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Montañismo y Exploración
Andinismo
23 junio 2005


La cordillera de los Andes es la más larga del mundo y en ella están muchas montañas que son el destino de miles de montañistas en todo el mundo. En esta obra, se hace una introducción general de lo que es y representan los Andes para el montañista.







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Darío Bracali. Andinismo. Manual para ascender a las montañas más altas de los Andes. Ediciones Desnivel, Madrid. 2004. 160 páginas. ISBN: 84-96192-61-X

No se conquista una montaña, se la sube (o no) con su consentimiento.


Los Andes son uno de los destinos preferidos por miles de montañistas de todo el mundo. En ellos hay montañas de todo tipo de dificultad y facilidad de acceso. Una guía sobre las principales montañas de los Andes sería bastante bien aceptada por el medio montañista pero Darío Bracali se extendió demasiado en un texto que debería servir como introducción a esta guía y terminó presentándola como un libro independiente que tiene fuerza por sí misma y que refuta que la introducción siempre debe saltarse.

Los Andes, la cordillera más larga del planeta, presenta características especiales que deben ser conocidas por quienes pretenden ir ahí: geología, clima, temporadas de escalada, flora y fauna, áreas protegidas y, sobre todo, están habitadas las laderas de las montañas, en comparación con los Himalaya, por ejemplo.

El esbozo general que Darío presenta sobre los Andes tiene información muy importante sobre todo para aquellos que irán por primera ocasión y uno de los temas es lo aislados que están los Andes:

“Altas aisladas y solitarias, implican un compromiso que más tiene que ver con la autosuficiencia que con la capacidad de escalar altos grados de dificultad técnica.” (p. 7)

Entrar a los Andes implica que uno debe ser autónomo en caso de emergencia. Incluso pueden ahorrarse los porteadores:

“En los Andes es una herencia de la época de las grandes expediciones la tradición de hacerse llevar el equipo hasta el campo base por medio de animales de carga, e incluso más allá, por porteadores. Ante todo, se desea dejar claro que tales servicios no son imprescindibles…” (p. 53)

Pero, ¿qué se va a hacer a los Andes?

“Habitualmente, lo primero que se define es qué montaña se quiere ascender. Y en seguida, el equipo humano que lo intentará. Es importante en su composición encontrar un equilibrio entre amistad y capacidad técnica, ya que muchas experiencias fracasan debido a la falta de una u otra. También hay que conocer las expectativas de cada miembro y consensuar los objetivos grupales.” (p. 45)

Esto es uno de los muchos comentarios que Darío coloca en el apartado “Apuntes útiles para la práctica del andinismo”, bastante larga por cierto, y que contiene puntos importantes a tomar en cuenta.

Algo que llama la atención es la mención de fronteras. Está prohibido hacer el cruce de ellas (a diferencia de Europa) y en algunos lados existen minas dejadas ahí por conflictos internacionales, zonas que están señaladas y en las cuales no hay que hacer caso omiso del letrero.

Pero también es asombroso asomarse a los Andes de antes de la llegada de los españoles:

“Suele decirse que el alpinismo nació en 1492 con el ascenso del Mount Aiguille por parte del capitán Antoine de Ville y seis compañeros. Al mismo tiempo, los incas ascendían el Coropuna, el Llullaillaco, el Ampato, el Incahuasi y muchos otros gigantes andinos.” (p. 146) “…fueron ascendidas antes de 1533 alrededor de 200 montañas, casi todas de más de 5,000 m de altura y ubicadas entre el sur del Perú y el centro de Argentina. Probablemente la cumbre del Mercedario (6,770 m.) y comprobablemente la del Llullaillaco (6,739), fueron durante muchos siglos los puntos más altos alcanzados por el hombre.” (p. 140)

Hay algo que no llega a satisfacer del todo: la poca información sobre las comunidades nativas al pie de las montañas. Sólo se toca en las páginas 17-18 de manera general como “Respeto por el ser humano”, evadiendo de paso su nombre: indios. Cuando se tocaba el tema de las ofrendas dejadas en las montañas por los incas, jamás se extrapoló el acto para mencionar las ofrendas de piedra o las costumbres específicas de la gente habitante de la región, indios o no.

Un detalle que puede parecer engorroso es que los “Apuntes útiles para la práctica del andinismo” están escritos sin colocarlos en secciones para que fuese más fácil encontrarlos y no tener que leerlos todos de nuevo.

El libro contiene una bibliografía sobre la arqueología de alta montaña en los Andes, un glosario sobre palabras españolas utilizadas a lo largo del libro y que son de uso en los Andes y numerosas direcciones electrónicas a lo largo del libro, para dar mayor enriquecimiento de la información, además de la dirección de correo electrónico del autor, que ofrece para una retroalimentación.

En suma, un libro breve para la enorme cantidad de información pero extenso para ser la introducción de la “guía de ascensos a las 13 montañas de más de 6,500 m de los Andes” y que se publicará en un futuro próximo por Desnivel.


Erratas

Página 78, inicio del subtema “El agua”, dice: “Si se gastan dos litros más de líquido de los que se incorporan, se altera el funcionamiento de los músculos y aumenta sensiblemente la viscosidad de la sangre, facilitando los congelamientos. Si el déficit supera los cuatro litros, se puede perder la conciencia.” Aunque como señal preventiva puede definirse una cantidad de litros como los límites en donde el cuerpo funciona bien, la mejor forma de hacerlo es en porcentaje de pérdida corporal. No es lo mismo que una persona de 50 kilos de peso pierda 4 litros de agua a una que pese 90.

Página 92, último párrafo, línea 4, dice: www.meteofa.mil.arg. La dirección debe ser con terminación “.ar”

Lee la introducción del libro (PDF



 



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