follow me
Montañismo y Exploración
Controversias de escalada
18 abril 2009

En el montañismo se cree que uno de los pilares fundamentales de la actividad es la verdad. Jugar limpio, pues. Podría haber excepciones, pero no mentirían las grandes figuras del montañismo. Peter Gillman nos muestra que esto no es del todo cierto y donde enfrenta su pasión por las montañas y su carrera periodística.







  • SumoMe

No mucho después otro episodio que duraría mucho tiempo se movía a un desenlace. Primero escribí sobre la muerte de Günther Messner en 1970, junto con los alegatos de su hermano Reinhold sobre la incompetencia del líder de la expedición, el controvertido Karl Maria Herrligkoffer. Treinta años después, la historia se encendió de nuevo, cuando Reinhold Messner montó un furioso ataque a sus ex-compañeros de expedición en un libro publicado en Munich. En un acto de respuesta, sus ex-compañeros sacaron a relucir sus largamente nutridas dudas sobre la versión de Messner de los acontecimientos. Las acusaciones contra Messner eran extraordinarias: la peor de ellas era que había puesto a su hermano en riesgo por su propia ambición, había enviado a su hermano que bajara de regreso solo y que entonces había fabricado una maraña de mentiras para cubrir todo esto. Si era verdad, ciertamente representaría un escándalo en cualquier sentido de la palabra.

Equipado con una comisión del Sunday Times Magazine, viajé a Alemania, asistido por Jochen Hemmleb, para entrevistar a los acusadores de Messner. Había tantas inconsistencias en sus alegatos tanto como en el rango de acontecimientos había avanzado Messner en los años anteriores. Aquí sentí que estaba en un terreno inestable. ¿Quién era yo para dudar de las decisiones hechas in extremis por un montañista tan talentoso? Y era casi imposible reconciliar las versiones en conflicto de un grupo de individuos tenaces que relataban los eventos y decisiones por encima de los 8,000 metros y posiblemente distorsionados por le emoción y el paso del tiempo.

Sin embargo, el artículo se centró en los alegatos y sondeó el rango de explicaciones. Entonces llegó el tiempo de hablar con Messner. Aquellos días, había una obligación tanto legal como moral poner alegatos a la persona bajo ataque. Bajo lo que es conocido como los principios de Reynolds, que han llegado a ser cada vez más importantes en el moldeo de las leyes, los periodistas tienen que dar a la persona acusada una amplia oportunidad para responder a estos alegatos y deben grabar y reportar sus respuestas justa y exactamente.

Alcancé a Messner por teléfono en el Parlamento Europeo (era entonces un MEP Verde). Fue una conversación de prueba pues el enojado Messner sentía que las acusaciones de sus colegas estaban vagamente fundadas.

Tuve que dar a los abogados del Sunday Times una transcripción de la conversación de 40 minutos, pero concluyeron que yo había jugado honestamente con Messner. El artículo subsecuente fue prácticamente a su favor, aunque también traté de resaltar la cólera explosiva que se apoderó de Messner más de 30 años después de que su hermano muriera. Al final, Messner calló a la mayoría de sus críticos cuando encontró un hueso cuyo DNA probó ser de su hermano, que definitivamente deshizo los alegatos más salvajes contra él y que eran más consistentes con su narración de eventos.

Bota de Günther Messner. Las botas eran de la misma marca y modelo en todos los expedicionarios de la cara del Rupal de 1970.

No hubo escándalo aquí, ni tampoco engaño, pero ciertamente fue una controversia que atrajo la atención del público debido a la naturaleza de las acusaciones que tenían que ser probadas y por la propia celebridad de Messner.

Hice una observación casi al principio de este artículo de que el periodismo era un proceso accidental. Tanto como los escándalos y engaños sobre los que he escrito, hay otras historias potenciales que no persigo. Involucran alegatos de avaricia, egoísmo y deshonestidad. Algunas veces tengo demasiado para ocuparme. Algunas veces me embarco en mi propia investigación pero concluyo renuentemente que los alegatos serían simplemente demasiado difíciles de probar.

Hay una controversia que aún acaricio, por toda clase de razones: la historia de la huella del Yeti, de la que escribí en varias ocasiones. Suponiendo que Eric Shipton no falseara la huella, como ha sido discutido [y negado vigorosamente*], ¿sería eso un escándalo? No en el fondo. Sería más un engaño, pero si es tal, un mejor engaño como no ha habido otro: diversión dañina, entretenida, inofensiva y muy escarpada.

Fotografía de la huella del Yeti tomada durante la expedición de reconocimiento al Everest dirigida por Eric Shipton

 

*Nota del Editor: ver Michel Ward. Everest, a Thousand Years of Exploration. The Ernest Press, Glasgow. 2003. 350 páginas. ISBN: 0944815371. Páginas 201-202.

Peter Gillman. “Climbing controversies”. Alpine Journal, 2007. p. 131-136. Traducido y publicado en Montañismo y Exploración con autorización del autor y del editor del Alpine Journal. Traducción: Carlos Rangel Plasencia.

Páginas: 1 2 3 4



 



Suscríbete al Boletín

Google + Facebook Twitter RSS

 

Montañismo y Exploración © 1998-2024. Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con SIPER
Diseño por DaSoluciones.com©