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Montañismo y Exploración
Fedor Konyukhov circunnavega solo la Antártida
14 mayo 2008

Un explorador como en los viejos tiempo que ya ha subido a las Siete cumbres y cruzado el Atlántico varias veces, el ruso Fedor Konyukhov se propuso ser el primer hombre en circunnavegar en solitario la Antártida. Partió de Australia y 102 días después, había regresado.







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No tengo planeado regresar en un futuro cercano. Pero el Océano Austral tiene las condiciones más espectaculares para la navegación en todo el mundo.

Esquió sin apoyo hasta el Polo Sur y con apoyo externo al Polo Norte, cruzó doce veces el Océano Atlántico, una de ellas en un bote de remos, escaló el Everest y las Siete Cimas, hizo cuatro circunnavegaciones en un velero y anduvo en el Camino de la Seda sobre un camello. Ahora, consumado lobo de mar que se ha curtido en los mares más bravos y muchas veces en solitario, además de haber hecho varias exploraciones en diferentes partes del mundo, se ha convertido en el primer hombre en dar la vuelta al mundo muy cercano a la Antártida.

La vuelta alrededor de la Antártida. El cruce por el Cabo de Hornos es uno de los más difíciles de navegar en el mundo.

El reto era sencillo de ver pero no de abordar: el Océano Antártico rodea la Antártida y hasta los 60 grados de latitud sur. Es uno de los más violentos del mundo porque conforme la Tierra gira de oeste a este, el mar lo hace en sentido inverso, pero sin que nada lo detenga. Esa es la razón por la que las corrientes marinas en esas latitudes sean tan poderosas. Además de las tormentas y las corrientes marinas y de viento que son poderosas, está el riesgo de choque con icebergs o con ballenas.

Fedor Konyukhov lo tomó para sí y partió de Albany, Australia, el 26 de enero a bordo del Alye Parusa, un velero de 85 pies en donde había vivido ya seis meses, es decir: su casa. Finalmente, tras superar todas las dificultades que el mismo viaje le imponía, Fedor llegó a su punto de partida el 7 de mayo, con lo que el tiempo de su circunnavegación se estableció en 102 días, 00 horas, 56 minutos y 50 segundos para las 16,400 millas que había navegado.

Fedor a bordo del Alye Parusa.

Fedor es un personaje extraordinario que no se conforma con probar un medio. Cambiar de ambiente es lo importante pero además es un explorador de la vieja escuela, poniéndose retos a sí mismo que no se han realizado antes. Por si fuera poco, es un hombre espiritual que busca una explicación al sentido de la vida a través de sus viajes. Quizá a él se refiera el dicho: “La religión es para la gente que cree en el infierno, la espiritualidad es para la gente que ya ha estado ahí”.

Además de eso, hace pinturas de sus dibujos y su página web es una muestra de lo que puede hacer, además de las dos mil autolitografías, litografías, esquemas y fotografías, la mayoría de sus expediciones. Algunos de sus trabajos pueden conseguirse a través de su Website.

El Mar Antártico.

“Hemos navegado 30 mil millas juntos y ahora le tengo un gran respeto. Pero ahora estoy pensando en un grueso filete, una ducha, sábanas limpias y 12 horas de sueño ininterrumpido. Suena muy básico pero eso es exactamente lo que necesito”, dijo después de ser recibido en el puerto. Fedor tiene 56 años y aunque no planea volver pronto, su energía se dirigirá con seguridad a otro lado.

Fedor recibiendo la Copa Antártica, al terminar su viaje.

La Copa Antártica

Fedor en el Elbrus

Fedor en el Everest

Portada del Website de Ferdor Konyukhov



 



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