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Montañismo y Exploración
Cómo escuchar a tu cuerpo
4 mayo 2007

Saber escuchar lo que el cuerpo dice pareciera ser algo natural, pero que se ha perdido poco a poco hasta no saber qué es lo que tenemos que escuchar realmente del cuerpo cuando algo va mal. Este es un breve esquema de cómo escuchar a tu cuerpo para detectar si algo anda mal.







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RUIDO

Los ruidos, crepitaciones o chasquidos en una articulación pueden crear confusión en corredores, ciclistas, senderistas y escaladores. Es muy importante estar atento a los ruidos e interpretarlos correctamente. Si el ruido o el chasquido están asociados con dolor local, generalmente indican un problema potencial. El ruido puede causarlo una rugosidad entre superficies articulares, como ocurre en la condromalacia, o la irritación de la articulación en la osteoartritis o en un menisco roto; sin embargo, en la cadera o en la rodilla, el ruido puede deberse al simple deslizamiento de un tendón sano al pasar sobre la protuberancia normal del hueso.


Como regla general, modera aquellas actividades que provoquen ruido articular. Aunque en un principio no se relacionen con dolor, los chasquidos persistentes y la irritación pueden llevar a la formación de rugosidades y finalmente a tendinitis. Si la articulación produce un ruido pero no dolor, rigidez ni hinchazón, generalmente basta con mantenerse atento al ruido sin necesidad de hacer mayores cambios en la actividad deportiva; en todo caso, la moderación es la clave.







INESTABILIDAD

Las articulaciones se mantienen sujetas con músculos y ligamentos. Algunas articulaciones, como los hombros y las rodillas, son inherentemente inestables. Otras articulaciones, como las caderas, son mucho más estables. La inestabilidad articular o que se vaya una articulación puede ser el resultado de dos problemas diferentes. Uno tiene que ver con la articulación de la rodilla o los ligamentos que hay alrededor y dentro de dicha articulación, por ejemplo el ligamento cruzado anterior. Los otros problemas pueden tener factores relacionados con los músculos que rodean la articulación; por ejemplo, la debilidad en los músculos del muslo puede causar que la rodilla ceda.


La inestabilidad y el hecho de que una articulación ceda, pueden ser problemas graves y no se deberían ignorar, especialmente por los alpinistas. La inestabilidad, aunque no conlleve dolor, debería ser valorada cuidadosamente por un profesional de la salud. Al principio la inestabilidad debería tratarse simplemente restringiendo aquellas actividades que la causan, desarrollando los músculos que rodean la articulación, y elevando y tratando cuidadosamente los factores articulares, como pueden ser un ligamento desgarrado o un fragmento suelto dentro de la articulación.




Tomado de: Dr. Gary N. Guten (coordinador). Lesiones en deportes de aire libre. Ediciones Desnivel, Madrid, 2007. 352 páginas. ISBN: 978-84-9829-057-8. Páginas 18-19





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