La formación de las cavernas puede ser una materia muy complicada y sólo para expertos pero Roberto Rojo tiene una peculiaridad: sabe hacer llegar cualquier tema a todos con facilidad. Y la formación de las cavernas descrita por él es muy sencilla.
Una gota de agua se ha desplazado distancias increíbles. Después de haber pasado cientos de años en el mar azul, viajando hacia el oscuro y helado fondo, en medio de sorprendentes criaturas y enormes peces que se deslizan lentamente eclipsando la luz como astros submarinos y monstruos que el ser humano aún ni siquiera conoce.
Y ahora finalmente está de vuelta en la superficie.
En el terrible calor del medio día. Nuestra gota aventurera, como por arte de magia, comienza a levitar. Se eleva por el cielo, evaporada sublimemente. La altura es desconcertante, hace tanto tiempo que no experimentaba esta sensación que ya no la recordaba.
Se encuentra con otras gotas de cuerpos disgregados y es reclutada en una gran nube que se ha ido formando con miles de millones de gotas más. Como enorme nave nodriza, la nube se dirige hacia tierra firme. A su paso por el continente, la gota se siente extraña, las cosas han cambiado. Lo que antes eran vastas extensiones de bosque ahora es un mosaico de cuadros multicolores; ella no sabe la razón.
La nube se estaciona y descarga su ejército de pequeñas gotas contra el suelo en medio de una batalla con luces y truenos espectaculares. Pero nuestra amiga se encuentra en la parte alta y por esta ocasión allí permanecerá.
La nube prosigue su camino hasta encontrarse con una formidable muralla que constituye lo que conocemos como la Sierra Juárez, en el estado de Oaxaca, y que pertenece a una región a la cual el humano pone-nombres ha dado en llamar México.
La hora ha llegado, la gota comienza a reconstituirse hasta que es lo suficientemente pesada y... ¡cae!
¡¡¡Aaaaaaaahhhhhh!!!!
La vida de Walter (water)Cuidado: el video tiene el sonido demasiado alto.
Ve con horror un paisaje con pocos árboles y muchas rocas blancas que rápidamente se acerca y se hace más grande. El viaje llega a su fin estrepitosamente cuando nuestra gota se estrella violentamente contra el suelo... Silencio.
La nube se aleja con su rumor característico y los cuerpos despedazados de las demás gotas yacen en el terreno, inertes.
Ella no sabe que se encuentra en el llano Cheve a 2,700 metros sobre el nivel del sitio donde comenzó esta parte de su viaje, que aquí caen 1000 ml de lluvia al año y que a nueve kilómetros hay un pueblo llamado Concepción Pápalo.
La gravedad llama con su voz eterna y unas gotas comienzan a filtrarse por entre la hojarasca, mientras otras se reúnen y forman diminutos arroyos que se van uniendo en corrientes más grandes hasta que encuentran su camino natural y penetran por la gran boca de la cueva que está allí. Mide seis metros de alto y 30 de ancho.
Al recorrer el lugar se van encontrando en una enorme cámara de 70 metros de ancho por 30 de alto y 200 m de largo, con huesos humanos, canastas, antorchas, restos de animales y artículos ceremoniales de hace más de 700 años.
Nuestra gota lentamente desciende. Ya está saturada de bióxido de carbono (CO2) proveniente de la atmósfera y ha caído en un paisaje kárstico o karst, esta palabra es un término que se ha aplicado para definir características morfológicas de sitios similares a éste y que originalmente se describieron en un lugar del mismo nombre situado entre Eslovenia y Croacia.
El karst está siempre constituido por rocas calizas, rocas sedimentarias que se han formado por la acumulación de carbonato de calcio (CaCO3) de muy variado origen, ya que pueden contener restos de animales y plantas que murieron hace mucho, mucho tiempo, entre los que dominan los fósiles de corales y moluscos. En este caso la roca del llano Cheve se formó cuando los grandes dinosaurios estremecían la Tierra con sus pasos.
La gota tiene un poder muy grande pese a su diminuto tamaño y va disolviendo pequeñas cantidades de carbonato de calcio que está en la roca caliza y que únicamente es soluble cuando el agua, como nuestra gota, tiene bióxido de carbono (CO2). Los compuestos reaccionan y se forma uno más, llamado bicarbonato de calcio Ca(HCO3)2. Ahora nuestra amiga está llena de este último y poco a poco desciende hacia la oscuridad.Después de algún tiempo que estuvo apretujada escurriendo por diminutas grietas, llega a un enorme salón y alegre resbala por una estalactita.
Gota en la punta de una estalactita
Al llegar a la punta de esta, ocurre otra maravillosa reacción y durante unos instantes se produce una pequeña evaporación, haciendo que se pierda bióxido de carbono (CO2) gaseoso y dejando un poco de carbonato de calcio (CaCO3) en una forma llamada calcita, pegado a la roca. Nuestra gota de nuevo, tiene su composición original, pero ahora ella ha ayudado a construir una estalactita.
Cae del techo en una gran sala llamada "cuarto de las canastas" y se encuentra con un enorme cauce en donde van las otras gotas que entraron por la boca de la cueva. Aquí aún hay un poco de luz. Y algunos murciélagos revolotean por el techo.
Nuestra gota ahora ayuda a dar forma a la cueva: en el cauce del que forma parte, se arrastran rocas y su acción mecánica va desgastando la roca por donde pasa. Así ensanchan la caverna. El caudal avanza en un frenético viaje a velocidades increíbles a veces cayendo en cascadas y otras deslizándose por la roca, penetrando en ella y saliendo de nuevo.
En algunos lugares tranquilos se encuentran con pequeños peces blancos y ciegos porque han sufrido adaptaciones a la vida en la oscuridad. Ranas, arañas y alacranes sin ojos se acercan algunas veces.
Estalactitas
La corriente pasa por lugares llamados “Escalera de Gigante” y “Escalera del Salmón” hasta llegar a una zona más horizontal 1,010 metros de profundidad; luego, en el “Salón de los Gigantes Incansables”, de hermosas pozas verdes y paredes de color negro con anaranjado; después, “Cascadas de pesadilla” y “Sueños húmedos" hasta donde deja finalmente los espacios amplios y de nuevo se interna en sitios estrechos expresando una ruidosa claustrofobia.
Nueve días más tarde, nuestra gota verá de nuevo la luz, cuando el caudal resurja en el nacimiento del frío río Santa Ana. Durante este tiempo, repara sobre las maravillosas formaciones de roca que había en la cueva, sobre los increíbles seres y sobre la experiencia única por la que acaba de pasar.
La gota ha recorrido más de 2,500 metros desde que ingresó a la tierra, en uno de los sistemas hidrológicos más profundos del mundo. Recorrerá algunos kilómetros más por los ríos hasta llegar de nuevo al mar donde comenzará de nuevo su ciclo milenario.