El origen

A Jesús Montesa, mejor conocido como Chesus, se le metió la idea de explorar los cañones de la sierra de Durango. El 10 de junio hizo un sondeo entre la gente que practicamos cañonismo para ver qué tanta respuesta tendría una exploración así. La respuesta fue positiva y el 18 de julio emitió la invitación para la exploración en la sierra de Durango: del 1 al 8 de noviembre se reuniría a un grupo grande (30 a 50 personas) con un máximo de nueve lugares por país. El plan era explorar lo más posible en un estado de México donde sólo había dos cañones explorados hasta entonces.

La Sierra Madre de Durango.
Fotos cortesía de Jesús Montesa
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El organizador del evento fue la ICAN (International Canyoneering Asociation & Network), una organización mundial dedicada al descenso de cañones que consiguió el apoyo de la Secretaría de Turismo del Estado de Durango y la Secretaría de Turismo del Municipio de Durango, que proporcionó transporte de la ciudad de Durango a la sierra y dentro de ella, alojamiento y comida. También participaron rapelando.com y Petzl.

Cuando llegamos, Chesus ya había sobrevolado los cañones en un helicóptero obteniendo algunas fotos y marcando posibles cañones a descender.

Gente

Asistimos de varias partes del mundo. Hubo quienes al final nunca llegaron y otros que no pudieron por falta de dinero o salud. Lo lamentable fue que por uno de esos problemas administrativos con su boleto de avión, el veterano cañonista italiano Romano Perotto no pudo llegar. Pese a su avanzada edad, Romano sigue haciendo este deporte con un espíritu muy joven y hubiéramos aprendido mucho de él, sin duda.

Tuve la oportunidad de convivir mucho con los cañonistas de España: Javito, Elia, Jorge, Fernando, Rebeca y Félix, todos sin miedo a explorar deportiva o antropológicamente, todos con un nivel deportivo muy elevado porque han practicado mucho montañismo, en su mayoría espeleología y cañonismo. Son capaces de moverse en cualquier terreno con y sin instrumentos de orientación, lo que les da mucha autonomía y pueden ayudar si surge alguna dificultad, como varias veces hizo Elia.

Ellos superaron con creces lo que se pedía, por ejemplo: los datos que obligatoriamente se tenían que dar de cada uno de los cañones eran el número de rapeles y su altura, coordenadas de inicio y retorno (a través del GPS) y otros datos que se consideraran importantes. Este grupo de expertos hicieron la topografía del cañón al que se metían al mismo tiempo que la exploración. Sin duda, tienen una formación seria.

Jorge es uno de los que más experiencia tiene en el montañismo porque tiene su propia empresa de ecoturismo, títulos de guía de montaña y de cañones. Félix era quien más se relacionaba con la gente y con quien más conviví. Decía que los cañones eran muy “guapos” pero que la convivencia y la experiencia que tuvo con la gente y con México en general fue lo que más le gustó.

De Brasil conocí a Renata, una mujer con un espíritu aventurero. Su entusiasmo le llevó a ser corresponsal de ESPN Brasil y tiene, además, su propio programa en esa cadena. Renata tiene una fuerza y una paciencia muy grandes, la que hizo que se ganara un aplauso por todos nosotros cuando salió del cañón Arroyo Grande sin un zapato.