Cuando todas cumbres fueron holladas, y mucho antes aún, el hombre ya buscaba la forma de llegar a ellas por un camino más difícil. Los caminos se multiplicaron y poco a poco los nuevos retos emigraron hacia las montañas más lejanas, las más inaccesibles, difíciles y complicadas. Sí, aún hay cumbres que no ha pisado el hombre, pero la ideología actual hace que el mejor montañista sea el que encuentra retos en aquello que se supone que ya se ha hecho.

Y Patagonia no es la excepción. Ahí, entre los picos hollados, Thomas Huber y Andi Schnarf escalaron en el 2005 por una ruta que unía a tres picos: el Cerro Standhardt, el Cerro Punta Herrón y la más famosa Torre Egger.

Alessandro Beltrami en la ruta Otra vez de la cara oeste del Cerro Standhardt.

La ruta ya había sido intentada por varios, entre ellos Rolando Garibotti y Ermanno Salvaterra, quienes ese año se dedicaron a escalar El Arca de los Vientos, la disputada ascensión que reveló que Cesare Maestri no había escalado el Cerro Torre y por la cual Garibotti, Salvaterra y Alessandro Beltrami recibieron la nominación para el Piolet de Oro de ese año. En su momento, Garibotti envió una carta en la que los tres escaladores se deslindaban de toda nominación.

Este mes, del 21 al 23, dos cordadas enfrentaron la travesía. La primera estaba compuesta por Rolando Garibotti y Hans Johnstone; la segunda, por Ermanno Salvaterra, Alessandro Beltrami, Mirko Massé y Fabio Salvadei. Ambas cordadas realizaron el segundo y tercer ascenso de la travesía. Pero para Garibotti y Salvaterra, la travesía no termina ahí porque para ser perfecta tiene que encadenar una cuarta montaña: el Cerro Torre, algo que hasta entonces no se ha hecho.

Alessandro, en Otra vez (largo número trece).