En febrero del 2008, se abrían las puertas del Museo Estadounidense de Montañismo Bradford Washburn, dedicado al “heroísmo, tecnología, cultura y espíritu del montañismo”. Un espacio amplio y bien organizado con información de todo tipo, incluso audiovisuales. Pero el Museo no se ha quedado con los brazos cruzados y ahora instituirá una sala dedicada a lo mejor del montañismo estadounidense, aquello que es la “excelencia”.
No, no se trata de usar el mismo parámetro del Piolet de Oro, por ejemplo. Se trata de resaltar a las personas que han hecho algo muy importante durante su vida como montañista o escalador y que haya contribuido notablemente al avance del deporte. Difícil, si se tiene en cuenta las muchas décadas que han pasado y el enorme cambio de mentalidad. Un poco como la vieja y absurda pregunta de quién ha sido el mejor alpinista de todos los tiempos. Como si uno pudiera valorar acertadamente los logros de dos personas separadas por el tiempo.
Los elementos que se tomaron en cuenta por los organizadores de la Sala de la Excelencia son solamente dos: una trayectoria amplia dentro del montañismo, con lo cual se vienen a la mente un gran número de candidatos. Pero el requisito de todos ellos es haber aportado algo importante al mundo del montañismo, además de sus logros deportivos. Puede ser el medio ambiente, la cultura, el arte, el trabajo en equipo, etc. Entre las áreas contempladas están
- Haber otorgado algo a la comunidad montañista directamente a través del apoyo financiero (premios, etc.) activismo y otras.
- Haber aportado algo a la comunidad de forma indirecta por medio de la creación de un legado admirable e inspirador que sensibilice a las futuras generaciones de montañistas.
- Haber impactado positivamente las culturas y gente de las montañas en diferentes trabajos.
- Impactar positivamente el medio ambiente de las montañas por medio de sus trabajos.
- Preservar la montaña y la historia del montañismo por medio de su obra.
- Contribuir fuerte y únicamente al arte de montaña, sea en poesía, pintura, fotografía, video/film, etc.
- Haber contribuido en el campo de la ciencia y medicina de montaña.
Ciertamente, pocas personas podrían alcanzar estos niveles y es por ello que el Museo Bradford Washburn los elije para su Sala de la Excelencia. Esta vez son cuatro personajes: Yvon Chouinard, Robert Craig, Robert Bates y el doctor Charles Houston. Algunos de estos nombres no serán familiares para la mayoría.
Dr. Charles Houston (1913-2009)
Fue una de las autoridades principales en medicina y fisiología de altitud. Sus investigaciones lo llevaron a la identificación y documentación del edema pulmonar de gran altitud (HAPE, por sus siglas en inglés) y las hemorragias retinianas en cotas elevadas. Sus ascensos comenzaron haciendo primeros ascensos en las montañas de Alazka en la década de 1930 hasta expediciones al Himalaya, que incluyeron el primer ascenso al Nanda Devi en 1936 y luego al K2 en 1938. En 1953 estuvo en la famosa expedición norteamericana al K2, en donde Pete Shoening salvó cinco vidas con su piolet en un aseguramiento impresionante. El piolet se conserva en el Museo Bradford Washburn. Después, Houston dedicó su vida al estudio de la hipoxia, el mal de montaña y la aclimatación. Es el autor de Going Higher: Oxygen, Man, and Mountains.
Robert Bates (1911-2007)
La carrera de Robert Bates es recordada por su primer ascenso al Monte Lucania, en el Yukón (1937), durante el cual él y Bradford Washburn se vieron forzados a pasar 32 días y caminar 250 kilómetros para sobrevivir. Bates fue el subjefe de ambas expediciones estadounidenses al K2 (1938 y 1953). Mientras trabajaba para el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Bates mejoró la ropa y equipo de los soldados y con ello redujo notablemente las bajas por congelamiento. A sus 74 años co-dirigió una expedición que logró el primer ascenso al Uluhg Muztagh, en China. Escribió varios libros: Five Miles High, K2: The Savage Mountain, un libro que sigue teniendo actualidad, y su autobiografía: The Love of Mountains Is Best.
Robert Craig (1924-)
Sus ascensos más notables del principio de su carrera fueron el primer ascenso al South Peak en Cascades, con Fred Beckey y el primer ascenso al Devil’s Thumb, en Alaska, en 1936. Después participó en expediciones a las grandes montañas, incluyendo el K2 (1953), el Pamir (1974) y a la arista oeste del Everest en una expedición norteamericano-tibetana (1983). Durante la guerra con Corea, fue un consultor civil de la Armada. En 1960 fue cofundador del Instituto Aspen, una organización internacional no lucrativa y en 1975 fundó el Instituto Keystone, dedicado a resolver problemas del medio ambiente antes de llegar al litigio. En 1979 su libro Storm and Sorrow in the High Pamirs fue llevado a la televisión.
Yvon Chouinard (1938-)
Fue uno de los escaladores más importantes durante la edad de oro de la escalada en Yosemite, logrando primeros ascensos como la North American Wall sin cuerdas fijas (junto con Royal Robins) y después la Muir Wall del Capitán. Escalar le llevó a descubrir insuficiencia en el equipo de escalada que se usaba en ese entonces y comenzó a fabricar clavos que llegó a vender en su propio auto a los escaladores amigos suyos. En 1961 fue a las Rocallosas Canadienses y abrió diferentes rutas junto con Fred Beckey en donde aplicaba las técnicas de gran pared. Junto con Tom Frost fundó The Great Pacific Ironworks, donde continuo mejorando equipo para escalar, incluyendo piolets y crampones. Frost introdujo los excéntricos y stoppers, que serían la clave para la escalada libre en adelante. Posteriormente, Chouinard creó la marca de ropa Patagonia. Es autor de varios libros, entre ellos Que mi gente vaya a hacer surf.
La ceremonia de apertura de la Sala de la Excelencia en Montañismo será el 10 de abril en el cuartel general del AAC en Golden, Colorado, y estará Ed Viesturs como conferencista.