Los días 29, 30 y 31 de octubre se exhibió en algunas salas de la ciudad de México él documental Naica, la cueva de los cristales. El documental dura casi dos horas y fue dirigido por Gonzalo Infante. El propósito es documental el “Proyecto Naica” que procuró a lo largo de los años la documentación fotográfica y de video de la cueva de los cristales de yeso más grande del mundo.
Portada del sitio oficial de la película.Click para agrandar.
El documental es muy lineal y narra desde el primer contacto que el Grupo La Venta tuvo con la caverna hasta la última ocasión en que filmaron, con todos los pormenores intermedios. “Tullio [Bernabei] quería explorar la cueva y yo filmarla”, dice la voz narrativa, que seguramente es de Gonzalo Infante.
El documental narra la experiencia de la filmación, sí. También proporciona imágenes impresionantes de la cueva. Pero es malo. Prácticamente se pueden ver los últimos 10 minutos y eso es lo que vale la pena, además de pequeños fragmentos que están a lo largo del filme, sobre todo en una reunión de todo el equipo donde Tullio (ya hacia el final del documental) menciona de qué se va a tratar: “No sabemos si podremos pasar, no sabemos si la cueva continúa o no. Pero lo vamos a hacer precisamente porque queremos eso: encontrar lo que nadie ha visto”.
Dentro de la Cueva.Fotos cortesía del sitio oficial de la película.Click para agrandar
El resto es lo que me pareció un “detrás de las cámaras” o cómo se hizo. Pero además de una manera que no deja muy bien parado al documental. En casi todos los “extras” de las películas donde explican cómo se hizo, alguien puede decir: “Teníamos este problema que nadie había afrontado. No sabríamos si funcionaría pero hicimos lo mejor. Sin embargo, no funcionó pero eso nos hizo mejorarnos” y asunto concluido. Los hechos, tal cual. Este documental entrevista al responsable de diseñar y construir los “robots” donde estarán montadas las cámaras y tras entrevistarlo in situ, le preguntan si habrá alguna falla. La respuesta es: “No, no habrá ninguna”. El dispositivo, sin embargo, falla y el ingeniero comenta que adquiere el “síndrome del apestado”. Un mundo de diferencia.
Casi se puede dividir en video en dos partes: aquella donde los italianos son entrevistados o ingresan a la cueva y la otra en donde el guión los excluye. La parte más interesante es la primera porque exponen cómo se forman los cristales, muestran cómo comprobar la rapidez con que se produjeron, las teorías acerca de la cueva, cómo están construidos los trajes especiales con que ingresan, etc. La parte de donde son excluidos es precisamente el “detrás de las cámaras”. Demasiado largo y tedioso.
Otra imagen más de la Cueva de los Cristales.
Pese al gran contenido que arrojan los miembros del Grupo La Venta, falta aún mucho por explicar. Hacen falta gráficas de cómo se formó la cueva de los cristales, por ejemplo. La música no se adecúa (al llegar a Chihuahua no se escucha una música norteña sino algo que parece más música venezolana), la voz del narrador es demasiado lenta, torpe, se nota que está leyendo y no es un profesional de la voz, hacen falta close-ups…
Todo lo anterior se resume en que del documental lo más valioso es la participación de los italianos y no porque la participación de los mexicanos no valga, sino porque no ofrecen mucho al documental como tal. O no de la manera adecuada para atraer. El público va a ver una película de aventura, una de imágenes hermosas o un documental de Naica. La aventura mostrada es muy poca, el documental es escueto pero las imágenes son hermosas, al menos los últimos minutos.
Ficha técnica
Título original: Naica, la cueva de los cristales
Director: Gonzalo Infante
Guión: Ángeles Necochea
País: México
Duración: aproximadamente 90 minutos
Idiomas: Español, italiano, inglés
Subtítulos: al español
Locaciones: Naica, Chihuahua, México
