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Montañismo y Exploración
Una Confraternidad y cómo no sufrirla
15 febrero 2007

El montañismo no se reduce a sólo el de los grandes logros, sino que tiene una base mucho más amplia. Una vez al año, mucha gente se reune para participar en una de las confraternidades que hay en México, como en otros países. Estas son observaciones tomadas en una de ellas, en el Nevado de Colima, en Jalisco. Su intención es ayudar a que los participantes gocen y no sufran esa actividad.







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7. Bebe agua y tu rendimiento mejorará

Un adulto necesita aproximadamente dos litros de agua por día para vivir. Una persona de más de 50 años, necesitará menos pero los niños consumen mucha más. En una actividad donde se realiza esfuerzo, el cuerpo necesita agua. Y si es en una caminata larga, el cuerpo pedirá mucha más agua de la que piensas que sea posible beber en un solo día.


Si no bebes, tu rendimiento bajará. Comenzarás a sentir sed, pero no a la misma intensidad que la sientes cotidianamente en donde vives. Tu capacidad de pensar bajará y la coordinación de tus movimientos será más lenta. ¿Tienes mucho tiempo caminando? Esa telaraña que sientes en la boca es falta de agua.


Pero cuidado: debes beber también electrolitos o comenzarás a sufrir calambres. Los electrolitos son sales y minerales que el cuerpo usa para funcionar. Si has sudado mucho, podrás ver que tu frente o en tu ropa se han quedado algo blancas: es la sal que estás sudando. Si no la reemplazas, el cuerpo no rendirá lo mismo. Una forma fácil de solucionar esto es la comida: no comas atún o carne porque te pedirá agua. La gente que vive en el desierto dice que comer pescado causa “sequedad”.


Se recomienda que bebas continuamente un sorbo. Beber agua cada 15 minutos mantendrá al cuerpo bastante hidratado.




8. Edades

Niños con sed, tanta que cuando alguien les ofreció agua y se la bebieron sin detenerse a respirar. Con mochilas que superaban su resistencia: incómodas, mal acomodadas, pesadas y ellos con mucho cansancio, hambre y sed. O doña Licha que, con 76 años, iba siempre de retaguardia y cuando llegó al campamento dijo que estaba seca mientras se le veía la ropa empapada. Y además, llevaba comida para dar a mucha gente.


Aunque los niños tienen mucha energía, la gastan pronto. Aunque parecen hechos de goma, son muy susceptibles a daños físicos. Sus huesos están en crecimiento y cargar un peso grande por mucho tiempo es dañino para su crecimiento. Un adulto Tiene menos energía pero la sabe administrar. La diferencia se nota al final del día.





Nevado de Colima, en el estado de Jalisco




FINAL


Sí, es cierto que no me gusta andar con mucha gente, pero lo que aprendí de tajo fue que el montañismo de las confraternidades existe y que hay que ponerle más atención para que los participantes no sufran ni la montaña sea un depósito de desechos que se dejan ahí una vez al año. Hay mucho qué hacer y no sólo a nivel de alto rendimiento, sino de aquellos que van a la montaña: habrá que minimizar ese no poder caminar porque se tiene una rodilla lastimada o porque se lleva una mochila incómoda.


Es por ellos que he escrito estas pequeñas reflexiones. Y que sepan que al menos en la Confraternidad de Occidente, organizada y dirigida por la Asociación de Montañismo del estado de Jalisco, están en buenas manos.





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