Karla Wheelock, encarcelada
21 octubre 2005
Antes de alcanzar su séptima cima de 8 mil metros, fue remitida por militares
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Alba Jaramillo García
El Universal
Viernes 21 de octubre de 2005
En su búsqueda por la cima de la montaña más alta de Oceanía, el `Carstensz`, le habían hablado de la posibilidd de ser devorada por aborígenes, de las avalanchas de nieve, de los días enteros de caminata. Pero a la alpinista Karla Wheelock nadie le advirtió sobre la posibilidad de ir a la cárcel.
“Al bajar del campamento base llegamos a una mina de oro, tienes que tener un permiso para poder atravesarla y no lo teníamos, nos la jugamos y nos apresaron”, recordó Wheelock, quien hizo cumbre el 9 de octubre y ya ostenta el Grand Slam, que consta de siete montañas conquistadas de más de 8 mil metros.
Tanto la alpinista como los miembros de su expedición se vieron forzados a atravesar la mina sin permiso, pues los pilotos del helicóptero que se supone tenían que recogerlos fueron deportados y la nueva aeronave tardaría 10 días en llegar y ellos ya no contaban con víveres para resistir tanto tiempo.
Tras ser detenida, Wheelock y su equipo pasaron seis horas en la mina, para después ser trasladados a un cuarto de seguridad, donde permanecieron por tres horas más rodeados de militares.
“De las nueve de la noche a las tres de la mañana nos llevaron a un búnker militar, no sabíamos si estaban engordando al cochinito, con eso de que hay caníbales”, dijo.
Pero a final de cuentas fue la montaña lo que los salvó. El director de seguridad de la mina, George Yepard era un entusiasta del montañismo y uno de los miembros de la expedición había estado con él en Alaska, así que intercedió.
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