Es una niña de once años, “casi doce”, porque los cumple el 22 de mayo. Comenzó a escalar a los cuatro años de edad en las peñas cercanas a Salazar, en el Estado de México, durante un curso de escalada donde participaba su mamá. Ahora es la campeona nacional de escalada de competencia de su categoría durante tres años consecutivos (2004, 2005 y 2006). Además, el año pasado obtuvo el noveno lugar en el Campeonato Norteamericano, en Denver, Colorado. Noveno lugar compartido con otras cuatro competidoras más que lograron la misma puntuación.
Inició en las competencias de escalada en el 2002, después de varios años de ser escaladora de pared. Entonces quedó en cuarto lugar. Para ella, las competencias son más bien otra expresión del deporte que le gusta desde siempre gracias a su madre. Su madre. “¿Te regaña o te ayuda?” “De todo, ¿eh? Es una mamá como todas”. Y suelta la risa.
¿Por qué ha ganado tantas veces? “Gano porque escalo siempre. No entreno para ir a competir sino porque en una pared vi una ruta que me gusta y quiero escalar. Y ahora tiene a un entrenador: Alan López Luna, quien tiene varios años como escalador y entrenador de niños. Alan fue alumno de David Macià durante el Curso de Planificación del Entrenamiento en Escalada Deportiva, en el 2004.
El día de Claudia es ir a la escuela, hacer la tarea y, si es martes o jueves, escalar de cinco de la tarde “hasta que nos corren del escalódromo” (las 10 de la noche). El martes, bulder. El jueves, resistencia. “Si tengo mucha mucha tarea, entonces es hasta las ocho de la noche”. Y el fin de semana, a escalar en roca, que la resina no es lo suyo precisamente.
Inquieta y bastante muy ágil en sus respuestas, da la impresión de no estar hablando con un niño, sino con toda una deportista. Lo es. Para seguir con su deporte, ha renunciado a la televisión (aunque tiene unos pocos programas favoritos y juega videojuegos) y conoce más a través de sus compañeros del escalódromo, ve videos en Internet y los estudia.