Mucho se ha escrito sobre los montañistas occidentales pero es menos conocido lo que pasa en el este; los rusos, los kazajos, los coreanos o los taiwaneses. Quizá sea la barrera del idioma, la política, la ignorancia, una arrogancia abierta o todo ello junto. Con Internet y las fronteras desapareciendo como se conocían, todo esto está cambiando y personas como Lena Laletina de RussianClimb.com son clave en el proceso. Una biofísica y colaboradora con ExplorersWeb desde hace mucho tiempo, en esta entrevista única Lena desvela lo que es el montañismo ruso en la escalada, política, medios y premios.
ExWeb: ¿Cuándo y por qué comenzaste RussianClimb.com?
Lena: Fui de trekking al campamento base del Everest en el 2001 y encontré a escaladores como el Equipo Nacional Ruso (Expedición al Lhotse Medio) dirigido por Victor Kozlov, Simone Moro, Denis Urubko, Silvio Mondinelli, Edurne Pasaban, Mario Merelli, Ray Yeritsian y muchos otros. Fue una aventura excitante.
Lena Laletina, editora de RussianClimb.com
Escuché historias de los escaladores y miré la situación real en el CB. De regreso en casa comencé a leer en sitios de montañismo por noticias sobre mis amigos —leí ExWeb, PlanetMountain, EverestNews, Desnivel— pero encontré poca y pobre información sobre expediciones rusas.
Rusia tiene una larga e inusual historia en el mundo de la escalada. Las escaladas hechas por Rusia en el Himalaya son el resultado de esta cultura y pensé que podrían ser interesantes a la comunidad mundial de escaladores. Lancé primero la versión en inglés y seis meses después le siguió la versión en ruso.
ExWeb: ¿Tú eres montañista?
Lena: Comencé a escalar en 1977 y lo suspendí en 1989 con la llegada de la Perestroika a la URSS. Yo y muchos de mis amigos fuimos forzados a suspender la escalada por casi una década, todos nuestros clubes de escalada fueron cerrados y nuestro sistema de montañismo completo se quebró.
La nueva realidad trajo consigo un número de dificultades, y no sólo lfinancieras. Años después regresé a las montañas; haciendo un trekking y organizando la Carrera anual en el Elbrus con Nickolay Shustrov, un viejo amigo con quien solía escalar en el mismo club. Este septiembre realizaremos la quinta carrera internacional Elbrus.
ExWeb: ¿Cómo cambió el montañismo ruso desde los tiempos soviéticos?
Lena: La URSS tenía un sistema de montañismo apoyado por el estado único en el mundo. Era una estructura centralizada consistente en clubes dirigidos por la Federación de Montañismo Rusa.
Los clubes de montañismo se formaban en cualquier lugar; en grandes ciudades y áreas rurales, en universidades y en fábricas. Los miembros podían entrenar gratis con entrenadores experimentados. La escalada se desarrolló hacia un deporte militarizado con alta calidad y educación parecida a la armada: campos de entrenamiento con disciplina severa, reglas estrictas y jerarquías…
La Cumbre del Kan Tengri, una de las cimas del programa del Leopardo de las nieves.
Fotos: cortesía de SummitPost.
Haz click en las imágenes para agrandarlas.
Los instructores eran educados en una escuela especial, con exámenes obligatorios en rescate de montaña. Más de 40 campamentos fijos de montañismo fueron establecidos en diferentes regiones montañosas.
El sistema estaba basado en el significativo apoyo financiero de los sindicatos. Estudiantes, trabajadores o científicos jóvenes podrían entrenar en los clubes alpinos locales, tomar cursos de montañismo e incluso unirse a campamentos de montañismo por 20-30 días al año sin cargo o a un costo muy bajo. También totalmente patrocinados por los sindicatos, los atletas de alta experiencia podían ir en expediciones y competencias.
El sistema era totalitario, por supuesto, pero el apoyo económico y la educación apropiadamente estructurada permitían a un montón de gente llegar a ser altamente hábiles y hacer al alpinismo muy popular en la URSS.
El ángulo deportivo era la llave con muchas competencias de alto nivel entre las universidades; las ciudades, en cada república, hasta los Campeonatos de la Federación Rusa y los de la URSS.
Rusia tenía escaladores muy fuertes y excelentes en grandes cantidades, todos con grandes habilidades… pero sin poder ir a ningún lugar. La “Cortina de Hierro” evitaba que los escaladores viajaran y así las cumbres más altas disponibles eran el Pico Comunismo (7,495 metros). Debido a esto, más de 500 escaladores completaron el programa del Leopardo de las Nieves, escalando los cinco picos más altos de la URSS. El estándar técnico se elevaba considerablemente cada año porque ganar los campeonatos demandaban rutas más y más difíciles cada año.
La primera expedición soviética al Himalaya fue organizada en 1982 con el Everest como objetivo, con una competencia reñida entre excelentes escaladores de gran altitud para reunir un pequeño grupo.
La nueva ruta en la cara SW del Everest fue la primera expedición soviética al Himalaya.
Todas las grandes escaladas rusas desde entonces, tales como la cara norte del Jannu, la cara norte del Everest y la cara oeste del K2, fueron el resultado de atletas que se nutrieron en este viejo sistema soviético.
Ahora los tiempos han cambiado. Nuestros jóvenes montañistas no tienen que probarse más a sí mismos en competencias para ir al Himalaya o cualquier parte del mundo. El incentivo que empujaba a mejorar sus habilidades desapareció y el número de montañistas en Rusia ha disminuido grandemente desde el periodo soviético.
Hay apenas 9,000 escaladores en Rusia hoy, comparados con los 700,000 en Alemania, por ejemplo, y la mayoría de ellos no perciben al montañismo como un deporte. Estos escaladores actuales pueden elegir entre jugar las reglas de la Federación de Montañismo de Rusia o escalar independientemente y organizar sus propios proyectos. Así que creo que nos dirigimos a un modelo europeo, con una multitud de escaladores pero pocos exploradores reales.
El hecho es que hay ya interesantes áreas en el Pamir, por ejemplo, donde nadie ha estado desde el principio de los 90s. Las rutas ahí son más interesantes que la mayoría de las rutas populares en el Cáucaso o los Alpes, con grandes oportunidades para abrir nuevas líneas pero nadie va. Estos días, la mayoría prefiere vivir con recetas familiares.