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Montañismo y Exploración
Reflexiones sobre el alpinismo moderno
9 junio 2005

Hay mucha gente a 8000 metros, y cada uno está tratando de completar la colección de las 14 montañas que superan esa altura fatídica. Quienes no aspiran a la colección, apuntan sin embargo a alcanzar la cumbre sin preocuparse mucho por la ruta de ascenso, dado que en el 95 % de los casos se trata de la ruta “normal” que aunque no fácil, representa siempre el primer ascenso realizado medio siglo atrás.







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Hay mucha gente a 8000 metros, y cada uno está tratando de completar la colección de las 14 montañas que superan esa altura fatídica. Quienes no aspiran a la colección, apuntan sin embargo a alcanzar la cumbre sin preocuparse mucho por la ruta de ascenso, dado que en el 95 % de los casos se trata de la ruta “normal” que aunque no fácil, representa siempre el primer ascenso realizado medio siglo atrás.

Simone MoroOtra forma es lograr el primer ascenso de la “categoría” de uno: en “X” cumbre, el primer italiano, el primer americano, el primer senegalí, el primer hombre sordo, el primer cojo, la primer mujer, el primer hombre en subir caminando hacia atrás, el primer hombre blanco, negro, amarillo, el más rápido, el más hermoso, el más rico, el más… estúpido.


Yo mismo he tenido encuentros con algunos de los arriba mencionados y yo mismo he “pecado” escalando rutas normales, pero ahora entiendo que el verdadero alpinismo corre por otras vías hacia la aventura vertical, física y mental. Por lo tanto he intentado, a veces exitosamente, otras fallando, ascensos invernales, nuevas rutas, travesías, ascensos de velocidad, intentando tomar el testimonio dejado por los grandes alpinistas del pasado. Trato, en pocas palabras, de crear mi propio alpinismo y no de clonar lo que ya ha sido hecho en el pasado.


El alpinismo extra-europeo de hoy ha sido reducido a una miopía con poca imaginación. Con unas pocas placenteras excepciones, los alpinistas son todos categorizados en términos de su escalada, su pensamiento, del hablar sobre sí mismos y por la forma en que ellos conciben su camino y su “carrera” de montañismo. Montañas vírgenes, nuevas rutas sobre caras desconocidas, repeticiones de escaladas logradas sólo una vez y nuca más revisitadas, ascensos invernales, travesías de un número de montañas y muchas otras formas de alpinismo están faltando en la actual tendencia del montañismo. Hay muy poca gente que lleve a cabo este nuevo tipo de aventura, y quienes lo hacen son especialmente de Europa del Este o extraños individuos del panorama nacional e internacional.


Las razones de esto son muchas, entre las principales se encuentran la incapacidad de aceptar un potencial fracaso y la dificultad de atraer al gran público implicado si se trata de no abonar la comparación de los asensos de 8000 metros (si los picos de 6000-7000 metros son los elegidos). Uno sólo necesita ir a cualquier sitio de Internet en las estaciones pre y post monzón y será conmovido con información referida a la escalada de los picos más altos del mundo… pero por Dios… son todos iguales, todos en línea…


Es siempre fatigoso e incierto escalar una montaña, soy el primero en sostenerlo, pero así como el esfuerzo físico uno necesita imaginación, inventiva y sed de aventura y de lo desconocido. No es por el sólo hecho de haber llevado o no un teléfono satelital consigo lo que elimina estos presupuestos. Con los instrumentos de comunicación, excitantes páginas sobre verdadero alpinismo pueden escribirse como así también muy aburridos titánicos esfuerzos por alcanzar una cumbre que ha sido escalada cientos de veces con el mismo estilo y a lo largo de la misma ruta.


Incluso el fracaso cobra otro sabor si uno intenta jugar una partida alpinista innovativa, diferente de los usuales y corrientes clichés. Las preguntas más frecuentes preguntadas en la comunidad de fans del montañismo son ¿cuántos picos de 8000 metros has escalado? O ¿cuántas veces has escalado el Everest? y esto parece ahora ser la unidad de medida por la cual clasificar y atribuir méritos.


Si intentas un tipo diferente de alpinismo, te expresas en diferentes lenguajes o escribes libros (y no los haces escribir por otros), si te mueves bien en todos los terrenos (roca, hielo, mixto), si puedes contar lo que haces y lo que sientes en una forma fluida, si declaras éxitos y fracasos con el mismo tono de voz, eres mal visto y no tolerado por los ojos y las mentes de los principales caracteres del escenario alpinístico.


Criticismo y desconfianza son las reacciones de estas cualidades. Messner, por el otro lado, todavía el “número uno”, debería haber enseñado algo en términos de versatilidad de la actitud físico deportiva, mental y de emprendimiento…


Es desde este duro y crítico análisis (el cual me creará nuevos enemigos) del mundo al cual pertenecemos, que comenzaron pocos años atrás mis diferentes viajes de montañismo, y desde esta base he pensado mi nuevo proyecto.




Fuente: wwww.simonemoro.com

reproducido con autorización.





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