Aron Ralston. Between a rock and a hard place. Atria Books, New York. 2004. 354 páginas. ISBN: 978-0743492812

Este es el lugar más bello sobre la tierra. Hay muchos de esos lugares. Cada hombre, cada mujer, lleva en el corazón y en la mente la imagen de su lugar ideal, conocido o desconocido, real o visionario… (Edward Abbey. Desert Solitaire. cit. en p. 1) Estaré aquí hasta que resuelva el problema o muera... Pero estoy listo para actuar, no para morir. Aron Ralston

En mayo del 2003 circuló por Internet una noticia dada por muchos foros: un hombre había quedado atrapado en un cañón y para poder vivir había tenido que cortarse el brazo y salir él mismo a pie. La noticia impactó a todos. ¿Quién podría tener la entereza de cortarse el brazo? Aron Ralston la tuvo y continuó viviendo.

La historia parecía detenerse ahí, porque no se dio mucha más información entonces. Pero Aron escribió un libro y uno se piensa: “¿qué más puede decir de lo que ya sabemos? Se cortó el brazo y ya. Es el hombre tuvo la torpeza de meterse solo, quedar atrapado y que se cortó el brazo para vivir.”

En su libro, Aron Ralston deja de ser el anónimo sin historia que se aventura solo y sufre un accidente, para tener las agallas de cortarse el brazo y seguir con vida. A lo largo de sus páginas, narra cómo fue el accidente, cómo queda atrapado y cómo pasan los minutos, las horas y los días mientras él se va quedando poco a poco sin agua, sin comida, sin fuerzas y completamente agotado porque no duerme ni un minuto.

Pero también define quién es Aron Ralston: un hombre que decidió ser montañista todo el tiempo posible, un montañista con metas definidas, con propósitos y a quien le llega la oportunidad de escalar el Denali con “superatletas”, aunque para hacerlo tenga que renunciar a un excelente trabajo. Y es en esa preparación hacia el Denali que sufre el accidente y queda atrapado.

Fuera de todo lo que es ya notorio, lo verdaderamente importante del libro es que Ralston hace un recuento pormenorizado de lo que pasó dentro del cañón y no sólo físicamente, sino dentro de su cabeza, en su brazo atrapado, en su vida anterior y posterior. También hace algo muy importante: narra la historia de su rescate desde lejos. Ubica y describe muy bien los movimientos de las diferentes personas que estuvieron involucradas en su búsqueda y rescate, desde la primera preocupación de que no llegara al trabajo hasta los movimientos hospitalarios y operaciones.

Sí, se trata del libro del hombre que se cortó el brazo. De ello no hay duda. También es el libro de alguien que cometió una torpeza: “He violado la directriz principal del viaje a la naturaleza al no dejar un plan detallado de mi viaje con una persona responsable”. Pero también se trata de uno de los pocos libros que describen la psicología del sobreviviente de primera mano, con el razonamiento del propio sobreviviente en el momento. Eso ya lo hace valioso.

Pero además, es un libro muy bien escrito, con un humor imparable (como cuando le reza a dios y al ver que no pasa nada, le reza al diablo comenzando por un “creo que está ocupado, pero quizá tú no”), o la persecución de un oso años antes del accidente, mientras describe sus andanzas en solitario y en invierno.

Un excelente libro desde todos los puntos que se le mire, la historia fue llevada a la pantalla grande en el 2010 con el título de 127 horas, que fue el tiempo que permaneció atrapado, aunque difícilmente se podrá plasmar toda la gama de sensaciones y sentimientos que se desbordan por las páginas de Between a Rock and a Hard Place.