Como no pocas veces pasa, las vacaciones no siempre resultan como las planeamos, en mi caso sólo pude lograr uno de tres objetivos que quería hacer en el Valle de Yosemite. El primero, el ascenso a la Salathé Wall en menos de 24 horas, se debió a que Carlos Bazúa, con quien iba a hacer el ascenso, estaba lastimado ya cuando llegué al Valle.
Axel en el tramo antes de The Shield Roof. Foto: Jorge Colín
El segundo, South Seas (5.8 A4) en la cara sureste de El Capitán, en estilo tradicional, lo íbamos a hacer Arturo Calvo y yo. Pero Arturo no se sentía a gusto. Así que Arturo y yo nos dirigimos a The Shield, en el Capitán. Pero llegamos al largo 14 y tuvimos que bajarnos. Definitivamente no estaban las cosas de mi lado. ¿Regresaría a casa sin escalar nada?
Jorge bajo The Shield Roof, mientras recupera a Axel. Foto: Jorge Colín
De regreso en el Campo 4, me encontré con Axel Ávila que regresaba del Half Dome. Entonces le propuse ir a The Shield y subir en estilo ligero. Lo pensaría, pues estaba cansado. Al día siguiente aceptó mi invitación.
Axel y yo escalamos The Shield (VI 5.7 C4F ó A3), entre el 11 y el 13 de Septiembre. Utilizamos una mochila con ocho litros de agua, algunas barras energéticas, una sábana térmica y chamara polar cada uno.
Axel subiendo después de la salida del techo de The Shield
Foto: Jorge Colín
El día 11 escalamos 14 tramos y dormimos unas seis horas en Grey Ledges. Reiniciamos la escalada a las 3 de la madrugada para llegar a la siguiente repisa 23 horas más tarde. Ahí tiritamos de frío durante tres horas pero en cuanto clareó continuamos escalando hasta llegar a la última reunión, sumando así 58 horas de ascenso.
La mayoría de los escaladores que suben por esta ruta, hacen un promedio de cinco días, aunque Chris McNamara la ha hecho en 10 horas. Nuestro ascenso en estilo ligero nos dio dos días de ventaja.
El headwall de The Shield. Foto: Jorge Colín
Jorge Colín y Axel Ávila en la cumbre de El Capitán. Foto: Jorge Colín