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Montañismo y Exploración
LA BICICLETA COMO UNA ALTERNATIVA MODERNA DE TRANSPORTE
3 octubre 2005

El automóvil, con sus innegables ventajas como medio de transporte, conformó modelos de ciudad y modos de vida que hoy están en crisis y que es necesario analizar para plantear alternativas y conformar los nuevos esquemas urbanos para el siglo XXI, capaces de acercar a sus habitantes con la naturaleza y de brindar entornos más humanos, amigables y equilibrados en los que resulte innecesario que los seres humanos tengan que dedicar una parte importante de su tiempo a transportarse.







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HISTORIA DE LA BICICLETA

Los testimonios más antiguos sobre este popular vehículo se remontan hasta las antiguas civilizaciones de Egipto, China e India. Pero el auténtico antecesor de la bicicleta fue el celerífero, aparato consistente en dos ruedas de madera unidas por una barra de madera de un metro de longitud, del mismo material, y que se desplazaba gracias al impulso de los pies en el suelo. El celerífero fue presentado en 1790 por el francés De Sivrac a la corte de Versalles.

Casi treinta años más tarde, en 1818, el alemán Karl Von Drais unió la rueda delantera a un manillar de dirección móvil. Entre 1830 y 1840, el escocés McMillan añadió el juego de pedales y un tosco sistema por el que se transmitía el impulso de la pedaleada a la rueda trasera. Los hermanos Michaux, en 1861, fijaron los pedales a la rueda delantera y años después incrementaron dos veces el diámetro de la misma para aumentar la velocidad de desplazamiento, había nacido el velocípedo, que fue completado por Sargent en 1865, al añadirle la cadena.

En 1867 las ruedas eran metálicas; en 1875 se introdujeron las ruedas de goma maciza y en 1889 Jhon Boy Dunlop, un veterinario escocés, inventaba la cámara neumática. A partir de aquí, la estructura básica de la bicicleta estaba definida.

Siempre que se habla de la bicicleta como medio de transporte se hace énfasis en su carácter de vehículo no contaminante. Este solo hecho es tan importante, que vale por sí mismo para justificar plenamente todo el esfuerzo que se realiza para promover su uso como transporte urbano en ciudades como la nuestra.


BENEFICIOS DE USAR LA BICICLETA

Sin embargo, además de reducir la contaminación genera muchos otros innegables beneficios como son los siguientes:

Ahorro energético. Desde este punto de vista, la bicicleta es el vehículo más eficiente que existe. Un ciclista consume únicamente 0.15 cal/g-Km, mientras que un peatón consume 0.75 cal/g-Km (cinco veces más) y un automóvil consume 0.90 cal/g-Km (seis veces más).

Además de su inigualable eficiencia, la bicicleta nos permite ahorrar petróleo, ese importante recurso energético no renovable que podría ser utilizado en algo mucho más importante en lugar de quemarlo en forma ineficiente.

Espacio. Las calles convertidas en ciclo-vías podrían transportar 10 veces más personas ya que la bicicleta requiere de un espacio quince veces menor al del automóvil para su circulación y estacionamiento, aprovechando el espacio que las calles, estacionamientos, puentes, viaductos y ejes viales roban cada día a la vivienda, a los parques y a los lugares de recreación, en donde los niños y los habitantes en general podrían jugar y convivir con tranquilidad.

Tiempo. En distancias urbanas de 10 Km o menores (90% de los traslados diarios) los usuarios de la bicicleta tardan menos en llegar a su destino que los automovilistas.

Además de la velocidad y autonomía propias de la bicicleta, hay otra importante ganancia en tiempo al combinar dos actividades en una sola, esto es, transporte y ejercicio. El sedentarismo es actualmente una de las características que la vida en la ciudad impone a sus habitantes y hacer ejercicio se vuelve una necesidad.


Economía. Los costos asociados al uso de la bicicleta son entre 50 y 100 veces menores al de los autos y su mantenimiento es muy barato. Incluso las reparaciones mayores tienen un costo insignificante con respecto a los gastos de mantenimiento de los vehículos motorizados, sin contar sus costos de adquisición, combustibles, impuestos y la infraestructura que requieren.

Salud. Los beneficios a la salud que se derivan de la bicicleta los podemos dividir en dos grupos: salud física y salud mental.

Salud física. El ciclismo es un ejercicio aeróbico suave, rítmico, regular y de bajo impacto, por lo que resulta ideal para fortalecer los pulmones y el corazón, aumentando su capacidad y mejorando el funcionamiento de los sistemas respiratorio y circulatorio.

Salud mental. Andar en bicicleta es un ejercicio relajante que elimina el estrés o tensión emocional. También propicia el optimismo y la alegría de vivir. La fraternidad y camaradería de los usuarios de la bicicleta contrasta con la agresividad y neurastenia de los automovilistas.

Beneficios sociales. Los usuarios de la bicicleta mantienen una relación social estrecha con sus vecinos, su comunidad y la ciudad, que es imposible tener cuando se viaja en automóvil o transporte público. Con su uso se pueden combatir los males que trae consigo el automóvil: la contaminación, los embotellamientos de tráfico, la deshumanización de las ciudades y la hipodinamia (falta de actividad física), origen de muchas enfermedades.

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