Entre otras cosas se deberÃa, por ejemplo, estudiar la posibilidad de nuevas fuentes de abastecimiento de aguas subterráneas para ayudar a campesinos de zonas desérticas que carecen de acueductos. Es decir, Latinoamérica hoy requiere ciertas dinámicas interinstitucionales Â?y otra cultura organizacionalÂ? filosóficamente muy distintas a la demostrada por la muy eficiente espeleologÃa globalizada.
Es cuestión de pensar en los motivos para una nueva espeleologÃa. El ámbito mundial puede tener diferentes motivos que los del ámbito local, pero ninguno de los dos tiene una jerarquÃa superior. A esto se denomina respeto.
Esperemos que estas páginas no se interpreten como una crÃtica xenófoba ya que anteriormente, y con mucha frecuencia, en Venezuela y en otros paÃses de la región hemos tenido la oportunidad y el placer de compartir muy amistosamente con respetuosos colegas de ultramar. Las presentes objeciones sólo se dirigen a algunos casos de unilateralismo.
En nuestro ámbito de trabajo los que deben adaptarse y cambiar un poco más no son los espeleólogos del patio, sino cualquier explorador visitante. Los espeleólogos norteños, cuando llegan al sur, requieren amoldarse a las condiciones y opiniones que imperan en nuestras realidades, incluso cuando no estén totalmente de acuerdo con el proceder nacional.
A fin de cuentas en los paÃses en vÃas de desarrollo los europeos y los norteamericanos encuentran los recursos que más apetecen: las cuevas vÃrgenes que hace tiempo van escaseando en sus paÃses de origen. Esas cuevas, que ellos hallan fácilmente junto con nosotros, en nuestra hermosa tierra, son el ingrediente imprescindible de la espeleologÃa.
Aunque parezca que los espeleólogos nacionales aporten poco, y aunque los viajeros aporten mayores insumos estratégicos para una expedición, nunca podrán ofrecer ese ingrediente primordial que los motiva a planear largos viajes.
Facilitar el ingreso en nuestras cuevas, ante cualquier visitante interesado, será el aporte del neotrópico a favor de los visitantes que acepten compartir el trabajo subterráneo y la producción editorial en igualdad de condiciones. La tendencia de la espeleologÃa latinoamericanista no promulga el aislamiento pero, aunque en el mundo parezcamos ser una voz minoritaria, entendemos que en el territorio que amamos otra espeleologÃa es posible.
Publicado en el BoletÃn de la Sociedad Venezolana de EspeleologÃa 38: 61-64. Caracas. 2004.