En el refugio Nyabitaba montamos nuestras tiendas de campaña (2,650). Fue un desnivel de más de mil metros para ese primer día. Cena y tranquilidad. Aquí sentí la noche de manera espectacular, bajo un silencio sobrecogedor escuchar a los animales de la selva. Al día siguiente (12 de enero) llegamos hasta el refugio John Matte (3,350). El camino es muy variado. Cruzamos el puente Kurt Shafer sobre el río Mubuku, en Nyamileju. El barro hace que el trayecto sea mucho más cansado que en otras partes el mundo donde he caminado; además, constantemente tenemos fuertes pendientes. No, no es una caminata normal.
Josckus, montañista ugandés durante la travesía de los hielos colgantes del glaciar Stanley.
El 13 de enero salimos hacia el refugio Bujuku (3,915), por debajo del Paso Stuhlmann. En el camino divisamos por primera vez el glaciar y el Margherita Peak. Impresionante, agreste, bellísimo, el día de hoy es para enmarcar porque ya no es sólo barro, sino también pantanos y en algunos pasos han tirado pequeños troncos que obligan a hacer equilibrios para así no hundirse demasiado en el barro. Bordeamos el lago Bujuku y dejamos, hacia a nuestra derecha, el Pico Speke (4,890) con su propio glaciar. Llegamos a Bujuku Hut a pasar la noche.
Jaime Viñals durante la travesía mixta entre el glaciar Alexandra y glaciar Stanley.
El 14 de enero lo dedicamos a descansar y favorecer el proceso de aclimatación y además coincidió con un día lluvioso. El 15 de enero pasamos por el barranco Groundsel, el paso Scott-Elliot (4,370) hasta llegar a Elena Hut (4,541), al pie del Margherita Peak. Es una zona rocosa, relativamente pequeña donde escasamente hay espacio para las tiendas de campaña. Dormimos con frío y nerviosismo por la ya cercana cumbre.
El 16 de enero amanece nublado, con viento y llovizna de agua nieve. Esperaremos un día más para atacar la cima con la esperanza que mejoren las condiciones.
Erickana y Jaime Viñals a 5 minutos de alcanzar la cima.
A las cuatro de la mañana del lunes 17 de enero, nos ponemos en pie. Desayunos, arneses, linternas frontales… Vamos para arriba. El principio es ya una escalada sencilla pero con botas rígidas se complica un poquito más. Es difícil imaginar un glaciar en África, en pleno ecuador, pero el del monte Stanley es simplemente espectacular. Se camina por una inmensidad blanca en constante movimiento, que dejan grietas enormes, algunas visibles, que tenemos que sortear encordados. Después nos metimos en terreno mixto con los crampones: nieve, hielo, rocas para entrar en lo más duro de la ascensión hasta el collado existente entre el Pico Alexandra y el Margherita Peak, ambos espectaculares con sus zonas de hielo cayendo.
Paredes de roca en un tramo rumbo a la cumbre.
Antes de la cumbre, escalada entre roca y hielo con los crampones puestos, una diagonal y estamos en la antecumbre; una larga y empinada rampa formada por rocas sueltas y finalmente alcanzamos la cumbre. Lo conseguí. Llegué a la cumbre del Margherita Peak (5,109), la tercera cima más alta de África. Bellísima la cima, bellísimo el entorno. Mucho viento en la cima, luego para abajo que la cima sólo es la mitad del camino. Tomo fotos a un lado y a otro. Los picos Alexandra, Irene, Speke, Baker… cada uno con su glaciar. Espectacular. Pero también es mi cumbre #29 dentro del reto de las 50 Cumbres más Prominentes del Mundo.
Jaime Viñals en la cumbre más alta de Uganda y del Congo, Margherita Peak (5,109 m), el 17 de febrero de 2011.
Usamos la cuerda para hacer rapel y el resto de la bajada la pendiente es bastante pronunciada. Paramos en el Elena Hut, comemos algo, descansamos y pasamos esa noche allí.
Al día siguiente (18 de enero) seguimos descendiendo, pero lo hicimos por una ruta distinta a la de subida para que termináramos haciendo una caminata circular hasta las lagunas de Kitandra, dos enormes masas de agua impresionantes. Los otros dos días serían pesados por las distancias, las horas de caminata y el terreno. Afortunadamente no llovió mucho o hubiéramos tenido que bajar asegurados constantemente por cuerda. En Nyakalengija volvimos a sentir terreno seco bajo nuestros pies.
Dormimos en Kasese y al otro día pasamos siete horas en carreteras de Uganda hasta llegar a Kampala con sus Siete Colinas, sus enormes mezquitas, preciosos templos hindúes, su caos vial, ríos de gente entre motos, bicicletas, minibuses y, después del agobio a hacer un poco de tiempo junto al lago Victoria, para tomar el avión en Entebbe. Qué bonito, que gran viaje, que gran expedición, que gran escalada, mas técnica de lo que pensaba y qué impresionantes paisajes en un bellísimo Uganda, que buenos recuerdos me llevo.
Monumento en la cima del Margherita Peak.
N. del E. Las montañas Ruwenzori fueron conocidas en la época de los griegos como la fuente primaria del origen del Nilo. Descubiertas en el siglo XIX por lo que es conocido como la época dorada de la exploración europea, los protagonistas siempre tuvieron como objetivo encontrar esas fuentes: Speke, Burton, Livingston y Stanley fueron tras esas fuentes y vieron esas montañas en la línea ecuatorial, donde llueve 1990 mm de agua al año (un bosque recibe 250 mm anuales). El Monte Stanley es una de las 50 montañas más prominentes del mundo, un “reto” que están siguiendo unos pocos y que si bien no implican grandes problemas técnicos, sí necesitan de una buena logística y mucho dinero.
En esta carrera, hay pocos que vayan a la punta, entre ellos el guatemalteco Jaime Viñals y el estadounidense Gerry Roach. En este ascenso ambos alcanzaron su cima 29 y van empatados en el primer lugar por alcanzar las 50 más prominentes. Jaime saldrá próximamente a Camerún, para ascender una más.
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