EAST BUTRESS

A la East Butress subiríamos dos cordadas: la primera éramos Rodolfo y yo; la segunda por Adrián y José Luis.

En realidad la escalada no presenta gran dificultad técnica, ese día iniciamos temprano, y la escalada no presentó problema alguno pero cometimos uno de los más grandes errores que puedes tener en el valle: sólo subimos dos litros de agua por cordada para un día entero de escalada. En la pared se alcanzan temperaturas hasta de 40° C y la deshidratación es uno de los peores enemigos para quien escala en el valle. A las dos de la tarde nos quedamos sin agua, y aproximadamente a las cuatro salimos de la ruta. El capitán nos daba nuestras primeras lecciones.

Adrián y José Luis iban más atrasados, desde las tres habíamos perdido contacto visual con ellos y aunque llevábamos radios, no lo habían prendido aún. Nada: no había respuesta. Esperamos como una hora en la cumbre pues no conocíamos la ubicación de los rapeles de descenso. Más tarde, cansados de esperar, caminamos hacia donde esperábamos encontrar los rapeles. Descendimos por slabs y a las seis paramos a descansar. La deshidratación era terrible.

Finalmente Adrián encendió su radio y después de platicar decidimos continuar el descenso. Acordamos volver a la base de la pared por ellos a medianoche. Después de un corto descenso por slabs encontramos los rapeles del East Ledges. Después de los rapeles siguió una larga caminata sobre el lecho de un río. La tuvimos que realizar de noche. A las 10 de la noche llegamos a la carretera, donde un carro nos llevó cerca de donde habíamos estacionado el nuestro. Bebimos y comimos y a las doce regresamos por Adrián y José Luis pero por radio nos comunicaron que pasarían la noche en la cumbre.

El ataque a La Nariz se tuvo que retrasar dos días para recuperarnos.