6. RESPETA LA VIDA DEL ARRECIFE
Cuando visitamos un arrecife coralino en cualquier parte del mundo, siempre impresiona su singularidad, belleza y vulnerabilidad, mientras que las miríadas de organismos que abundan en los arrecifes rocosos más ricos son siempre fascinantes.
Tal esplendor ilumina nuestros sentidos y espíritu, pero desafortunadamente, puede provocar también una necesidad de tocar, recolectar, cazar; después de todo fuimos cazadores-recolectores hasta hace relativamente poco tiempo. El problema es que dicha naturaleza humana no puede ser controlada por simples reglas o leyes estrictas, sino más bien por un cambio voluntario de actitud: de cazador-recolector a una conducta de cuidado y respeto hasta por la forma de vida más insignificante del arrecife.
Lo anterior es un proceso que puede tomar años para algunas personas, mientras que para otros tan sólo requiere de unos días de inmersiones en un bonito arrecife. No obstante, no todo está perdido y algunos cambios se han suscitado en los últimos años.
Por ejemplo, muchos ex-cazadores submarinos han sustituido el arpón por cámaras submarinas debido a un cambio de actitud, y algunos operadores de buceo que antes realizaban viajes de pesca y recolección de organismos marinos, ahora ofrecen viajes de buceo para la observación de la naturaleza submarina en respuesta a la demanda por este tipo de paseos.
Alimentación de peces y otros animales arrecifales
Esta práctica, aunque común, no es recomendable. El alimento que se puede ofrecer a los peces no es parte de su dieta y podría resultar dañino, ocasionándoles problemas a corto y largo plazo. Por otro lado, en sitios donde los peces han sido alimentados por largos periodos, pueden volverse agresivos y demandantes con los buzos si no les ofrecen alimento. Además, la utilización de estos métodos por los guías de buceo para atraer peces e impresionar clientes quita la oportunidad y la belleza de poder observar a los peces en su comportamiento natural.
Interacción con la vida arrecifal
Tu presencia en el arrecife debe ser como la de cualquier otro residente del lugar. Los habitantes del arrecife no tocan ni molestan a los otros residentes, a menos que estos se estén alimentando o protegiendo su territorio; por lo tanto, debes evitar tocar, sostener, mover, molestar o tener cualquier tipo de contacto físico con las criaturas arrecifales, ya que, obviamente, no estás buscando alimento ni protegiendo tu territorio.
Es de gran valía practicar actividades tales como la observación de peces, así como la identificación y censos de organismos arrecifales (por ejemplo, programas de monitoreo REEF, RECON, etc.). Al observar peces es muy importante no interrumpir sus actividades normales acercándose demasiado, arrinconándolos o correteándolos.
La práctica del naturalismo submarino es altamente recomendable, ya que nos hace buzos más conscientes sobre las sensibilidades y peculiaridades de los residentes arrecifales. De hecho, el buceo recreativo es una forma de naturalismo en sí mismo, ya que los objetivos son el observar, identificar y conocer a los organismos marinos.
Navegación de la embarcaciones dentro del arrecife
El ruido y las ondas de presión producidos por las embarcaciones pueden ser deletéreas para los habitantes del arrecife, especialmente en lugares muy someros dentro de las lagunas o zonas protegidas de las terrazas arrecifales.
En este punto, las recomendaciones son sencillas: no usar motores (de ser necesario, únicamente usar motores pequeños de cuatro ciclos), navegar muy despacio (menos de cuatro nudos) y en embarcaciones pequeñas, con eslora menor a los ocho metros. De ser posible, utilizar veleros, kayaks o lanchas de remo.