La muerte de Humberto Cabrera López a mano de unos asaltantes en la cumbre del Cerro Telapón el 27 de agosto de 2006 nos trajo la prueba contundente de que en el montañismo no sólo hay peligros objetivos y subjetivos. No nos habíamos dado cuenta pero también hay peligro por factores humanos externos. Sí, hemos leído de lo que pasó en el Nangpa La, en el Himalaya y casi no nos asombramos de que haya pasado pues sucedió en aquella región que alguna vez se consideraba como inaccesible y sólo para exploradores expertos.
Pero el asalto a mano armada sucedió a un par de horas caminando de una de las carreteras más transitadas de México. A una hora de la Ciudad de México. En la cumbre, donde no hay nada más que rocas, pasto y la imagen de un cristo impávido.
Mes y medio después, capturaban a los culpables y los ponían tras las rejas. Sin embargo, Montañismo y Exploracion no ha levantado el veto. ¿Por qué? Esa pregunta la han formulado por correo electrónico en varias ocasiones.
Mapa del Estado de México. 1. Nevado de Toluca. 2. Telapón. 3. Iztaccíhuatl. 4. Popocatépetl
Los últimos reportes avisan que el Nevado de Toluca, también en el Estado de México, es un sitio donde proliferan los asaltos a gente que va a rodar en las rutas de bici de montaña. Concretamente, el 4 de enero, el diario El Sol de Toluca, anunciaba que las faldas del volcán eran vigiladas por elementos policíacos porque “una banda de delincuentes ha tomado el bosque de esa zona para asaltar con machete en mano a los que acuden a practicar el ciclismo de montaña”. Machete en mano implica asalto a mano armada.
En el foro Xtremers apareció otra nota:
Hace aproximadamente tres semanas fuimos a rodar al Nevado, bajamos hacia el zoológico de Zacango, y en la pista de saltos (entre los árboles del bosque) nos topamos con una barra de acero a la altura del pecho de cualquiera que vaya rodando… según tengo entendido todavía no crecen las barras de acero en los árboles; aún cuando se supone hay vigilancia (cabe mencionar que en domingo pasado el medio día no vimos ningún vigilante) sigue siendo inseguro. Tengan cuidado.
El Estado de México se ha convertido en una zona de peligro social. Un asalto es una cosa, pero que uno vaya rodando y sea tumbado por una barra de acero puesta ahí a propósito, es diferente sobre todo si aparecen personas armadas para despojar de bicicletas y todas las pertenencias a los ciclistas.
Después que capturaran a los asesinos de Humberto, el Jefe de Policía del municipio de Ixtapaluca, mencionaba que ellos (los asesinos) pertenecían a un grupo bien identificado de quince personas que se dedicaban a ser talamontes. Con el oro verde puesto ahí sólo para ser cosechado, los talamontes habían contratado guardaespaldas. La pregunta es si la serie de asaltos es también provocada por talamontes y si ellos también han contratado guardaespaldas.
Como quiera que sea, el peligro de ir a la montaña ha aumentado y no basta ir en un grupo numeroso. El veto y el semáforo de peligrosidad, tiene una función: avisar del riesgo que se corre por sólo ir ahí. Uno puede sufrir un asalto, una violación ser muerto sólo porque se defiende, un mecanismo que es natural en el ser humano.
El Estado de México es el que rodea a la Ciudad de México por el oriente, norte y poniente. Contiene además las principales montañas: Popocatépetl, Iztaccíhuatl, Nevado de Toluca, cerros Telapón y Tláloc, varias zonas de escalada y muchos kilómetros para los ciclistas.
El caso de Humberto Cabrera ha sido el único hasta ahora pero sería un error, a la luz de las creciente ola de asaltos a mano armada, creer que es la excepción. Fue el primero, no la excepción. Por desgracia.
Esperemos que las federaciones de montañismo, ciclismo y demás grupos se organicen para presentar una queja en conjunto y que se lleve un seguimiento de seguridad a estos hechos no vistos antes.