En la Sierra Nevada del Cocuy, por sobre los páramos colombianos, hay una montaña de más de cinco mil metros: el Ritacuba Blanco, la montaña más alta de los Andes Orientales. Warner Rojas llegó a su cima el pasado mes de febrero.
El viaje hasta el campamento base fue largo y pesado: salí de Costa Rica con destino a Bogotá después de haber ejercido mi derecho al voto en las elecciones presidenciales y del aeropuerto al poblado de Cocuy en un viaje de 12 horas de bus y luego un taxi hasta las Cabinas Kanwara. Este era mi campamento base. Me tomé el resto del día para descansar.
El Ritacuba Blanco, desde el campamento base.
Fotos: Warner Rojas.
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Durante un par de días estuvo nevando en la montaña pero al final del segundo aclaró. Al día siguiente caminé al principio del glaciar. Comienza a los 3,925 metros y el glaciar inicia a los 4,978 y lo hicimos en tres horas. Ahora me acompañaban Miguel, de Colombia, y Hans, de Alemania, a quienes conocí una noche antes en el campamento. Como yo, querían subir la montaña y decidimos hacer equipo.
Un tiempo impecable y sólo un poco de viento en el glaciar, así que cuando comenzamos a caminar por él nos pusimos mejor ropa, las botas adecuadas y empleamos el equipo técnico que llevábamos en la mochila. Estábamos listos para ir a la cumbre.
El glaciar es muy extenso y en él cruzamos varias grietas que nos ponían nerviosos: no veíamos el fondo y debíamos cruzar por espacios muy pequeños que más bien parecían puentes de hielo. La vista alrededor era preciosa, con montañas por todos lados. Conforme subimos divisamos por fin la cumbre del Ritacuba Blanco: una pirámide perfecta, un pico que sobresale del resto del glaciar.
Allí estaba. A mi alcance. Mi objetivo, nuestro objetivo. Muy cerca, pero aún lejos. La pendiente se hacía cada vez más fuerte y la altitud disminuía nuestro rendimiento. Cada cierto tiempo parábamos a tomar un poco más de aire y darnos un descanso. Pero continuábamos avanzando. Teníamos la cumbre frente a nosotros y, sobre todo, la convicción de llegar ahí arriba.
Dos horas y treinta minutos después, estábamos viendo el último obstáculo de la montaña: una grieta gigante en el glaciar que rodea la cumbre. Descansamos y analizamos las posibilidades de subir. Yo había ido para llegar a la cumbre y el obstáculo no era realmente insuperable. “Voy pa’rriba”, dije, y con mucho cuidado logré pasar al otro lado. Mis compañeros habían decidido quedarse. Treinta metros después, estábamos de pie sobre la gran pirámide. El punto más alto de la montaña, con 5,410 metros [ver nota al pie. N. del E.] sobre el nivel del mar.
Alrededor, montañas, todas las de la Sierra Nevada del Cocuy. Y arriba, por encima de ellas, el único que había alcanzado la cumbre de la más alta de ellas: un tico. ¡Qué alegría estar allí arriba, sacar la bandera de mi país y verla ondear! Pero debía bajar. Allá abajo estaban mis compañeros esperándome. Mucho más lejos que ellos y que el campamento base, estaba mi esposa y mi hijo esperando mi regreso.
Agradezco a todas las personas que de una u otra manera me ayudaron a llegar a esta cumbre. Por supuesto, a Coinca, Mountain Hardware, Delga Clinc, Tropics, Viajes Atlántico, Centro Aventura y Pico Tours.
Nota del EditorEl Ritacuba Blanco (Ritak’uwa, nombre dado por la antigua etnia U’wa) es el punto más alto de la Cordillera Oriental, en los Andes de Colombia, pero el cuarto de Colombia. Según los montañistas colombianos, el pico más alto de Colombia es el Simón Bolívar, pero sostienen que no está dentro de los Antes. Esta polémica ha incluido a muchos otros montañistas. El proyecto de Warner es escalar las cumbres andinas más alta de cada país suramericano. Su altitud no está bien establecida aún. Mientras altitud oficial es de 5,330 metros, en muchos otros sitios aparece con 5,410. Su posición geográfica cercana al ecuador (6º29’ Norte) y el calentamiento global, han hecho que su glaciar retroceda un promedio de 25 metros lineales por año. En 1950 el glaciar se extendía por debajo de los 4,500 metros.