Época dorada
Se disuelve el Club Exploraciones de México, sección Hidalgo, dando lugar a la creación de múltiples clubes locales: Montenegro, Penta, Sierra Hidalgo, Tigres de la Montaña, Águilas, Águilas Exploradoras, Halcones de Pachuca (sección México), Halcones de Real del Monte, Búfalos, etc. En 1943 se forma la Asociación de Excursionismo, Alpinismo y Exploraciones de Hidalgo. Para diciembre de 1944 la Federación Mexicana de Montañismo otorga el reconocimiento oficial a esta Asociación con el lema “Honor y Espíritu Deportivo”.
La Pezuña en el macizo de Las Monjas.
A la izquierda, la Benito Ramírez
En el año de 1946 por instrucciones del coronel Florentino Gómez Estrella titular de la desaparecida Dirección de Educación Física, de la Secretaria de Educación Pública, se reorganiza la Asociación de Excursionismo Alpinismo y Exploraciones de Hidalgo.
En esta etapa histórica la escalada se da en su mayoría por personas de las clases sociales medias y pobres, entre los practicantes de esta actividad encontramos a mineros, zapateros, albañiles, pintores, comerciantes en pequeño, soldadores, mecánicos, obreros, campesinos, músicos, carpinteros, farmacéuticos y empleados.
Los extraplomos fueron recorridos utilizando cuerdas de henequén o algodón, que hacían pasar por las argollas de los pitones o clavijas, siempre de manufactura casera ya que los mosquetones no se conocían. En una práctica de alto riesgo, sostenidos de minúsculas presas y apoyos a muchos metros del piso, con destreza de cirquero se soltaban el nudo de as de guía que —a forma de seguro moral— llevaban atado a la cintura para pasarlo en el mencionado herraje y nuevamente encordarse al cuerpo y continuar su ascenso, esta actividad estaba reservada sólo para algunos que se ganaron a pulso el titulo de guías.
Un dato proporcionado por Raúl Revilla Quiroz es que los primeros mosquetones utilizados por él fueron fabricados de alambrón doblado y cerrado con alambre, tomando como modelo lo leído en la novela francesa El primero de la cuerda, escrito por Roger Frison Roché.
El equipo para rappel constaba de “rozaderas” al hombro fabricada de suela de piel de vacuno, cable de henequén cosido con alambre en ambos bordes formando un canal corredera del cable, así como dos aros de cintas de cuero o banda transportadora de fuerza de los motores cosidas a mano o remachadas, por donde hacían pasar ambas piernas, estos aros se unían con un herraje forjado a la fragua, tiempo después con la aparición de los mosquetones fueron reemplazadas estas piezas, la palma de las manos las cubrían con guantes de carnaza.
Los estribos para la escalada artificial inicialmente fueron simples aros de cuerda, después los adaptaron haciendo pequeñas escaleras de cuerda con peldaños de madera, esta herramienta resultó de gran apoyo para salvar las súper directas en la roca, el perfeccionamiento de esta técnica de doble cuerda de tensión la impartió en México el guía suizo Raymond Lambert en el año de 1959 y fue nuevamente la sierra de Pachuca donde alcanzó su desarrollo máximo.
El León Alado, en la sierra de Pachuca
Para finales de los años 40s y las décadas 50s y 60s fueron cayendo una a una de las cumbres y paredes más grandes que en todo México se hayan escalado.
La Blanca, Panales, la Colorada, el Crestón, pared Norte de las Ventanas, pared Benito Ramírez, la Rayada del Zorro, las Brujas, por el club Sierra Hidalgo.
El corazón del club AUYAC
El Espejo, pared norte de la Rosendo de la Peña pared sur de la Cargada Mayor por el Exploraciones de México.
La María Magdalena, el Acólito, la arista Federico Hitzihara, pared norte de los Panales por los Tigres de la Montaña.
La Pezuña, norte de la Muela, sur del Zorro, la grieta del Crestón, Ruta de la Amistad en Peñas Cargadas, transversal de la pared de las Ventanas, por Halcones de Real del Monte y Quetzales Philips. La Capucha del Fraile y los Españoles por el club España.