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Montañismo y Exploración
Diarrea: de la teoría a la práctica
5 abril 2005

Una excelente excursión en el mejor tiempo puede convertirse en prácticamente una agonía si se cae víctima de la diarrea. El siguiente artículo apareció como comentario en el Foro Xtremers y pese a la advertencia introductoria de su autor, lo escrito es una buena muestra de lo que puede pasar con nuestros planes y nuestra salud si no tomamos medidas sanitarias adecuadas.







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Muchos considerarán que los detalles narrados en los primeros párrafos son de mal gusto y preferirán saltarlo… Tienen razón. Para otros será de lo más normal y quizás les tiente iniciar un concurso de experiencias desagradables, espero que no lo hagan; con que reflexionen un poco me doy más que por bien servido.

El caso es que en Semana Santa me fui a una de las barrancas de Chihuahua. Al segundo día dentro de la Barranca, no sé la hora (quizás las 2:00), me despierto con un severo tenesmo. En pánico abro la cremallera de la bolsa de vivouac, salgo precipitadamente de la bolsa de dormir en traje de baño (bañador), como sea me pongo la linterna, los tenis, agarro papel higiénico y me alejo corriendo.


No llegué muy lejos, lo grave fue que había un viento frío bastante fuerte, cada vez que estaba listo para regresar a mis sábanas surgía un nuevo acceso de diarrea, los temblores por el frío evolucionaron a estertores. Mi pregunta era cuanto más aguantaría. Afortunadamente, después de un buen rato la diarrea paró y logré regresar al “calor” de la bolsa de dormir.


Por la mañana trato de desayunar y todo para afuera (ahora por arriba). Durante el día mi ritmo de caminata no varió pero infinidad de veces tuve que pedirle a los compañeros que mirasen para otro lado porque no me daba tiempo (ahora por abajo) a salirme de la ruta. Lo malo fue al llegar la hora de establecer campamento, las primeras dos horas fueron terribles, las pasé prácticamente incapacitado, al menor movimiento tenía que salir disparado (la noche la pasé bien) y la acidez en la boca del estómago no me soltaba (tampoco la suelo tener).


El tercer día también hice infinidad de paradas, fueron dos días sin probar alimento y en ellos consumí todo el papel higiénico que llevaban mis seis compañeros (¡gracias!). Sin posibilidad de análisis de laboratorio, el autodiagnóstico no es fácil. Mi salvacion fueron los sobres de suero oral que llevaba y en menor grado las medicinas (antibióticos, etc.). Las cosas pudieron ser mucho peores (fiebre intensa).


Si nos olvidamos de las paradas, los dos días mantuve inalterable el ritmo de caminata (el acondicionamiento físico funcionó). Me dio una gran satisfacción que parece que tengo más reservas y mejor recuperación de lo que pensaba (el tercer día fue un buen recorrido, la noche también la pasé bien y el cuarto día estaba como si nada), sin embargo la experiencia no se la recomiendo a nadie.


Pasemos a unos breves comentarios técnicos:




DIARREA (diarrhêin, manar a través de)

La náusea y el vómito pueden preceder a la diarrea causada por una infección. Además es común sentir retortijones, dolor abdominal y otros síntomas semejantes a los de la gripe (influenza), como fiebre leve, músculos doloridos o acalambrados y dolor de cabeza. La diarrea infecciosa suele desaparecer por sí sola, sin antibióticos. La complicación común es la pérdida de electrolitos o de líquidos con la consiguiente deshidratación (isotónica: pérdida de HCO3, en alta montaña afecta negativamente a la aclimatación) y que a veces concluye en un colapso vascular. También pueden aparecer infecciones bacterianas secundarias, pérdida hemática aguda, neuritis tóxica, artritis, miocarditis, perforación intestinal, etc.


La depleción de agua y de electrolitos resultante causa sed intensa, oliguria [disminución del volumen de orina], calambres musculares, debilidad y pérdida notable de turgencia de los tejidos, con ojos hundidos y piel arrugada. Es de destacarse que si se bebe agua simple suele salir con la misma velocidad que entró (y no precisamente por su salida normal) para dizque “fijarla” es necesario beberla con sales, esto es beber suero oral (en la práctica, inicialmente parece que no hay tal “fijación”).


La diarrea es sólo un síntoma y, si es posible, debe ser corregida la causa. En mi nota sobre la purificación del agua mencioné algunos parásitos que la causan (no descarto la posibilidad de que todo haya sido una venganza de alguna bacteria que no mencioné o de alguna que no le gustó lo que dije de ella) pero hay muchas otras posibilidades: diferentes afecciones, toxinfecciones intestinales, alergia alimenticia, indigestión aguda por exceso de alimentos, bloqueo del proceso digestivo (frío, emociones, etc.), diversos medicamentos, p. ej. antibióticos, bueno hasta seratonina que, al estimular la musculatura lisa intestinal, acelera el tránsito el tránsito del quimo. Sin olvidar dosis inadecuadas de sustancias purgantes, etc., etc., etc. Las diarreas matutinas a menudo son de origen neurógeno y las gastrógenas se manifiestan después de las comidas.


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