Después de la apertura de la ruta Los Hombres del Pañuelo Rojo en enero de 2006, tan sólo han habido dos intentos de repetición. El primero un par de meses después de la apertura en semana santa del 2006, por una cordada coconetlera conformada por César Álvarez del Castillo y su compañero Nacho. La segunda por "Las Chicas Superpoderosas" (Arcelia García, Ariadna Torres y Patricia Murrieta) los cuales desistieron por la cantidad de material suelto y los derrumbes que ocasionaba el costal a la hora de subirlo.
Esta vez, Jorge Colín y yo nos dirigimos a la pared con la intención de subirla lo más ligeros posibles para hacer el menor tiempo posible. Como yo tengo mala condición física por el momento, acordamos que Jorge puntearía toda la ruta y yo subiría con ascensores. Al final, llevamos una bandola ligera, algo de comida y agua, además de linternas, manta espacial.
No es la temporada ideal para ascender la pared porque está a punto de empezar la temporada de lluvias y que el calor empieza a ser serio (rondando los 38 grados centígrados y 80% de humedad). Por eso el plan siempre fue llegar hasta la sección de techos y de ahí decidir si nos comprometíamos a salir o abandonábamos entendiendo que una vez entrando a la sección de techos la retirada sería toda una aventura por sí sola.
Jorge Colín y Carlos Macotela en "Los Hombres del Pañuelo Rojo", abril de 2007
Entramos a la pared el domingo 29 de abril temprano. Partimos del embarcadero de Cahuaré a las 6:00 y estábamos en la base de la pared como a las 7:30, a las 8 empezamos a escalar y en cinco horas estábamos a la mitad de la pared (en el largo 8), que es una de las secciones donde está medio podrida la roca.
Ahí el esfuerzo, el calor y el no haber aprovechado el retraso de la salida de la lancha para desayunar algo, nos pasó factura. Jorge empezó con un poco de mareos y dolor de cabeza que supongo eran a causa del calor. Por mi mala condición me negué a puntear en esta zona tan floja (que además fueron los largos que me tocó abrir originalmente con Alejandro).
Finalmente, fue demasiado estrés para el buen George la responsabilidad de cargar con el peso de la cordada cuando entramos a una de las secciones de roca descompuesta.
Decidimos abandonar.
Pero este intento nos dejó un nuevo planteamiento: creemos que es muy posible que la vía se puede escalar en un día y ya estamos planeando entrar en diciembre-enero aún más ligeros y con mejor condición física. Lo más importante es estar mentalizado a la hora de entrar de que te vas a encontrar con mucho material suelto, así que esa parte del proceso ya lo tenemos hecho.