follow me
Montañismo y Exploración
La formación deportiva
3 noviembre 2011

Un deportista se forma, de eso no hay duda, pero debe existir una cultura deportiva que apoye a los deportistas a llegar más lejos y a optimizar sus esfuerzos. Elsa Ávila, primera mujer latinoamericana en llegar a la cumbre del Everest, nos da su opinión al respecto.







  • SumoMe

Cuando uno es espectador de un deporte, lo más común es escuchar o leer los comentarios de los cronistas deportivos, que es muy diferente de la de los deportistas mismos, que se han formado con sacrificio, con empeño, con pasión, con mucho trabajo y con honestidad. No sabemos qué experiencia tienen los comentaristas deportivos en cada deporte porque cuando se escucha el comentario “Le robaron la medalla de bronce”, no parecen hacer justicia ni al deportista ni al deporte.

Cuando yo quise escalar montañas no tuve ningún apoyo, aunque eso no menguó mis ánimos. Me las ingenié para buscar patrocinios, para pelear por lo que yo quería hacer. Y quise estudiar a la par una carrera universitaria. Lo conseguí. Junto con el enorme apoyo de mis amigos y familiares, esto era parte de mi cosecha. No soy una superdotada. Sin embargo, fui al Himalaya. No se necesita nada extraordinario, sólo quererlo de verdad y luchar por ello, sin importar los obstáculos.

Cuando regresamos de nuestro primer intento al Everest, veníamos tristes porque cinco compañeros polacos habían perdido la vida al caerles una avalancha. Yo venía de la cumbre sur y había sobrevivido a un edema cerebral y el regreso al campo base fue para mí titánico y triste. En México me encontré con los comentarios de los periódicos: “¡Fracasaron!”

Ningún comentarista conocía (entonces no existía Internet) los detalles de la expedición, y aún así se atrevieron a poner esos titulares. Si ni siquiera conocían la historia completa y mucho menos el significado de seguir viva y regresar a mi casa, ¿cómo es que tuvieron la osadía de tachar de fracaso algo que para mí era una victoria total? Y además el paso para una nueva oportunidad porque, eso sí, seguía fijo en mi mente el deseo de subir montañas.

Un comentarista deportivo no tiene que ser especialista y ni siquiera haber practicado profesionalmente un deporte. Con haberse informado bien, es suficiente. Y no les da el derecho de juzgar. Algo me queda claro: ser comentarista deportivo es una gran responsabilidad porque lo que dicen o escriben es aceptado o modificado por la opinión pública. Generalmente se trata de un “pasa la voz” que repite lo mismo que el comentarista dijo. Y si a alguien que regresa del Everest ya le dijeron que fracasó o a un deportista lo califican como despojado de una medalla, la cultura deportiva no ganará nada.

Elsa Ávila en la cumbre del Everest en mayo de 1999.

El deporte está ahora donde está mas no por culpa de los deportistas que van a competir. Hace unos días vi los Juegos Panamericanos que se celebraron en la ciudad de Guadalajara. Cada uno de ellos dio lo mejor que tuvo, aunque muchas veces no es suficiente, como tampoco es suficiente escalar el Everest con sólo el propio equipo y los propios recursos. Ahí es donde entran en juego las autoridades deportivas, con mejores oportunidades para atletas; los entrenadores, mejor preparados para dar un nivel más alto a sus deportistas; mejores comentaristas para que dejen de ver sólo el comentario fácil y promuevan que el gran público analice los errores para ver las oportunidades de éxito.

Si hay alguien mejor, ¿qué haría yo para igualarlo o superarlo? En la montaña las cosas se plantearían así: para hacer mejor el ascenso ¿lo haré por una nueva vía, en un estilo más limpio, sin tanques de oxígeno? Porque si sigo yendo por la misma ruta que todos, con cuerdas fijas hasta la cumbre y apoyo de todos los que pueda contratar, ya no estamos hablando de lo mismo.

Si cada uno de los implicados en esa enorme maquinaria del deporte hicieran su trabajo de manera profesional, como si fuera la última oportunidad que tuvieran en su vida, las cosas irían mejor. De entrada, las culpas no caerían sólo en los deportistas que hicieron lo mejor pero no fue suficiente.

Debemos salir muy preparados a la pista, la cancha, la piscina o la montaña sabiendo que existen posibilidades de errores y que no somos perfectos. Cualquier plan se puede venir abajo por un detalle mínimo. Si hay alguien mejor que nosotros no es precisamente por su nacionalidad sino por su preparación y entrega, por su pasión en lo que hace. Eso no es un factor de derrota, sino todo lo contrario: es una oportunidad para crecer.

Elsa al ingresar al Salón de la Fama del Deporte Mexicano.

Y hablando de los Juegos Panamericanos, me quedo con la perfección del clavado de Rommel Pacheco, con la claridad de quienes lograron el oro, con la tenacidad de quienes, sin apoyo alguno, obtuvieron grandes resultados pero, sobre todo, con las palabras del andarín Horacio Nava: “Tengo los pies en la tierra, sé que estos resultados son panamericanos, ahora debo prepararme para las Olimpiadas”.

Palabras de un triunfador que no cree en medallas robadas ni en “fracasos” pero se da el lujo de creer firmemente en que todo es posible si se dedica por entero a ello sin arredrarse por los comentarios. Como él, necesitamos a muchos más en todos lados para crear esa cultura del deporte que tanto hace falta y que deje de ser considerado como tiempo desperdiciado.



 



Suscríbete al Boletín

Google + Facebook Twitter RSS

 

Montañismo y Exploración © 1998-2024. Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con SIPER
Diseño por DaSoluciones.com©