| Es, con mucho, la pared inescalada más grande en Norteamérica y es una de las grandes paredes inescaladas del mundo. Joe Josephson |
Uno de los macizos más impresionantes por la cantidad de montañas que tiene está en el Territorio del Yukón, en Canadá. Ahí está el Monte Logan (5,956 metros), la segunda montaña más alta de Norteamérica, luego del Denali, y la más alta de Canadá. Su cara sureste había mantenido alejados a todos y permanecía sin tener una sola vía.
La cara este del Monte Logan, en el Parque Nacional Kluane, en el Territorio del Yukón, Canadá. La pareja de escaladores japoneses escalaron cerca de 3500 metrosen estilo alpino del 4 al 7 de mayo. El día 8 fue el descenso hasta su campamento base.
Foto: Jack Tackle
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Yasushi Okada y Katsutaka Yokoyama llegaron al Logan y escalaron el pico Este por la pared SE, aun no escalada, una ruta de 2500 metros con dificultad ED+: WI5 M6. La vía tiene nombre: I-TO y discurre a lo largo de la enorme pared sureste, expuesta a las avalanchas para al final tener unos mil metros verticales hasta la cumbre oriente. Pero si esto es sorprendente, lo es más aún el hecho de que los dos escaladores japoneses hayan descendido más de 30 kilómetros a lo largo de la arista este. Todo, en un estilo alpino impecable.
El 4 de mayo, Yokoyame y Okada salían de su campamento base y dejaban a su compañero Genki Narumi en él. Antes habían prácticamente navegado en una fuerte nevada durante casi 60 kilómetros y les quedaba claro que si tenían alguna posibilidad de éxito, el descenso debería ser también por la pared, en lugar de las muchas millas de la arista este.
Fotos: colección de Katsutaka Yokoyama.
Se metieron a un terreno muy complicado técnicamente: 200 metros de hielo fino, roca suelta con dificultad M6 en drytooling. Pero aunque continuaban subiendo, las esperanzas de poder bajar por la misma ruta se iban desvaneciendo. “Mientras más alto subíamos, la confianza de rapelear por la misma ruta se desvanecía. Había muchas travesías, roca suelta, oportunidades de riesgo y fue simplemente grande”, ´dijo Yokoyama.
Hacia las 23:00 horas del tercer día alcanzaron la cresta oriental de la montaña y a las 13:40 del día siguiente llegaron a la cumbre (5,900 metros) de la cumbre Este. Comenzaron a descender y encontraron una grata sorpresa: otros dos escaladores habían subido a la cima recientemente y habían dejado huellas frescas. Con esto como vía a seguir y con buen tiempo, pudieron recorrer los 30 kilómetros hasta su campo base en un solo día, adonde llegaron el 8 de mayo.
Los japoneses dieron nombre a la ruta: I-TO. La palabra en japonés quiere decir “hilo” y es una manera muy elegante de mostrar la unión que puede haber entre la comunidad de escaladores. La historia del nombre comienza en la pared misma: varios equipos se habían internado para intentarlo. De ellos, los más fuertes llegaron apenas a un mil metros del suelo, entre ellos los estadounidenses Jack Tackle y Jack Roberts (1999) y Jay Smith con Fabrizio Zangrilli (2007). Tackle, quien considera a esta pared como su máxima aspiración, le ofreció al equipo japonés fotografías y consejos antes de su partida. De ahí el nombre de la ruta, que en realidad vendría a ser el hilo que puede unir a la comunidad montañista.
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