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Montañismo y Exploración
Exploración Espeleo Río Grande 2009
15 mayo 2009

Surgió como tema en un foro argentino de espeleología, pero fue tomando cuerpo hasta que a principios de abril varios integrantes de grupos espeleológicos argentinos formaron por primera vez una exploración a una zona de afloramiento de yeso, donde hicieron algunos descubrimientos.







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Del 9 al 12 de abril, tres grupos espeleológicos argentinos se unieron para realizar una exploración subterránea en la Zona de Río Grande. El área adonde se dirigieron está a unos 90 km al suroeste de la Ciudad de Malargüe, al sur de la Provincia de Mendoza, Argentina. Ahí se encuentra el Río Grande, donde hay afloramientos de yesos de la era Jurásica que pertenecen a la formación geológica Auquilco, formación de yesos que en algunos sitios alcanzan los cien metros de espesor.

Interior de la Caverna Ángel, con su arroyo
Fotos: Gabriel Redonte
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Como por la zona pasan arroyos de deshielo, el potencial de formación de cavernas es alto, así que el Grupo Espeleológico Argentino (GEA), el Grupo Espeleológico Mendoza Argentina (GEMA) y el Grupo Espeleológico Centro de Montaña Tandil (CMT), se dirigieron a la zona para hacer exploraciones en busca de cuevas en esa capa de yesos.

El potencial de la zona fue comentado en el foro EspeleoAR, en donde comenzaron a tomar forma algunas ideas para un proyecto innovador: explorar entre varios grupos zonas inexploradas de la Cordillera de Los Andes, compartiendo logística y recursos humanos. Así, el GEA, el GEMA y el CMT, junto con espeleólogos independientes de Malargüe y un miembro del Grupo Azul Espeleológico y de Montañismo de Neuquén, organizaron conjuntamente la primera expedición de reconocimiento a la zona.

Interior de la Caverna Ángel, con su arroyo

Participaron en total 20 espeleólogos provenientes de seis ciudades argentinas: Malargüe, San Rafael, Mendoza, Neuguén, Tandil y Buenos Aires. A este ya numeroso grupo, se unió posteriormente el señor Vázquez, puestero dedicado a la cría del ganado que vive cerca al sitio y que se ofreció para acompañarlos.

Establecieron su campamento en un arroyo afluente al Río Grande e iniciaron las tareas de exploración en la zona que denominaron “Yesera 1”, uno de los objetivos. Hicieron un recorrido amplio y un grupo dio aviso de que un arroyo surgía del macizo del yeso. Era una cavidad formada en yeso que es atravesada por un arroyo subterráneo y a la cual se puede ingresar. A pedido del puestero, recibió el nombre de Caverna ángel en honor a su padre fallecido.

A la entrada sigue una sala elongada con bloques caídos del techo y se puede escuchar el arroyo. Continúa por una galería por momentos muy estrecha, posiblemente una antigua galería o nivel por donde corría el arroyo. Al final, hay un ducto lateral y luego hay que bajar al nivel del arroyo hasta un sifón. Las temperaturas de la cueva y del río (es de deshielo) son bajas. El recorrido suma aproximadamente 120 metros.

Galería principal de la Caverna Ángel

Otro equipo, acompañado por el baqueano, recorrió la Yesera 1 y cubrieron 150 hectáreas de superficie donde encontraron una cavidad de menor tamaño que la anterior y con acceso muy difícil. Esta se llamó Caverna Mercedes. Sí: la madre fallecida del puestero.

Como no pudieron conseguir el permiso del propietario de la zona, el grupo entero se desplazó varios kilómetros hacia el sureste, a los afloramientos de yeso de Poti Malal. El grupo más numeroso visitó el área explorada y mapeada varios años atrás por el Mendip Caving Group de Inglaterra junto a Rubén Cepeda, principalmente las cercanías de la caverna San Agustín, que posee tres lagos subterráneos y las salas de mayor volumen en yeso conocidas en Argentina.

Galería principal de la Caverna Ángel

Un equipo más reducido exploró las yeseras del oriente del arroyo de Las Vacas. Hacia el final de la jornada encontraron a media ladera de uno de los cerros, una dolina de hundimiento de unos ocho metros de diámetro. En su fondo estaba la boca de entrada de una cavidad.

Desde la misma entrada observaron lo que parecía una bóveda. Jorge Castro fue el primero en descender a lo que aparece como una nueva cavidad de importancia, por su cercanía al valle de Poti Malal y la caverna San Agustín. Sólo pudo descender cuarenta metros, que era la longitud de la cuerda usada. Algunos metros por debajo, se escuchaba el murmullo de un curso de agua.

Esta cueva recibió el nombre de Primera Junta, para referirse al encuentro de varios grupos espeleológicos argentinos unidos para compartir trabajos y un modelo de espeleología donde prevalezca el respeto mutuo y la camaradería.

Por la noche, los espeleólogos participantes celebraron junto al fogón una reunión plenaria para ratificar la decisión de constituir una nueva federación que sea una verdadera Unión de los Espeleólogos Argentinos.

Jorge Castro ingresando a la cueva Primera Junta

Participantes

Rubén D. Cepeda (Espeleólogo independiente, Malargüe)
Norberto Gabriele (CMT)
Miguel Lavayén (CMT)
Juan Mendy (CMT)
Guillermo Mendy (CMT)
Dino Mendy (CMT)
Gabriel Redonte (GEA)
Esteban Maurino (GEA)
Diana Paparás (GEA)
Martín Rodríguez (GEA)
Aldo Filipponi (GEA)
Sofía Filipponi (GEA)
Jorge Castro (GEMA)
Sergio La Rosa (GEMA)
Nicolás Zerbos (GEMA)
Marcos Castro (GEMA)
Gabriela Lanfranconi (GEMA)
Andrea Quiroga (GEMA)
Lucas La Rosa (GEMA)
Mercedes Trebino (GAEMN)

El puestero: el señor Vázquez



 



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