Hace varias décadas apareció una línea de ropa que aseguraba que calentaría al usuario en los ambientes más fríos. La razón: tenían resistencias eléctricas que, a base de baterías, provocaban calor. En algunas películas aparecieron y siempre las dejaban de lado por inútiles. No era opción por las múltiples fallas que tenían y que fueron reseñadas en diferentes revistas.

Ahora las baterías como capa térmica ha regresado, pero el sistema es mucho más sofisticado. Columbia, una marca muy conocida mundialmente, lanzará al mercado una línea de chamarras que usará baterías para calentar y que tendrá un costo estimado de 750 a 1,200 dólares por pieza. ¿Una locura? Veamos de qué se trata.

Columbia tiene una línea de ropa inspirada en el concepto de las sábanas espaciales de emergencia que se llama Omni-Heat. Esta ropa tiene una capa interior plateada que evita que el calor salga de la prenda, pero que es transpirable, como el Gore-Tex. La publicidad alrededor de ella dice que aumenta su efectividad un 20%.

Como parte de esta línea de ropa aparecerá una serie de prendas de vestir (chamarra, guantes y calzado) que están calentados con un circuito eléctrico. Se trata de ropa para esquiadores, pues Columbia se caracteriza por cubrir ese mercado, aunque sus chamarras son muy populares entre los montañistas.

Quienes han puesto a prueba esta prenda dicen que cubre todos los requisitos que menciona. De entrada, tiene dos baterías recargables por un cable micro-USB y que dura, cada una, seis horas. El funcionamiento es sencillo: tiene un botón que controla el calentamiento en tres niveles: rojo es el máximo, amarillo el intermedio y verde el más ligero. Cada intensidad tiene un gasto diferente de la energía. Hubo quienes vieron la aurora boreal o quienes hicieron un viaje en trineo motorizado. Todo a varios grados bajo cero y sin sentir molestias.

Los puntos en contra mencionados fueron: el botón de encendido no está colocado en un punto estratégico, pues una vez puesto el casco y una bufanda, les fue imposible ver el botón y saber en qué nivel estaba encendido, por lo que recurrieron a un compañero que les diera esta información. Y el bolsillo donde están las pilas está demasiado apretado y extraer las pilas de ahí es bastante difícil.

Las chamarras saldrán a la venta en otoño de este año y el precio estimado es de 750 a 1200 dólares. Uno de los revisores menciona que el precio sugerido para esta chamarra vale la pena “considerando que las chamarras más elegantes para esquí alcanzan los 600 dólares”, pero sin este sistema de calefacción que “puede mantener caliente la parte superior del cuerpo a temperaturas alrededor de los 20 grados bajo cero por seis horas enteras”.

Hasta ahora no ha aparecido ninguna reseña de esta ropa para montañismo, pero desde nuestro punto de vista, podría ser riesgoso usarlas, pues los viajes en montaña duran más tiempo que los de esquí y si llega a fallar el sistema (algo que ninguno de los revisores tomó en consideración) la persona estaría prácticamente indefensa. De cualquier manera, habrá que esperar a ver los comentarios de los primeros usuarios.

Columbia Sportwear fue fundada en 1938 por Paul y Marie Lamfrom, quienes habían emigrado de Alemania el año anterior. Compraron una distribuidora de sombreros en Portland y la llamaron Columbia Hat Company. Frustrados por la negligencia de sus distribuidores, los Lamfrom decidieron manufacturar sus propios productos. En 1948, su hija Gert se casó con Neal Boyle, quien se unió al negocio familiar y en poco tiempo dirigió la compañía. Su hijo Tim Boyle se hizo cargo cuando murió su padre, en 1970 y a partir de ahí comenzó a crecer la compañía, pues fue una de las primeras compañías en hacer chamarras respirables y contra agua. La compañía se volvió pública en 1998 y entró a una nueva era como un líder mundial en la industria de la ropa para actividades al aire libre. Columbia emplea ahora más de 1,800 personas en todo el mundo y distribuye sus productos a más de 50 países.