Las señales son cada vez más evidentes e incluso los documentales y películas dan muestra de ello, pero la gran mayoría de las personas no se percatan de lo que le sucede al planeta. En los Alpes, los Andes y el Himalaya, los glaciares van en retroceso. En el Ártico, la ausencia de hielo está matando a los osos polares y no deja terminar a los exploradores sus recorridos. En la Antártida, los glaciares también disminuyen aceleradamente por muchos kilómetros cuadrados.

Los científicos consideran que un límite seguro para el planeta en CO2 es 350 partes por millón pero actualmente la cifra es de 387. Por eso consideran que la humanidad toda debería dirigirse a ese objetivo. Esa es la esencia del movimiento 350: que todos se involucren en una serie de acciones que se dirijan hacia ese objetivo.

El movimiento 350 se organizó en todo el mundo y el día 24 de octubre se realizaron acciones por todo el mundo en pro de esa meta: reforestaciones, encuentros, conferencias, música… y en México el Grupo Escala subió a la pared del Cañón del Sumidero y colgaron el “350”, logotipo del movimiento, a 350 metros sobre el nivel del río.

Alejandro Gómez, Carlos Macotela, Antonio Flores, Carlos Gordillo y Oscar Torres estuvieron en la pared del cañón desde el jueves 22 de octubre para hacer la escalada de “Los Hombres del Pañuelo Rojo” y poder desplegar su símbolo el sábado 24, aproximadamente a la mita de la ruta. El objetivo es que el número “350” se viera desde el mirador turístico que está frente a la pared, donde estaba gente del Grupo Escala, explicando qué significaba ese número pegado en esa pared.

La manta desplegada fue hecha de materiales no tóxicos: algodón en lugar de plástico, pinturas solubles en agua y fibras vegetales como amarre a la pared.

Esperemos que dé resultado.