Ueli Steck saltó a la fama mundial el año pasado, cuando estableció un récord de velocidad en el Eiger: tres horas y 45 minutos (3:45). Ese mismo récord lo rompió casi un año después y lo bajó dos horas, cuarenta y siete minutos y treinta y tres segundos (2:47:33), para lo que había bajado cinco kilos de peso y optimizado el peso de su equipo al máximo. El año pasado, fue a escalar la cara sur del Annapurna en solitario pero un accidente le hizo regresar.
Este año, además de romper el récord de velocidad en el Eiger, se dirigió nuevamente al Himalaya y escaló, junto con Simon Anthamatten, realizó el primer ascenso a la cara norte del Teng Kang Poche por una ruta a la que pusieron por nombre Checkmate. La ruta fue ascendida en puro estilo alpino, tal como suelen hacer Ueli y Simon.
Después de este ascenso, la pareja se dirigió a la cara sur del Annapurna, donde tenían pensado ascender, pero cuando supieron que Iñaki Ochoa tenía problemas, abandonaron todos sus planes y formaron el primer equipo de rescate. Ueli Steck fue el único que llegó al campo 4, a 7,400 metros de altitud, con medicinas necesarias para salvar a Iñaki, pero éste murió junto a él al día siguiente.
Esto es sólo un fragmento de la historia de montañista que tiene Ueli Steck a sus espaldas y por la cual se convirtió el pasado día 30 de mayo, se convirtió en el primer hombre en recibir el Premio Eiger, que se instauró este año para honrar a aquellos que “llevan el valor y la fascinación de las montañas al público general por su excepcional desarrollo alpinístico”. Ueli Steck recibió el premio acompañado por diez mil francos suizos.
El premio Eiger intenta también rescatar la historia de una de las montañas más notables en la historia del montañismo mundial, pues este año se celebra el Eiger-Jubiläumsjahr, es decir: un año especial en el que se conmemorarán una serie de aniversarios que van desde 1828 hasta 1998 y que indican 180, 150, 120, 110,70, 40, 30 y 10 años en la historia de la zona. Y este año se celebra, precisamente, el aniversario 70 de la primera ascensión a la pared norte por Heinrich Harrer, Anderl Heckmair, Fritz Kasparek y Wiggerl Vörg.
Este es el segundo reconocimiento que recibe Ueli Steck este año y uno se pregunta si los recién inaugurados Premios St. Vincent, que reconocen una categoría para “actividades y/o alpinistas cuya ética haya sido relevante en el montañismo”, pudiera otorgar uno a él y a los demás participantes de los grupos de rescate en el Annapurna.
