Huayna Potosí: mi primer seis mil
13 septiembre 2005
Mientras me aferraba al piolet, sentía un terrible dolor en mis dedos debido a la prolongada espera, apenas los sentía, estaban helados, me asusté, así que paré unos segundos y me puse a calentarlos con mi aliento. Allí conocí el dolor muy peculiar posterior al calentamiento de un miembro entumecido por el frío y aprendí a valorar hasta la última falange del dedo meñique.
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