplaude al final de la plática.

“Para mí esa vía necesitaba ser escalada de otra forma, con los medios actuales, con nueva técnica, con mucha preparación.” Y el resultado fue Pan Aroma, la primera vía que lograba pasar por el gran techo. Sin embargo, Pan Aroma no es la superación de la misma ruta abierta en artificial, sino una nueva que tuvo que dar varias vueltas en la pared para poder encadenar por todos los agarres que hicieran posible el ascenso.

Alexander Huber escalando en Los Pericos, Puebla, México.

De ahí, al Himalaya en la Torre Sin nombre y la liberación de Eternal Flame, una ruta abierta por Wolfang Güllich y Kurt Albert que en su tiempo fue la más difícil y aunque los dos alemanes hicieron lo posible por abrirla en libre, quedaban tramos que tuvieron que superar en artificial. Alex y su hermano Thomas tuvieron que escalar por variantes para lograr su objetivo.

Después de una rápida expedición virtual a la Antártida, Alexander Huber terminaba con “El alpinismo es esto para mí y quiero dar más pasos en esta evolución del alpinismo. Quiero ir a ese futuro.”

El público aplaudió a un gran conferencista, pero sólo los escaladores se dieron cuenta que más que haber visto a una personalidad habían escuchado a una persona que mantiene un alto nivel de ética y que siempre había dado su lugar a sus compañeros; en lugar de decir “yo hice” siempre decía “nosotros hicimos” e incluso daba su crédito a los primeros aperturistas.

Alexander y Carlos Tapia (el organizador del evento).viendo a un escalador.

La plática fue muy amena e ilustrativa pero sólo al final se sintieron con fuerza las palabras que Carlos Tapia, el organizador del evento, había dicho al comienzo al presentar a Alexander Huber: “Es una de las personas más sencillas y de más calidad humana que he tratado”.