Para aquellos que la conocemos por los continuos ascensos que hacemos en ella, la “Mujer Dormida” está hoy realmente irreconocible. La nieve que cayó en las semanas anteriores se convirtió en hielo con los vientos y ese hielo ha cambiado mucho el aspecto de lejos. Pero de cerca el Iztaccíhuatl es otra cosa: desde los penitentes en las partes altas hasta el hielo cristal en la primera subida de La Joya. La Joya, donde se dejaban habitualmente los autos. Nuestro Iztaccíhuatl ha regresado en el tiempo...
Iztaccíhuatl desde Paso de Cortés. Febrero 8, 2010.
Fotografías: Everardo Barojas.
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Hielo
Sí, no nieve sino hielo. El volcán está cubierto de hielo, lo que tiene ventajas y desventajas. Como ventaja: no habrá avalanchas y los crampones muerden muy bien. Como desventaja: en el hielo resbalas mucho. Por supuesto, sin equipo no llegas muy lejos: tan sólo este fin de semana hubo tres muertos, todos ellos antes de llegar al Refugio de los Cien, un camino que han transitado miles de personas cada año como algo normal.
Viento
El viento es uno de los causantes de que la nieve se haya convertido en hielo, incluso ha creado penitentes (que hace mucho no existían en la montaña) y hasta cornisas diminutas. Las ráfagas, además de molestas, dificultan el equilibrio. Uno de los cuatro accidentes de este fin de semana fue causado por el viento.
De lugares como este suelen caer fragmentos de roca.
Pendientes
La acumulación de nieve y hielo han creado varias pendientes fuertes y difíciles en la ruta normal, entre ellas la que se encuentra entre el segundo y el tercer portillo. Aquí Hay una pendiente de unos 55 grados de inclinación en hielo solido, con bastante exposición y caída de material de las peñas de arriba. Otro de los accidentes fue aquí.
Caída de material
El Iztaccíhuatl está lleno de pequeñas piedritas que constantemente caen. En condiciones normales la arena detiene esta caída antes de que tomen velocidad. Ahora el hielo en todas las pendientes permite a cualquier piedra tomar una gran velocidad y también hay más piedras cayendo, puesto que el viento, la nieve y el sol generan cambios que terminan por tirar más piedras y pedazos de hielo.
El Paso del Jabonero, lleno de nieve y hielo.
Conclusión
Por ahora, hay que considerar al Iztaccíhuatl como una montaña diferente a la que conocemos. La “ruta normal” no es en absoluto sencilla en ninguna temporada pero justo ahora ha subido bastante de dificultad y es necesario más equipo, más técnica y más preparación para subir, no digamos a la cumbre, sino siquiera al Refugio de los Cien. Se dice que a la cima no ha llegado nadie en un mes y creo que esto también tiene que ver con que la ruta “normal” no es la más fácil bajo estas condiciones. El hecho es que ha habido muchos accidentes en esta temporada y si alguien quiere ir para subir la montaña nevada debe hacerlo con equipo y preparación. Sin ello, se está arriesgando mucho.
La cara norte de la Amacuilehécatl (los pies). La pendiente está cubierta de hielo.
Arista final hacia el Refugio de los Cien. Todo lo blanco es hielo.
