Me levanto, manejo detrás de drenaje detrás de las cortinas y allí ella: la Diva de las montañas, el Matterhorn. La vista de esta montaña no debería realmente fascinarme ya más. Crecí al pie de esta hermosa pirámide de gneis y he estado en su cimbre docenas veces. Pero fascinado sí que lo estoy.
Ascenso a la ruta Anthematten en el Cervino.Fotos: colección Simon AnthemattenHAz click en las imágenes para agrandarlas.
¿Qué se sentiría ser el primero en escalar tal montaña? Hace ciento cuarenta años los montañistas cortejaron al Matterhorn tal como los alpinistas élite de hoy compiten por retos como la cara norte del Latok I o la travesía del Cerro Torre. Tan sólo el pensamiento de lo que deben haber sentido aquellos escaladores en 1865 cuando hicieron el primer ascenso del famoso Matterhorn me llena de entusiasmo. ¡El Matterhorn! Qué sueño debió haber sido intentar hace 150 años los primeros ascensos de los grandes picos de los Alpes. ¿Nací demasiado tarde para ser alpinista?
Los primeros ascensos aún siguen siendo la forma más pura del montañismo. En los primeros ascensos libres, de velocidad o encadenamientos, los escaladores siempre tienen la certeza de que la línea es factible porque alguien ya la ha hecho. Un montañista que repite nunca consigue la misma emoción del primer ascensionista que punteó las dificultades virtualmente desconocidas. Así que para mí, como alpinista, es mucho más atractivo hacer un primer ascenso. Pero las líneas más atractivas y obvias en el Matterhorn ya han sido escaladas: Whymper lo hizo por la arista Hörnli, Burgener por la arista Zmutt, los hermanos Schimd por la cara norte, Bonatti a la derecha de la cara norte y Gogna la nariz Zmutt. ¿Había una primera para mí o nací realmente demasiado tarde?
Con estos pensamientos en nuestras mentes, mi hermano Samuel y yo ahora escalamos a la mitad de la cara norte del Matterhorn. Sobre nosotros se yerguen 400 metros de un contrafuerte no tocado. Es el límite izquierdo de la Nariz Zmutt. La parte izquierda, más pronunciada es la Cara Norte propiamente dicha mientras que la parte derecha —Nariz Zmutt— es vertical a desplomada y gira un tramo hacia el noroeste. Esta curvatura, este contrafuerte intocado es el corazón de nuestro primer ascenso. Sobre el contrafuerte rocoso son 300 metros de escalada clásica de cara norte:: terreno alpino mixto que es menos escarpado pero tiene muy poca buena protección. Debajo de nosotros están 300 metros de nieve y hielo casi vertical que escalamos en simultáneo el día anterior sin parar. Yo subí con dos piolets Viper y una mochila y Samuel me siguió con un piolet Fusion, llevando la mochila pesada y arrastrando el portaledge entre sus pies.
Después de tres largos días, Samuel y yo nos paramos en la cumbre del Matterhorn, nuestro primer ascenso total. No tenemos historias de guerra que contar sobre nuestra vía. Es recta y elegante, pero no es difícil. Escalamos los mil metros de la ruta lo mejor que pudimos, encontrando la típica piedra suelta, algunos tramos libres por encima de 6b, secciones de M6 y algunos tramos de escalada artificial moderada en el rango de A1+. Toda nuestra experiencia del Boulder, escalada deportiva, escalada en hielo, escalada en mixto y grandes paredes crearon las bases para escalar esta ruta hoy. Crampones, calzado para roca, piolets, magnesia y martillo trabajaron mano a mano.
Aunque nuestro primer ascenso no fue una nueva dimensión en el alpinismo, siento que tales escaladas son el terreno de entrenamiento para los dramáticos primeros ascensos en los cientos de cientos de rudas caras aún no tocadas del Himalaya. Sí, las grandes líneas en los Alpes pueden haber sido ya escaladas, pero el Himalaya es la cordillera montañosa más grande de nuestro planeta, con dimensiones y posibilidades mucho más grandes que en los Alpes o cualquier otro lugar. No nací demasiado tarde. Nací exactamente en el momento justo, un tiempo donde puedo contar con las experiencias de 150 años de alpinismo, puedo escalar con equipo técnico de nuestro tiempo y cuento con muchas posibilidades de entrenamiento. Escalar una línea como la nuestra, hacer lo que hicimos este verano en el Matterhorn pero en una cara de 3000 metros en un pico de siete mil en el Himalaya, eso sería una nueva dimensión en el alpinismo. ¿Es posible tal escalada? Hace ciento cincuenta años, no. Hace cien años, no. Hace veinticinco años, no. ¿Ahora? Absolutamente sí. Estoy feliz de que no haya nacido muy temprano.
Simon Anthamatten es uno de los escaladores europeos más importantes. Sus escaladas sobresalientes incluyen primeros ascensos en la cara norte del Teng Kang Poche y el Pilar Catalán en el Bhagirathi III, una repetición de Freerider, en el Capitán, ganó la Copa Mundial de Escalada en hielo en el 2008 y además tiene el récord de 2:33 horas en redondo al Matterhorn por la arista Hörnli.