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Montañismo y Exploración
Rapel: ¿un deporte?

La técnica de descender por una cuerda ha sido practicada durante mucho tiempo pero sólo hasta hace pocos años se le ha considerado un deporte en sí. ¿Es realmente un deporte?







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El 4 de diciembre del 2008 apareció en info7.com un artículo titulado “Rappel, un deporte de altura”.  El artículo está citado directamente de saludymedicinas.com.mx y en esa fuente el autor es “Fer Jiménez”. Es bueno saber que hay alguien interesado en publicar artículos de montañismo, pero como muchos medios informativos, su propósito es proporcionar información, pero no checó la veracidad de la misma.

El artículo comienza diciendo: “¿Deporte o técnica complementaria? Tal es la polémica que genera esta actividad.” Y sin decir nada más para inclinarse a favor de una u otra postura, decide que se trata de un deporte y lo trata como tal.

Lo impresionante comienza en el tercer párrafo, cuando uno ya cree haber encontrado un artículo de opinión serio porque se citan como “expertos entrevistados”: se citan a varias personas: Alfredo Velázquez, presidente de la Federación Mexicana de Deportes de Montaña y Escalada; Andrés López, como presidente de la Asociación de Excursionismo y Montañismo del Instituto Politécnico Nacional (IPN); Ricardo Torres Nava, el primer mexicano en alcanzar la cumbre del Everest; Carlos Carsolio, el cuarto hombre en conseguir las 14 cumbres de ocho mil metros; Marco Antonio Rodríguez, como presidente de la Asociación de Excursionismo. Montañismo, Espeleología y Escalada del Distrito Federal, A.C.; y finalmente a Carlos Rangel, como presidente de la Asociación de Montañismo y Exploraciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La técnica del rapel consiste únicamente en bajar de algún lado con una cuerda. Haz click en las imágenes para agrandarlas.

Y digo que parecía serio por los entrevistados no porque no sean expertos, sino porque ninguno de ellos fue entrevistado. Al parecer, la persona que escribió el artículo necesitaba un respaldo y lo consiguió de esa forma. De haber tenido un poco más de tiempo, hubiera conseguido esas entrevistas. Salvo Alfredo Velázquez, Ricardo Torres Nava y Carlos Carsolio, las demás personas “entrevistadas” ya no corresponden en la actualidad.

El rapel es mucho más antiguo que 1950, se origina poco tiempo después de que nació el alpinismo y no fue precisamente en una cueva donde surgió, sino en los Alpes, a fines del siglo XVIII y se ha practicado siempre como una técnica más que debe conocerse para montañismo. Si nos situamos a principios del siglo XIX, una cosa es subir una montaña y todas las técnicas que ello implica, y otra es bajarla. Para bajar de una montaña, sobre todo si tiene tramos muy inclinados, se usaba y se sigue usando el rapel.

Un montañista ruso descendiendo por la cara oeste del K2 en el 2007. Aunque el rapel fue usado continuamente, no fue nunca el deporte por sí mismo.
Foto cortesía de la expedición rusa al K2

La técnica fue perfeccionándose poco a poco con el paso de los años (igual que muchas otras técnicas del montañismo) y es hasta los años de 1970 que comienza a ser considerado algo más que una simple técnica. Pero quienes lo consideran como un deporte no son montañistas, sino personas que han salido de su casa, hicieron un rapel y regresaron a la civilización. El nacimiento de los deportes “extremos” también dio origen a la creencia —sostenida por miles— de que el rapel puede ser todo un deporte.

Ya en otras ocasiones hemos hablado sobre los deportes llamados extremos y su origen es el mismo: hacer que la gente de ciudad realice una actividad que nunca había imaginado para hacerles creer que están arriesgando su vida. Por eso el término “extremo”. Se vende más.

Pero regresando al artículo en cuestión, todos los comentarios de los “entrevistados” se resumen a dar las características técnicas de un rapel. Es como hablar de las especificaciones de un balón para jugar futbol. Pero el último párrafo parece ser una invitación a practicarlo:

Un espeleólogo entrando a un sótano. Aunque está descendiendo por una cuerda y la técnica es mucho más sofisticada porque de ello depende completamente su seguridad, el rapel no es el deporte por sí mismo.

Las bondades del rappel van más allá del ámbito físico y llegan hasta lo sensitivo, pues la experiencia de observar el mundo desde las alturas de una cima, respirando aire puro, sentir la satisfacción de la conquista de la cumbre y enfrentar luego el reto del descenso es incomparable. Por ello, es recomendable a manera de práctica deportiva, turística y, al igual que lo han hecho las grandes figuras del montañismo mexicano, como terapia de superación personal

Con el rapel, ¿se conquista una cumbre? Lo cierto es que el rapel debe practicarse de forma responsable o se corren riesgos graves.

Aunque el autor decidió hacer del rapel un deporte “de altura”, nunca dice por qué se decidió por esa parte de la polémica pese a que todos los argumentos que presente no digan específicamente eso. Lo que ciertamente no se vale es poner en boca de otros palabras que no han dicho.

Nosotros, desde la parte deportiva, seguimos considerando al rapel como lo que ha sido siempre: una técnica más que ha evolucionado en la parte de consideraciones técnicas y equipo que se utiliza para hacerlo, pero que no sigue siendo más que el descenso por cuerda. En espeleología y cañonismo, por ejemplo, el rapel es la técnica fundamental, pero no es el deporte en sí, sino que se ve apoyado por natación, ascenso por cuerda y otras técnicas más. Pero considerar al rapel como un deporte en sí, está lejos de todo esto.

Una persona descendiendo a rapel en una cascada. El deporte se llama cañonismo o barranquismo, cuyo objetivo es la exploración de los cañones y barrancos. Pero el rapel es sólo una técnica usada, no el deporte.



 



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