El sendero continuaba por carretera asfaltada y los pies comenzaron a resentirse con ese duro terreno. El contacto con el asfalto fue tan desagradable que desistimos de continuar a pie ese trayecto (unos seis km en bajada). Sencillamente subimos a un bus y dormimos en un camping de Ansalonga. Ahí nos percatamos de que nuestra meta, el Coma Pedrosa, estaba aún a tres días y medio de recorrido. No teníamos todo ese tiempo. Además, Nekane estaba cansada y necesitaba descansar, pues nos indicaron que el ascenso a la cumbre era agotador.

Pla de I'ngla.

El penúltimo día teníamos un nuevo plan: yo retomaría el recorrido desde Llort con una pequeña mochila e intentaría caminar en un solo día lo que generalmente se hace en dos. Mientras tanto, Nekane descansaría esa mañana y por la tarde iría hasta el refugio del Coma Pedrosa, donde nos reuniríamos esa misma tarde o noche.

Sin el peso de la mochila, sentía como si mis pies volaran. Caminaba muy rápido, demasiado para mi gusto. Correr en la montaña es algo que no me gusta si no la conozco porque se disfruta menos de los alrededores. Pero no tenía otra opción. Logré llegar a L’angonella en un tercio del tiempo estimado, así que aproveché para alcanzar cumbres fuera del itinerario, Burna (2,614) y Pic Les Fonts (2,748) fueron un extra interesante con escalada en roca fácil pero interesante.

El Coma Pedrosa seguía ahí, lejos, y no parecía acercarse por más que recorría el pronunciado Serrat de la Burna en un bosque de pino negro de gran belleza. Cuando alcancé Pla de L’Estany, estaba muy agotado. Ahí el sendero que yo seguía se une al recorrido que Nekane ya había hecho horas antes. Otro agotador ascenso y al final nos reunimos pero no tuve fuerza ni siquiera de estar de pie por más tiempo y me tiré al suelo. Nekane observaba embelesada unos caballos salvajes que corrían por las laderas y no se percató de mi agotamiento hasta minutos después. Me levanté y di los últimos pasos hasta el refugio. Veinte metros que sentí como kilómetros.

Pla de les Pedres.

Día once, el final: teníamos sólo una mañana para completar nuestro proyecto con el techo de Andorra, el Pic Coma Pedrosa, ahí, a pocas horas. Un último esfuerzo. De verdad el último. Lo tomamos con tranquilidad, pero estábamos tan adaptados después de tantos días que nos sentíamos ligeros y rápidos.

Cuando divisamos la cumbre principal todo comenzó a cubrirse de un manto blanco. Al mismo tiempo alcanzamos secciones congeladas del río que sale del lago Negre, a 2,600 metros. Lugar sombrío que da la sensación de que jamás ha sido tocado por los rayos del sol. Ahí inicia una pedrera muy inclinada, resbaladiza y con piedras tan inestables que parecieran caer con sólo mirarlas.

La cumbre permanecía oculta cuando alcanzamos la cresta, pero no el precipicio a cada lado. Subíamos una cima pensando en el final, pero detrás aparecía otra más grande entre la niebla. Parecía el juego del gato y el ratón. Finalmente la cumbre. Solitaria. Fría. Cubierta por niebla. Al mediodía estábamos en el poblado de Arinsal. ¡Lo habíamos logrado!

Escalando Coma Pedrosa.

Itinerario

Día 1: El Canillo - Cresta del Collado de Arenes km: 7, Desnivel: 996 metros.

Día 2: Arcalis - Pico Tristainakm: 11. Desnivel: 1000 metros.

Día 3: Sorteny – Refugio de Rialphkm: 5, Desnivel: 200 metros.

Día 4: La Rabassa – Refugio de Parafitakm: 14, Desnivel: 950 metros.

Día 5: Refugio Perafita – L’Illakm: 13, Desnivel: 1020 metros.

Día 6: Perafita – Pla de les Pedreskm: 13, Desnivel: 900 metros.

Día 7: Perafita - Juclarkm: 12, Desnivel: 1300 metros.

Día 8: Juclar – Com de Jamskm: 10, Desnivel: 900 metros.

Día 9: Com de Jam – El Serratkm: 14, Desnivel: 900 metros.

Día 10: Llort – Refugio Coma Pedrosakm: 17, Desnivel: 2300 metros.

Día 11: Refugio – Pico Coma Pedrosa - Arinsalkm: 11, Desnivel: 700 metros.

Coma Pedrosa.

Picos ascendidos durante el trayecto

En la cima de Coma Pedrosa.

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